Policía

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En cuanto abandonaron la habitación del doncel, Kuroko se le acercó al oído y le dijo como un secreto:

-Ve a averiguar si sacaron algo en limpio en el hospital.

-¡¿Y por qué tengo que ir yo, Kurokochi?! ¡Debería ir Midorima o Aomine!

-Porque si vuelves a decir otra estupidez Akashi no va a dejarlo pasar, está muy sensible con todo esto..

-No entiendo por qué -dijo el rubio bajando la escalera, seguido del más bajo- es algo de su familia, ¿cierto? -Él asintió- No entiendo por qué vive aquí si le trae tan malos recuerdos.

Sus ojos miel dieron una vuelta por el alto techo, las sobrias paredes, los muebles antiguos.. Todo era demasiado opresivo a su parecer. Tuvo un escalofrío.

-No sólo tuvo malos momentos aquí.. Supongo que le recuerda a su madre.

-Aún es de noche, -dijo sin prestar atención— ¿no puedo ir mañana en la mañana?

-Kise kun, ambos sabemos que duermes hasta el mediodía -El rubio lo miró con cara de perro mojado pero él se mantuvo firme.

-Eres peor que Akashichi! -Se quejó, caminando como si pisara huevos hasta la salida.

Al llegar al hospital había dos patrulleros, varios agentes tomando fotografías y médicos pidiendo que redujeran el cerco para seguir atendiendo pacientes. Era un desastre con el edificio cayéndose a trozos por los balazos. Miró arriba y una habitación estaba especialmente destrozada, alcanzó a ver el interior donde una cama volteada coincidía con lo dicho por el de cabello fresa.

Su líder había mantenido un expreso silencio sobre su versión de los hechos frente a Aomine y Momoi.. No había que ser Midorima para saber que sospechaba de uno.. O ambos.

Entró al hospital pisando algunos cristales rotos, el polvo de pared flotaba en el aire. Se quedó observando los muros agujereados y una columna a punto de venirse abajo.

-Éstas son de alto calibre -murmuró tocando los huecos con sus dedos largos.

-El hospital va a atender por la otra entrada -Kise giró y se encontró con unos brillantes ojos azul metálico, como la pintura de un automóvil- ¿Sabes de balas? -dijo cruzándose de brazos.

El pelinegro a un lado era un poco más bajo que él, pero tenía un aura muy intimidante con esos fríos ojos y los finos labios apretados, sintió algo removerse en sus tripas y no era hambre.. No la común.

-¿Quién eres? No te conozco —Recibió un par de ojos tornándose blancos, como si le hablara a un idiota- ¿no debería estar Aominecchi.. Digo, el oficial Aomine?

-Ahh, ¿conoces a ese oficial? Sólo oí cosas de él pero la seccional encargada de este caso es la 22, la 23 comienza a unos quinientos metros -El rubio chistó con los labios, eso no sería útil si llegaban a sospechar algo. Pudo sentir la intrigada mirada azul.

-Nos conocemos desde niños, soy Kise Ryouta -Le enseñó su identificación y el otro la miró un segundo antes de asentir- detective privado.

-Kasamatsu Yukio -respondió regresando su mano al cruce de brazos- vino por un trabajo o..?

-Así es. Mi cliente estaba aquí cuando comenzaron los disparos, así que tengo que averiguar si estaban pensando atacarlo o no.

-¿Cual es el nombre de su cliente?

-Eso es un secreto profesional -Sonrió como un niño, guiñándole un ojo.

-Claro. Bueno, debería irse y regresar cúando el lugar sea seguro -Señaló el techo con un ademán hacia las rajaduras- podría haber un derrumbe.

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