Últimamente te extraño

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El mundo moderno a veces le era extraño, todo traía cambios, el tener un alma vieja le traía recuerdos de realidades distantes que ya no existían, comparaba todo, habían pasado demasiados años, casi tres siglos, los imperios más poderosos cayeron, el régimen gubernamental de varias naciones sufrieron revoluciones, la maldad arrasaba con mucha gente buena, pero la bondad, el honor y la justicia prevalecían, y personas valerosas, que se hacían llamar caballeros de la esperanza tuvieron una nueva oportunidad para empezar de nuevo, esta vez, con la posibilidad de amar, como en sus anteriores encarnaciones no pudieron.

Sus cavilaciones le daban un nuevo sentido a sus acciones, era feliz al salvar vidas, de una curiosa manera, antes luchando, ahora con ciencia, sonrió para si mismo, siempre estaría dispuesto a darlo todo por la paz de la tierra, y le agradaba muchísimo saber que por lo menos había un hombre en igualdad de condiciones que él, con sus recuerdos intactos, y sus metas claras, su mirada se enfocó en su alma gemela, a la cual lo unía un hilo rojo invisible, del destino le llaman, siempre iba a amarlo, a través de cualquier época.

Los verdes árboles de una altura inmensa, pertenecientes a la zona boscosa de las afueras de la ciudad, la fresca brisa, el canto de los pájaros, y la luz rojiza anaranjada del atardecer, era el escenario de sus conversaciones, llenas de una confidencia, eran cómplices, socios en una misión, para cuidar a aquellos que aún seguían bajo su cobijo protector.

-Hermoso atardecer, ¿no te parece?, Patriarca...

-Dohko, antiguo caballero de libra, qué alegría verte, esta vez tardamos más de un mes en vernos, últimamente te extrañé más.

-Lo sé amor, me pasó igual, pero te aseguro, que estuve totalmente concentrado en que se salvara la vida de Camus.

-Por eso me encargué de que fuera llevado a tu hospital, me siento tan culpable de permitir que algo así le sucediera, se supone que para eso estamos aquí, para vigilar que en esta vida si sean felices, las guerras santas les arrebataron la posibilidad de serlo, además, ya perdimos a una de nuestras saintias... fallamos en eso, no merecemos el favor de la señorita Atena.

-No Shion, no te doblegues, déjame abrazarte y reconfortarte, estamos juntos en esto, sabíamos de ante mano que este renacer no era una garantía de no sufrimiento, al contrario, es un equilibrio, nadie más que nosotros conoce que la muerte no es el fin, y nada en este universo está exento a los cambios, Shaka lo dijo en la sala gemela... y con respecto a Shoko, fue su voluntad, ella eligió salvar a Milo, tal vez nuestros cosmos estén sellados casi por completo, pero queda una pequeña parte... algo que escapa de una delgada rendija, que estalla cuando el ser más amado para nosotros se encuentra en peligro, sus premoniciones le ayudaron a cumplir su misión, y debemos estar orgullosos de ella.

-No sé qué haría sin tu sabiduría, y el calor que me transmite tu simple tacto y calma mi corazón, sin embargo, debemos estar alertas, no me perdonaría que algún otro se nos adelante, sabes como yo, que el mal de unos antiguos soldados corrompidos, está persiguiendo a dos de nuestros caballeros dorados.

-Tranquilo, dejaremos que fluyan las cosas, los chicos ya son unos adultos, y gracias a nuestras nuevas ocupaciones los tenemos en la mira, tú en el Instituto, yo en el Hospital, estaremos alertas, Aioros, Saga, Kanon, nuestros amigos del siglo XVIII y los chicos de bronce tampoco están tan lejos de nuestro radio informativo.

-Se nos dio la orden de dejarlos cohabitar y que forjaran su destino en sus manos, pero a veces no puedo, sólo quiero que de verdad sean plenos.

-Y te entiendo, sobre todo porque en esta era Mu si es tu hijo biológico.

-Si tan sólo la señorita Atena se encontrara con nosotros...

Mi amado Doctor (MiloXCamus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora