Existen cosas en el mundo que no se pueden evitar, y bajan las esperanzas , como el odio, las guerras, la desigualdad social, o la enfermedad, en ese caso, se deben tomar las ramas de la esperanza que ofrece el amor, que es el verdadero salvamento para las almas atormentadas, fuente de inspiración de los héroes fantásticos de la vida, luz para aquellos que gozan en experimentarlo. Cuando los ánimos no soportan el peso de un espíritu enfermo de un estado de caos, lo que se siente en el corazón es un potencial veneno, o bien la más hermosa y placentera de las medicinas.
Milo estaba exhausto, pues su propia realidad estaba revuelta, casi a punto de explotar, podría jurar que no era imposible volverse demente, en realidad él y todos sus amigos trabajadores de especialidades médicas lo estaban en algún modo, el Hospital Santuario parecía un ente en constante movimiento, los enfermos iban y se acumulaban con el tiempo, muy pocos mejoraban, y otros tantos empeoraban, el trabajo y su misión de ayudar a los demás no tenía fin, las camas de la sala de emergencias, y los cuartos privados estaban al tope, los insumos escaseaban, los familiares clamaban desesperados por sus seres queridos.
Su garganta estaba irritada, por todas las instrucciones que tenía que dar a los pasantes que estaban a su cargo, llevaba tres semanas trabajando sin parar ante un enemigo invisible, que lo alejó por completo de su hermano, sus padres, y de su Cammie, y es que temía llevarle sin querer entre sus ropas algún agente patógeno, y lo último que deseaba era hacerle daño. Desde que regresaron de la casa al lado del viñedo, su relación volvió a retomarse como algo sumamente valioso para ambos, el romance crecía con cada beso, con los cálidos abrazos, en las muy dolorosas despedidas cada vez que el peliazul retomaba la guardia de 48 horas en el área de cuidados intensivos.
La ciudad de Atenas fue declarada con emergencia sanitaria, por culpa de una enfermedad nueva y extraña que afectaba a las personas de la tercera edad, la gente observaba a sus doctores y enfermeros, como los verdaderos soldados ante un ejército difícil de vencer, por lo que Camus se preocupaba más que nunca por su adorado escorpión, le mandaba los mensajes precisos, expresándole su más intenso cariño, la más profunda de las admiraciones, y corroborándole que cuando todo terminara, volverían a hacer el amor, a despertar por el aroma del café por las mañanas, a enredarse entre las sábanas, encendiendo el flujo de su sangre al momento de acrecentar sus caricias, y a posar sus labios en los del otro, repitiendo incansablemente en palabras su adoración mutua.
Fuera, los ciudadanos comunes, trataban de llevar a su modo una rutina casi normal, inyectando vitalidad al sector de salud pública, por todo lo anterior, Marín y Mu sufrían el mismo destino que Camus, alejados de sus muy amados Doctores, hacía mucho que la pelirroja no consentía a su gatito, ansiaba tenerlo recostado en sus piernas, mientras pasaba sus dedos por su suave cabello castaño, y sus ojos verdes de león observándola, hasta adentrarse dentro de ella y poseerla con una mirada.
Para el profesor de Química, estar lejos de Shaka era igual a un día gris, requería con demasiada urgencia su tenue manera de mezclar sus respiraciones, cerca, tan cerca a punto de besarse, y unir sus manos, entrando en un estado de plenitud, con el aroma del incienso impregnando el ambiente íntimo que tenían como pareja.
Para el francés, le quedaba el consuelo de tener su noviazgo seguro en las bases de la confianza, que ya era infranqueable, sólo le quedaba esperar por Milo, y así lo iba a hacer, en esta y cualquiera de las encarnaciones que tuviera, si es que eso era posible, pero esa tarde, pensando en apagar un poco la punzada de dolor que le producía estar separado de su novio, aceptó la insistente invitación de Marín a ir a tomar algo al café Rodorio, convivir con ellos le hacía sentir acompañado, y más porque Dégel pasaba más tiempo que el de costumbre al lado de Kardia, ante eso, el aquamarina era inmensamente feliz, ver a su hermano con esa hermosa sonrisa en su rostro le era más que suficiente, al final los de L'eau si se habían rendido ante el encanto de los Antares, y por eso alentaba a su hermano mayor a expresar sus sentimientos.
ESTÁS LEYENDO
Mi amado Doctor (MiloXCamus)
RomansaMilo es un médico que sólo vive por su trabajo, desde que su amada Shoko murió, no tiene pasión por nada más, Camus es un profesor que no cree en el amor; Un día por culpa de un accidente, sus destinos se cruzan, ¿podrán descubrir en el otro el sent...