Uzumaki's Strongest Weapon

Capítulo 31: La gorda y la flaca

Tsunade se encontraba fascinada...

Mientras revisaba la memoria de esa chica pelirroja, Ameyuri Ringo, pudo ver su vida como si fuera un libro abierto. Era una chica criada bajo las leyes salvajes de Kiri en las que el simple hecho de graduarse Genin significaba destruir los lazos de su formación académica y convertirse en una asesina al mismo tiempo. Ese brutal examen de graduación en el que asesinó a los otros 8 aspirantes a Genin de su generación la retorció inevitablemente, asumiéndose como una cazadora para no caer en la locura...

Asimismo, pudo darse cuenta de que si bien no era una Uzumaki, por lo menos sí era una descendiente de segunda generación, porque la mujer pelirroja que veía ocasionalmente en los recuerdos de la Ringo, era una pelirroja que ya mostraba esa dentadura de sierra tan característica de un sector importante de la gente de Kiri. Mlantenía una coloración de piel más clara que la dueña de las Kiba, lo que significaba que esa mujer no era alguna Uzumaki huida de Uzushio tras la Operación Vertical.

Sin embargo, era notorio que mantenía algo del legado Uzumaki, posiblemente desde su abuela materna, al tener en sus manos varios pergaminos que hablaban de Fuinjutsu y de forma más llamativa, de Jikuukan Ninjutsu (Técnicas Ninja Espacio-Tiempo), la cuales eran destacadas por su rareza en todo el Ninkai. Pero lo que resaltaba más era que con estudio y dedicación inesperadas, Ameyuri había avanzando mucho en el entendimiento de la combinación del Jikkukan Ninjutsu y el Fuijutsu simultáneamente con el fin de abrir una entrada a otros mundos...

Ciertamente, ella como usuaria del Kuchiyose no Jutsu (Jutsu de Invocación) era consciente de que el plano del Mundo Ninja no era el único existente, pero jamás pensó que eso del mundo de los demonios y de los dragones verdaderos, aquellos que no eran invocaciones, fuera más que cuentos de hadas sumamente fantasiosos.

Existía la teoría y el mito de aquella figura que actuaba en el mundo como representante de los Kami en la tierra, pero sonaba tan fantasioso como el cuento de la Princesa Kaguya y el Shinjuu...

Se tomó un momento para apreciar la particular belleza de la Ringo: su particular tono grisáceo de piel resaltaba sus pechos 80 un tanto pequeños, que invitaban a tentarlos debido a sus gruesas aureolas y a los particulares pezones invertidos que los coronaban, cuerpo tonificado y esbelto que le daba una silueta sumamente femenina y un firme trasero 88 que se notaba bastante sin las holgadas ropas que llevaba puestas cuando su adorado amo se la entregó para sanarla. Su lacia cabellera suelta, orientada hacia atrás se veía más femenina sin el feo tocado que usaba debajo de su banda protectora y durmiendo apaciblemente, sus finos rasgos contrastaban con su cuerpo lleno de cicatrices.

"En verdad es una mujer muy particular..." Pensó fugazmente la Sannin "Tiene una tendencia al salvajismo debido a su formación como Kunoichi, pero también muestra una cara sumamente culta e inteligente para dominar conceptos como la existencia de otros mundos y el uso simultáneo de Fuinjutsu y Jikuukan Ninjutsu, para romper esas barreras entre los mismos..." Sonrió suavemente "Además, que tenga en su sangre el Kekkei Genkai Shikotsumyaku de forma natural y latente, sólo la hace más especial y valiosa..."

Tsunade agregó otra dosis de sedante al contenedor para mantenerla sometida y apacible, para luego acercarse a la bola de cristal que posada en un pedestal anexo al contenedor y que mediante diodos estaba conectada a las sienes de Ameyuri Ringo por medio de delgados cables que entraban al contenedor por la parte superior, daban acceso a la indefensa mente de la pelirroja.

- Bueno, es hora de darte la bienvenida al Clan Uzumaki de mi adorado, Naruto-sama... Siéntete honrada de ser elegida para ser uno más de sus coños esclavos...- La rubia posó su mano derecha en el objeto de cristal y cerró los ojos suavemente, para comenzar a introducir sus pensamientos en el subconsciente de Ameyuri e iniciar su irreversible camino a la esclavitud, mientras con su mano izquierda comenzaba a masajear su suave y generosa teta izquierda sobre su ropa...