Capítulo 32: Viajes hechos y por hacer

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Una semana duró su viaje a Kumo...

Yoruichi y Shizune se encontraban a escasos metros de la entrada de la Aldea Ninja de la Nación del Rayo, ocultas tras una de las varias formaciones rocosas del entorno, mirando fijamente el acceso a Kumo, mientras con capaz negras impermeables se cubrían de la feroz tormenta que caía sobre ellas. Por momentos, todo desaparecía con los deslumbrantes rayos que iluminaban el cielo y cuyos truenos posteriores cimbraban todo el lugar.

- Bien, ha llegado la hora...- Murmuró seria la pelinegra entrecerrando los ojos

- A la orden, Shizune-sama- Asintió firme la Shihouin.

Las dos Kunoichi comenzaron a caminar directamente hacia la entrada, en medio del diluvio y cuando la luz de un relámpago las desapareció por un momento, reaparecieron como un gato negro sobre cuya cabeza estaba montado un pequeño escorpión. Los dos animalitos entraron velozmente por la entrada ante la mirada que los guardias, que realmente no le dieron importancia al par de alimañas, ya que por el color del pelaje sólo se distinguía el felino en medio de la tormenta y era normal que los animales callejeros entraran en la aldea para buscar refugio.

Además, el arco de la entrada tenía unos sellos especiales para detectar el Chakra de los animales Ninja y saber si eran intentos de infiltración o animales comunes y corrientes, cosa que sólo los altos mandos de la aldea sabían cómo funcionaba y podrían intentan eludir, por lo que al no haber reacción alguna, los vigilantes le restaron importancia al ingreso de ese gato, ya que al final... ¿Qué podía pasar? Un gato callejero más, no significaba nada...

El felino corrió a gran velocidad, ingresando a uno de los callejones de la aldea y subiendo por una tubería para alcanzar el techo de la construcción, comenzó a saltar por los inmuebles de la zona, hasta llegar a un complejo departamental, en el cual se adentró desde la azotea para descender algunos pisos y finalmente posarse delante de una puerta. Entonces en un brillo fugaz reaparecieron la Katou y la pelimorada. La primera saco de entre sus ropas una llave y abrió la puerta del lugar, ingresando junto con su seguidora segundos después.

- Sabía que el departamento de Mabui-chan sería útil en el futuro...- Shizune sonrió suavemente, recorriendo con la vista el inmueble, que se mantenía en perfectas condiciones desde que Mabui oficialmente se había ido a un crucero por el mundo, meses atrás

- Vaya, usted sí que piensa en todo, Shizune-sama- Yoruichi sonrió suavemente, sinceramente impresionada por la capacidad de previsión de la tía de su amo

- Así es, cariño- La pelinegra revolvió los cabellos morados de la sumisa morena como la mascota-esclava que era -Pero ahora, tenemos asuntos más importantes que atender...-

La Shihouin se mantuvo expectante, ya que Shizune cerró la puerta con llave nuevamente y abrió levemente las cortinas que daban al exterior para que entrara un poco de la luz del alumbrado público cercano, para luego acercarse a un ducto de ventilación y haciendo gala de su fuerza, arrancar la cubierta tras unos minutos de esfuerzo ante la atenta mirada de la madre de Iris.

La finalidad de ello era tener una rápida y segura ruta de acceso al exterior para cuando recorrieran la aldea en sus formas de mascotas perfectamente entrenadas...

Una vez terminados los pequeños preparativos, Shizune nuevamente se oriento hacia la atenta morena.

- Escucha, Yoruichi-chan, el amo nos envió, entre otras cosas, con el propósito de buscar un lugar ideal para instalar esto...- De entre sus ropas sacó un pergamino con el símbolo Uzumaki grabado

Uzumaki's Strongest WeaponDonde viven las historias. Descúbrelo ahora