Uzumaki's Strongest Weapon

Capítulo 44: Expansión

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Descansaba en su camerino, luego de su presentación.

Se limpiaba la cara para removerse el maquillaje, revelando su hermoso rostro con una visión angelical distinta a la vista en el escenario, virginal e inocente. Luego procedió a cepillar su largo cabello mientras se miraba con discreta molestia en el espejo...

Odiaba tener esa belleza tan insinuante.

Usagi Uzumaki estaba forzada a vivir como Jessica Rabbit. Maquillándose de forma provocativa para aumentar su edad aparente, contoneándose como una furcia con ese atuendo llamativo y exagerado que dejaba poco a la imaginación si no fuera porque usaba pasties en sus pezones para que no se notaran en el vestido. Sin embargo, sabía que era necesario para sobrevivir. A sus 23 años ya sabía lo que realmente significaba era ser poseedora del valioso Kekkei Genkai Kinton en un mundo hostil y corrupto como lo era el Ninja.

Hija de una de las pocas parejas Uzumaki que unida pudo escapar del asedio que vivió su aldea en los últimos días, tuvo la oportunidad de disfrutar de una familia con padre y madre durante buena parte de su vida. Aprendió de su legado como descendiente del Clan de Uzushio y fue bien educada en lo posible sobre las tradiciones Uzumaki, ya que siendo hija de dos jóvenes nobles, sus padres eran cultos y conscientes de lo que implicaba ser de los pocos que quedaban del clan...

Lo malo, era que al ser nobles, casi no habían visto acción en combate, por lo que cuando llegó el día en que Ninja ambiciosos descubrieron su identidad como Uzumaki, comenzaron a ser perseguidos sin que pudieran hacer algo para defenderse además de escapar en medida de sus posibilidades.

El primero en caer fue su padre, quien siempre trataba de mostrarse optimista ante la dificultosa vida, alejado de los lujos que había disfrutado en Uzushio. Aquella misteriosa organización, la Tsukuyomi Dantai (Organización Tsukuyomi), no tuvo piedad desde que los había empezado a perseguir tiempo atrás y un día en que madre e hija se habían ido de compras, recibieron el mensaje por medio de la invocación de su padre, una tortuga, de que huyeran de la aldea en la que se habían establecido, porque ese grupo había averiguado que eran Uzumaki con el Kinton latente y posiblemente irían tras ellas también.

Vivió por años el acoso de aquél grupo que las siguió a donde quiera que fueran, aldea por aldea, incluso en las zonas más apartadas del Continente Elemental, por más que se esforzaron para esconderse, hasta que inevitablemente su madre también terminó por ser atrapada, mientras le daba la oportunidad de huir y entre lágrimas por abandonarla, no pudo siquiera despedirse de ella...

Jamás volvió a verla.

Pasó años en la oscuridad, escondiéndose de esos implacables perseguidores, mientras trataba de hacerse de una vida tranquila, sin nada ni nadie de qué temer. En medio de la adversidad floreció para convertirse en una mujer realmente preciosa. Sin proponérselo ante el miedo de que fuera abusada como se contaba entre las escasas mujeres Uzumaki que se llegó a encontrar en su difícil travesía, terminó por llegar a la conclusión de que tal vez la mejor, por no decir la única forma de esconderse de esa misteriosa organización, era exhibirse justo frente a sus ojos...

Para su incomodidad, comenzó a planear una vida posiblemente en el punto más estable del Continente Elemental, Tamamushi.

Si bien no dejó de lado su entrenamiento en el manejo de su legado de sangre, sí lo descuidó bastante para practicar sus habilidades en el canto y la actuación, con el objetivo de hacerse un lugar entre las luminarias del entretenimiento. Sin embargo, para su pesar, su principal atractivo siempre fue la belleza física y eso terminó de posicionarla en los espectáculos para adultos, aunque logrando librar como tal la prostitución, dado que como atracción, siempre era más redituable el concepto de la belleza inalcanzable para los clientes, que al no tener forma real de llegar a ella, se tenían que conformar con escuchar su preciosa voz y disfrutar de sus provocativos movimientos en el escenario...