Capítulo 34: A detalle

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Fuusou tenía una costumbre muy particular durante su infancia en Uzushio, que era la de ponerse la ropa de su hermana, porque en un caso poco común en la tradición de los gemelos en Uzushio, sus padres les compraban ropa distinta para que cada una tuviera su propia identidad.

Para la menor de las hermanas por minutos, la mayor era su objeto de admiración, ya que Kushina era extrovertida y firme, mientras que ella era tímida e introvertida, por lo que gustaba de usar las vestimentas de la mayor para sentirse más valerosa en primera instancia y en segunda, porque imitando a su hermana, se sentía más cerca de ser como ella...

Con el tiempo y la separación que hubo entre ambas por las vidas que les tocó vivir, esa costumbre había quedado olvidada por Fuusou, pero regresó con fuerza cuando la vida les permitió volver a reunirse.

Se encontró con esa ropa reveladora y no pensó que su adorada hermana fuera a usar ese tipo de atuendo tan revelador, pero cuando la tuvo en sus manos simplemente no pudo evitar el vestirse con él, ya que a pesar de que no era una jovencita, todavía se consideraba atractiva y tal vez por vanidad o un impulso, pero se decidió a probar esas ropas tan insinuantes para ella, imaginando a su adorada hermana haciendo los deberes cotidianos vestida así...

Pero era inesperadamente cómodo.

Los pantaloncitos cortos se pegaban a su piel de forma que parecían fina ropa interior, dejándola estirarse hasta donde le era posible y el top negro que usaba era entallado, pero al ser de tela elástica, mantenían todo en su lugar, permitiéndole prescindir de sujetador y si bien se le resaltaban sutilmente sus pezones, también podía mover su torso con total libertad. Finalmente complementó el atuendo con unas sandalias de piso e inició su faena.

Lavando los trastes, se sintió como aquella niña soñadora y deseosa de emular a su hermana mayor, tarareando aquella canción de la infancia que su madre a su vez cantaba a todo pulmón cuando realizaba diariamente el quehacer del hogar. Comenzó a moverse con sutileza, recordando a su progenitora en esos días felices, totalmente ensimismada entre la nostalgia y alegría que la había invadido al sentirse nuevamente como esa chiquilla timorata, pero contenta de vivir una hermosa infancia junto a su querida hermana...

- Oh, mami... Pensé que estarías durmiendo todavía...- Toda esa atmósfera se perdió cuando sintió esas firmes manos sobre la cintura, sorprendiéndose al escuchar la voz de su querido sobrino tras ella

- ¿N-Naruto?- Volteó de inmediato a verlo -O-Oye, no...-

Con prontitud, el rubio se aferró a los generosos pechos de su tía con ambas manos, comenzando a masajearlos con una maestría que fue tan desconcertante como estimulante para su tía. Fuusou al comienzo intentó detener a su sobrino al darse cuenta de que parecía estar medio dormido, puesto que suspiraba suavemente sin dejar de manosearla con esa habilidad poco esperada...

- Mami, eres tan suavecita de aquí...- Murmuró suavemente en el oído de la Uzumaki mientras posaba su cuerpo contra la espalda de su tía -Amo tus suaves pechos...- Cerró los ojos sonriendo, deleitándose en la suave y cálida sensación de los pechos que creía de Kushina

- N-Naruto, p-por favor...- Desconcertada tanto por lo extraño de la situación, como por sentir cómo se iba calentando ante el manoseo del rubio, se mantenía cohibida y no se podía resistir como desearía

- Adoro cuando te haces la difícil, mami...- El rubio entonces posó su entrepierna en el firme trasero de su tía -Pero al final, siempre pides más...-

"Oh, dios..." Fuusou contuvo una expresión de sorpresa "E-Es... Muy grande" Pensó preocupada al sentir el privilegiado miembro de su sobrino frotándose contra su trasero

Uzumaki's Strongest WeaponDonde viven las historias. Descúbrelo ahora