He Is Real (MinSung)

24

Habíamos vuelto a casa demasiado felices por lo que había sucedido en aquella visita nocturna al parque, sin duda sería algo que no olvidaría.
De seguro te preguntarás, ¿cómo es que llevaba una sortija de matrimonio?.

Pues bien... JiSung ya me lo había pedido.
Él me lo había expresado a su manera de que quería casarse conmigo. Le daría el placer de cumplir su sueño.
Sin importar lo que mi familia dijera de mí.

JiSung se fue demostrando su sortija en su dedo anular a todo el mundo que se atravesará; su madre, su hermana, sus amigos, e incluso a algunos compañeros de clase. Se notaba que le gustaba presumir su felicidad.
Lo cual me hacía completamente afortunado.

-MinHo...no es por molestarlos. Pero... ¿Podrían hacer las compras? Estoy preparando la comida por lo que no puedo dejar esto.

Asentí, no quería ofrecerme a encargarme de la comida.
JiSung estaba dándose una ducha mientras yo jugaba con los felinos.

Ella salió diciendo que haría una lista con las cosas necesarias y después cuando su hijo salió del baño, me la obsequió, junto un par de billetes para hacer los intercambios de nuestros bienes con dinero.

La tomé para después dirigirnos al auto donde conducí al supermercado donde haríamos las compras.

Obtuvimos todo lo de la lista. No faltaba nada más. E incluso JiSung agregó unas cuantas cosas de limpieza. Y algunos antojos que él tenía.

Pagamos y nos dirigimos a casa donde ayúdanos en acomodar. No terminamos pues nos habíamos puesto a comer por petición de la madre de JiSung y ella acomodo todo con la ayuda de su primogénita.

-¡Ah! Olvidé la salsa de tomate. Iré por ella.

Al escuchar lo que dijo la mujer, me puse de pie y rápido tomé mis llaves del auto.

-yo iré.

-No hijo. Vienes de allá, no dejaré que vuelvas. Aquí iré a la tienda de convivencia deben de tener.

-Una mujer no debe de andar sola en la calle. Por favor permitame ir por usted.

Ella asintió apenada y yo solo me dirigí fuera caminando de forma solitaria hacia el exterior nocturno, con cuidado. Me dirigí a la tienda de convivencia que estaba a dos cuadras al sur de la casa.

Teniendo la compra en mis manos me regresé viendo una silueta cruzando la calle.

-¿Qué haces aquí? ¡Vete a casa!.-Grité por la seguridad de aquel que estaba del otro lado.

JiSung sólo permaneció a mitad de calle con su cabeza ladeada.

-No hay nadie... ¿Por qué quieres que me vaya?.

-Es peligroso, le dije a tu madre.

-Puedo defenderme sólo.

Mencionó cruzandose de brazos, por lo que caminé hacia él.
Sin embargo antes de llegar, escuché el claxon de un auto sonar. Con sus luces iluminando su camino. JiSung si no se movía de donde estaba podría ser arrollado. Por lo que corrí hacia él.

-¡muévete!.-Grité pero él parecía que no veía aquel auto.

-¡MinHo!.-Escuché su voz gritandome asustado.

Fue lo último que escuché, pues sólo había visto aquella luz y no más. De igual manera no supe lo que ocurría.

El monitor cardíaco sonaba con un pitido acelerado.

-Háganse aún lado, lo perdemos-Gritaban colocando el desfribilador mandando descargas eléctricas. También había una mujer que lloraba con intensidad.

Abrí mis ojos sintiendo como si me hubieran recatado de ser ahogado por la mismísima agua. Mis respiraciones eran hondas.
Levanté mi cabeza viendo a mi madre siendo abrazada por mi padre. Ella lloraba, tenía sus ojos donde le caían gotas de lágrimas y sus ojos, mejillas y nariz eran rojizas.
Al verme se lanzó en abrazarme.

-¡Hijo!.-Repetía mientras me llenaba de besos. Miré a mi alrededor y habían médicos con aquel aparato que me habían puesto en el pecho para darme energía.

-¿Qué... Qué sucedió?.-Pregunté mirando a mí madre que seguía asustada.

-Estuviste en coma por un año, cariño. Te atropellaron y te causaron esto, además de una costilla rota. Pero ya está. Curado.

-¿Eh? ¿Un año? No, eso no puede ser posible... ¿Y JiSung?.-Pregunté recordando que ambos estaríamos a punto de casarnos.

-¿JiSung? ¿Quién es?.-Respondió mi madre con su rostro confuso. Los médicos se fueron para dejarnos solos.

-El chico rubio alto. Pregúntale a MinYoung.

-Hijo... Creo que algo está mal. ¿Quién es MinYoung? ¿Quién es JiSung?.-Al escuchar a mi padre hablar me quedé atónito. Sin ninguna expresión. ¿Cómo es posible que no recordará a su hija?. ¿Cómo es posible que ambos estuvieran tan tranquilos? Mi corazón comenzaba a acelerarse.

-MinYoung... Mi hermana...-Susurré viendo a mi madre.

-No, eres hijo único. ¿No recuerdas?.

-¿Hijo único?. No es verdad, ella es mayor que yo. Ella sabe en dónde está JiSung. Tengo que buscarla.-Dije aún con mi corazón palpitante. E intentar querer salir de la cama. Pero mi padre no me lo permitió volviendo a acostarme.

El doctor se hizo presente y habló frente a mis padres de lo que me ocurría, pues mi madre estaba bastante asustada que le contó al verlo.

-Estar en coma, es como estar dormido. Tal vez y su hijo soñaba con aquellas personas y cree que existen realmente. Es común en algunas personas.

-¡No es verdad! ¡Ellos existen! ¡Es verdad!.-Comenzaba a gritar sin control.

El doctor le dijo a una enfermera que me colocará tranquilizante y está asintió preparando la inyección. Después se alejó.

-Hijo... No se como lo supiste. Jamás te lo dijimos... Pero tienes razón, antes que tú vinieras al mundo tuvimos una niña, tristemente... Ella tuvo una muerte de cuna. MinYoung era su nombre.

Al escuchar las palabras de mi madre, sentí un hueco en mi corazón, no supe la razón por la cual lágrimas cayeran de mis ojos.

Será que... ¿JiSung también fue un ser que murió y yo lo imaginé?.

-S... Si ellos no son reales...eso indica que HyunJin y JeongIn ¿tampoco lo son?.

Mi madre sonrió y asintió tomando mis manos.

-HyunJin venía a menudo a visitarte. Es tu mejor amigo. Él llegaba y te contaba cosas, se quedaba aquí un buen tiempo. Después comenzó a venir con un chico de cabello rojo. No recuerdo su nombre. Pero ambos venían siempre.

-JeongIn, era él. Sí existe.

Si él existe, él me llevará con JiSung.

-¡Tengo que verlo! Quiero ver a JeongIn.-Exigía verlo. Seguía reclamando, pero sentí como me inyectaron aquel relajante, por lo que volví a cerrar mis ojos durmiendo, sin saber que ocurría verdaderamente.

Él es real.