Wounds Covered [Taerosé]✔

»Uno«

Taehyung se encontraba corriendo hacia su trabajo. Estaba llegando tarde...

De nuevo...

Abrió la puerta de la cafetería haciendo que de ésta sonara una pequeña campana, avisando que alguien nuevo había llegado.

Nayeon sonrió burlona—¿Otra vez te quedaste dormido?

—Si...—Suspiró y rápidamente se colocó el delantal.

—Tienes suerte que Minho no esté aquí. Ya te hubiera regañado.

—Lo se, agradezco a Dios eso.

Ambos amigos se sonrieron y comenzaron a atender a las personas que empezaban a llegar.

****

La campanita sonó y una chica rubia entró al lugar. Nayeon le sonrió y ella se sentó en la pequeña banquita que contenía la cafetería.

—Rosie, ¿Cómo estás?—Amablemente le preguntó.

—Muy bien Nayeon ¿Y tú?

—Perfecto—Sonrió—¿Lo de siempre?—Rosé asintió y Nayeon fue por su café.

—Hola Tae...—Saludó en un murmurllo, con una sonrisa.

—E-eh... hola... Rosé—Unos vasos, que gracias a Dios eran de plástico, se le habían caído debido a que se tropezó.

—¿Estás bien?

—S-si no te preocupes...—murmuró mientras juntaba los pequeños vasitos. Sonrojado se levantó—¿Q-qué haces aquí?

—¿Tú... que crees que hace en una cafetería Kim?—Baek le preguntó burlón—¿Comprar verduras?—Rosé rió, haciendo que el castañito de sonroje aún más.

—Y-yo...

—Aquí está tu rico café Rosie—Nayeon dejó la taza en el mostrador. Roseanne le susurró un "gracias" y comenzó a tomarlo tranquilo y lentamente.

—¿No tienes calor?—La chica le preguntó con el ceño fruncido.

—E-eh... n-no. Estoy... estoy bien...

—¿Segura?

—Déjala Nayeon. Tal vez no tiene calor, hoy el sol no está tan fuerte—Baekhyun habló. La mencionada asintió y fue hacia unas mesas a lo lejos a tomar la orden de una pareja.

—¿Y cómo haz estado Taehyung?—Le preguntó mientras tomaba un poco de su café.

—M-muy bien...—Tartamudeó sonrojado.

—Me alegra—Le sonrió.

Una sonrisa que hacia que el corazón de Taehyung latiera muy rápido.

—Hey Rosie—Nayeon tomó el brazo de la rubia apenas había llegado, logrando que un chillido de dolor saliera de sus labios—Uh... lo siento.

—N-no importa...

—¿Te golpeaste?—Le preguntó extrañada.

—S-si... lo que pasa es que...—Carraspeó y miró al castaño, que la miraba con confusión y preocupación—Me caí de las escaleras.

—Deberías tener más cuidado Rosie—Le advirtió y volvió al mostrador.

—S-si, lo tendré...