PERSONAJE: Scott Lang PALABRAS: 777 EDITADO: 26 de enero 2021 ✓ ADVERTENCIA: one shot super rosa ⚠️
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✿°̥࿐ 'captaste mi atención, intenté comprenderlo, pero lo supe desde el principio: eres diferente a cualquier persona que conocí. me tienes hipnotizado y fascinado, me has atrapado'
head first | christian french
— ❀ —
Miré el reloj en la pared y solté un suspiro, esperando a que el señor Lang llegara pronto. Era un día muy caluroso de julio y lo que más deseaba era tomar un poco de aire fresco.
Margaret, la madre de Cassie, estaría fuera de la ciudad por unos días y mientras tanto me había dejado al cuidado de la niña. Habíamos pasado todo el sábado dentro, por qué Cassie no había querido salir de casa, debido a que esperaba con ansias a su padre. Había tratado de convencerla de al menos ir a tomar una malteada a algún bar cercano, pero la niña no quiso ni asomarse a la acera.
El timbre sonó y una sonrisa enorme se plantó en el rostro de la niña, lo que por inercia me había hecho sonreír también. Me levanté del sofá y con un paso acelerado fui hasta la puerta. Al abrirla, me encontré con un hombre con la cabeza gacha en el pórtico.
—¡Papi! —escuché decir a Cassie animadamente a mis espaldas
—¡Pulga! —dijo el señor Lang para luego rodear a la niña en un fuerte abrazo.
Observaba la escena con ternura, notando el amor que ambos se tenían, entendiendo que ya era hora de irme a casa y así dejarlos solos. Al carraspear con mi garganta, llamé la atención de ambos.
—Oh, tú debes ser Jamie —dijo el señor Lang viéndome por primera vez — Maggie, dijo que vendrías por las tardes a cuidar a Cassie. Soy Scott, por cierto.
—Es un placer —dije mientras tomaba su mano en forma de saludo—. Es bueno que haya llegado. Cassie estuvo emocionada todo el día por su llegada.
—Es verdad —replicó sonriendo la niña, dejando ver la falta de algunos de sus dientes—, papi dijo que me llevaría por un helado y que podía escoger todos los sabores que yo quisiera.
—Suena como un buen plan.
—Puedes venir con nosotros, ¿verdad que sí, papi?
—Claro que sí, Pulga —dijo al ver los ilusionados ojos de su pequeña hija.
—Por favor, Jamie. Podre probar ese batido del que tanto hablaste hoy —decía Cassie viéndome tiernamente.
—Está bien, no puedo negarme a una malteada de fresa —dije sarcásticamente mientras la niña emitía una risa contagiosa— iré por mis cosas, no me tardo.
Caminé rápidamente a la sala. Tomé mi bolso y móvil de la pequeña mesa del centro para volver a la salida, donde los Lang me esperaban. Al llegar, Cassie entrelazó nuestras manos y con la que le quedaba libre, tomó la de su padre.
Durante todo el camino a Ethel's –un pequeño bar que servía deliciosa repostería, helados y malteadas–, Cassie no había parado de hablar, haciendo que su padre y yo nos riéramos de sus ocurrencias.
Habíamos pasado una agradable tarde, hablando de cosas sin sentido, riendo hasta que nuestros estómagos dolieran y jugando a juegos que a Scott se le ocurriesen para entretener a Cassie y que terminaban entreteniendo a todos.
A pesar de haber conocido al señor Lang por tan poco tiempo, debía admitir que me había agradado rápidamente, se me hacía una persona sumamente divertida y linda.
Después de unas horas en aquella pequeña cafetería, salimos y nos encaminamos a mi casa, la cual se encontraba muy cerca de allí. Al llegar, subimos las escaleras del pórtico, saqué las llaves de mi bolso y abrí la puerta para entrar.
—Me divertí mucho hoy —dije dándome la vuelta para hacer contacto con los verdosos ojos de Scott.
—Yo también —dijo tímidamente él.
—Deberías darle tu número de teléfono, Jamie —interrumpió Cassie—. Así volverán a salir.
La ocurrencia de la niña nos había hecho reír a ambos. Sentía como mis mejillas se ponían rojas y pude notar que Scott pasaba por la misma situación.
—Bueno, Cupido. Ya deberíamos irnos —Scott decía mientras tomaba la mano de su pequeña hija—. Adiós, Jamie. Ten una buena noche.
Aún parada en el pórtico, veía como los Lang bajaban las escaleras con lentitud.
—Scott —dije captando su atención—. Entonces, ¿no quieres mi número?
Scott sonrió, al igual que Cassie, y caminó hacia a mí con su teléfono celular en mano. Tomé el aparato y apunté los dígitos.
—Espero que volvamos a salir algún día —dije tendiéndole el móvil.
—Claro, te escribiré pronto.
Sonreí nuevamente y caminé a la puerta de mi hogar. Al llegar, escuché algo que me derritió el corazón.
—¿Verdad que Jamie es hermosa, papi? —decía Cassie, en lo que ella creía era en voz baja.
—Si que lo es, Pulga.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si les gustó, no olviden dejar una ⭐, me ayudarían demasiado. Los amo, nos leemos prontito 💞