Cortos Gerita.

Preguntas incomodas.

Preguntas incomodas.

Ludwig no supo cómo responder a las preguntas de sus hermanos tanto Gilbert como Louis ansiaba saber ¿Qué rayos había sucedido con él? Ver a alguien como Ludwig con el labio roto, la mejilla amoratada además de que tenía distintos vendajes improvisados, alguien como Ludwig quien no era nada débil en todo caso alguien que podía hacerte frente sin salir tan mal parado.

Y aunque Ludwig había iniciado unas cuantas ofensivas usualmente quien más tenía el mal habitó de andar pelando por cosas innecesarias era Lutz en donde Ludwig se veía arrastrado porque él era un buen hermano que no dejaría al otro pelear sus guerras solo.

– ¡Ya! ¡Ya! Dejen de andar preguntado tonterías ¡Antes de que yo les callé las preguntas! –Comentó Lutz malhumorado –

¿Es que acaso sus hermanos mayores no sabían al menos leer un poco el ambiente? ¡Por lo menos las hormonas! ¡O en todo caso esos dos no tenían olfato! Ludwig se encontraba tenso como una cuerda de violín intentado que su cerebro maquinara una buena excusa para todo lo que era su cuerpo en ese momento, además sus hormonas destilaban miedo mezclada con ira mal dirigida e impotencia, sus cejas estaban fruncidas y de cuando se mordía el labio intentado deliberadamente calmar su estado de estrés, él conocía perfectamente al trillizo de en medio porque habían convivido demasiado juntos.

Y todas esas preguntas lo estaban incomodando haciéndolo llevar a esos malos recuerdos aunque hubieran sido ayer y no pudiera olvidarlos Lutz gruño ante las protesta de sus hermanos del por qué los trataba así.