La joven

16 4 0
                                    


La joven.

Louis se había quedado intentando no cerrar los ojos que ya le pesaban por el cansancio quería imitar a su hermano menor y dormirse pero prefería esperar a que volviera Ludwig de seguro este no tardaría tanto, hizo una mueca sacudiendo su cabeza a ver si podía alejar un poco el sueño miro la hora en su móvil y ya faltaban poco para las dos, realmente debía disculparse con sus hermanos porque tendrían otro agotador día laboral por su culpa, al mismo tiempo estaba agradecido porque a pesar de todo no le dejaran solo. Escucho un ruido proveniente del pasillo y pensó que era su hermano que a falta de iluminación se había tropezado con algo así que se levantó de su sitio para asomarse por la puerta y con la luz de su celular alumbrar el pasillo.

– ¿Ludwig? –Le llamó pero no hubo respuesta, alarmado por este hecho de que un intruso se metiera al lugar pensando que estaba abandonado fue a inspeccionar el pasillo el cual se encontraba muy frío suspiro intentado adaptarse al cambio de temperatura porque el cuarto donde se encontraba no estaba tan frío como el pasillo, era muy extraño pero decidió no prestarle demasiada atención –

Comenzó a escuchar sollozos y aquello le alerto más ¿Acaso alguna joven había sido asaltada en medio de la noche y busco refugio en el lugar? Podría ser posible, así que con pasos decididos fue hasta el final del pasillo para entrar en la última habitación pero la puerta de dicha habitación que se encontraba abierta se la cerraron de golpe y solo pudo ver efímeramente la silueta de una joven parada mirando por la ventana de la habitación.

– ¿Señorita? –Menciono tocando la puerta y al no recibir respuesta decidió abrir, no había nadie, el viento solo movía las cortinas de la ventana abierta – ¿Hola? –Llamo pero al igual que su anterior llamado no hubo respuesta los sollozos habían dejado de sonar, busco por la habitación pero no había absolutamente nadie miro en el armario pero este estaba vacío igual que toda la habitación no había lugar para esconderse –

Se acercó a la ventana a ver si podía observar a alguien tal vez al sentirse alarmada hubiera escapado por la ventana aunque eso no tuviera el más mínimo sentido, el ventanal daba una buena vista de la campanile de San Marcos pero no parecía que transitaran personas a esas horas de las madrugada, sintió que alguien le tomaba el hombro y viro rápido a ver quién era.

Era una joven de largos cabellos castaños, su piel era bastante pálida y debajo de sus ojos había unas enormes ojeras como si durante días no hubiera dormido bien era la mirada de alguien cansada, ella soltó un sollozo y luego un gran alarido, haciendo que tirara su celular y se tapara los oídos, cerró los ojos debido al dolor en sus tímpanos pero lo volvió a abrir cuando sintió aquella mano aferrarse con gran fuerza a su hombro clavando sus uñas de manera dolorosa, el rostro de la joven se fue desfigurando volviéndose un rostro viejo y arrugado, hasta volverse no más que carne podrida, un olor nauseabundo comenzó a llenar la habitación y él no podía dejar de mirar ese rostro de muerte mientras de su boca comenzaba a brotar larvas, se encontraba paralizado sintiendo que era arrastrado por la oscuridad de esos ojos.

– ¡Brüder! –Escucho para ser agitado era su hermano Ludwig quien al parecer había derribado la puerta de la habitación de una patada, su hermano le estaba hablando pero lo único que podía oír era un pitido estridente –

– ¿Qué pasa? –logro decir –

–Lo mismo debería preguntar yo –protesto –Escuche un grito y te vi en la habitación pero me cerraron la puerta y por más que llame no me abrías, por eso la derribe.

–Había una joven y luego su rostro se desfiguro, se volvió putrefacto y olía a muerto, no quiero creer en cosas de fantasma pero eso fue raro –menciono, Ludwig sabía que su hermano era alguien demasiado racional la verdad es que él tampoco quería creer en cosas paranormales así que decidieron irse a la otra habitación al llegar se encontraron con que Lutz estaba despierto se estaba sobando su brazo izquierdo que tenía tres largos rasguños mientras que en su mejilla derecha había un corte que aun botaba sangre –

Cortos Gerita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora