Cortos Gerita.

Felicidad

Felicidad.

Ludwig se encontraba sentado en el parque con una diminuta sonrisa en sus labios sostenía un libro aunque en realidad no le estaba prestando mucha atención al texto, sus ojos miraban más allá del libro a un pequeño niño rubio de ojos ambarinos que estaba jugando con otros dos junto con sus perros, reían y se correteaban mientras los grandes animales intentaban no ser tan brusco con los pequeños integrante de su manada.

Wolfgang apenas tenía cinco años y como lo sospecharon desde un principio al igual que su padre era un alfa de gen dominante, mientras que Stella su pequeña niña de dos era una omega de cabello castaño y ojos azules, mientras que Lutz tiene una niña alfa de gen dominante de nombre Lia rubia de ojos purpura rojizos sonriente y vivaz que siempre se la pasaba metiéndose con Wolfgang ya que en edad se parecían, mientras que Louis tenía a gemelos ambos varones y alfas, ambos eran castaños rojizos de brillantes ojos azules cielo Axel y Alois.

Dejo de mirar a su hijo para concentrarse en su pareja dormido en la manta para el picnic que habían decido hacer, Stella estaba dormida a su lado, a su izquierda estaba también Lutz durmiendo una siesta con su hija entre sus brazos mientras Luciano se encontraba comiendo un helado, Louis se encontraba mirando a sus hijos jugar en el parque junto a Felicia ocasionalmente la italiana le susurraría algo en el oído a su esposo y él sonreía asintiendo ante su comentario.

Escucho un llamado para encontrarse con su hermano mayor agitando su brazo izquierdo con una sonrisa de oreja a oreja en su brazo derecho una pequeña niña albina de nombre Emma y sosteniendo la mano de Mathew una niña rubia llamada Emily ambas omegas Mathew mostraba una brillante sonrisa exudando aire maternal propio de un omega embarazado, Gilbert junto con su familia se unió a ellos sentándose en la manta Emily se fue a jugar con sus primos mientras que Emma decidió quedarse en brazos de su padre siendo la pequeña mucho más tímida que su hermana mayor.

Ludwig le hizo una señal a Gilbert para que bajara el volumen de su voz el alemán mayor asintió un gesto sonriente sentándose en la manta acompañado de su esposo, suspiro un momento sin poder desvanecer la sonrisa de sus labios era una bonita tarde nada calurosa y de cielo despejado perfecta para salir y estar con la familia.

Si se miraba a unos años atrás en su adolescencia viviendo en Alemania él jamás pensó que encontraría este tipo de dicha la verdad nunca había pensado mucho en el amor o en la pareja destinada siempre creyendo que seguiría lo que su padre le dijera para que estuviera orgulloso de él, pero ahora dejando esos años atrás se alegraba de haber escapado de Alemania junto con su hermano, haber hecho el viaje hacia Italia encontrarse con Rómulo y vivir toda esa aventura que le había traído los años regalándole la mejor familia que pudo haber deseado y los mejores amigos que alguna vez pudo haber conseguido.

Mientras escuchaba el cantar de los pájaros, Feliciano despertándose y regándole un beso en la mejilla junto con una brillante sonrisa, Stella sentándose en su regazo intentado llamar su atención mientras la risa de su hijo y sus sobrinos sonaban por el parque él podía decir que esta era la verdadera felicidad.