Enfermo

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Felicia se despertó temprano ese día, tenía demasiado calor pero no era un calor del exterior no, si se quitaba las sabanas de seguro se enfriaría era más bien el calor corporal excesivo. Al abrir sus ojos intentado adaptarlos a la oscuridad se dio cuenta del rostro miserable que tenía su compañero de cama, su cabello rubio estaba completamente despeinado y sudaba demasiado parecía tener dificultades para respirar pues al parecer tenía la nariz congestionada y estaba respirando por la boca.

Toco su frente y estaba ardiendo en fiebre, intento alejarse un poco de los fuertes brazos del alemán, sabía que su condición iba a empeorar y la culpa parecía carcomerla si ese domingo no fuera insistido en salir y no usar un abrigo posiblemente Ludwig no hubiera tenido la necesidad de prestarle el suyo cuando empezó a llover y no se hubiera resfriado. Pero el hombre alemán era demasiado terco y a pesar de que Felicia le dijo que bajara un poco el ritmo y que descansara porque tenía ligeros síntomas de refriados él siguió siendo tan dirigente como siempre.

Sentía que si no cuidaba ella de Ludwig él no se cuidaría por sí mismo. Bueno no es que Ludwig no pudiera cuidarse de seguro que lo hacía siempre se tomaba sus vitaminas, hacia ejercicio y tenía una buena dieta de comidas y muy rara vez se enfermaba aunque siempre eran cosas que pasaban muy rápido y Ludwig no parecía querer prestarle demasiada atención a los malestares en su cuerpo. Pero estas eran una de esas ocasiones en que el cuerpo de Ludwig le pedía un respiro a gritos. Felicia se levantó para buscar medicina y agua necesitaba al menos bajarle la fiebre se salió de esos fuertes brazos para alejar las sabanas calentitas y sentir el frio de la mañana, si era una mañana fría.

Ludwig se despertó por la tos sintiéndose asfixiado tenía el pecho apretado y además se sentía ahogado en el sudor sus ojos no querían cooperar con él y cada musculo de su cuerpo dolía como si hubiera corrido una maratón de al menos tres días movió sus brazos y no había nada en ellos eso le forzó a abrir los ojos, no estaba Felicia. Un quejido salió de su garganta mientras se intentaba incorporar cielos no recordaba haberse sentido tan mal... nunca. Se tomó la cabeza que sentía le iba a explotar ¿Dónde estaba Felicia? ¿Por qué no lo estaba acompañando? ¿Qué hora eran siquiera? Miro el reloj y eran las 4:47 A.m. y no tenía ánimos de levantarse de la cama ni para trabajar o hacer sus amados ejercicios, se quitó la camisa sintiéndola pegajosa en su cuerpo e intento limpiarse el resto de sudor, se removió de la cama para levantarse en ese momento Felicia abrió la puerta.

– ¡No! –Exclamo asustándolo, la chica se había lanzado a empujarlo de nuevo en la cama y eso hizo que soltara un quejido al golpear su cuerpo adolorido con la suave colcha –No puedes levantarse, Luddy. Hoy estarás en cama.

–Tengo sed –logro decir con la garganta seca y enserio ansiaba un vaso con el vital líquido –

–Aquí hay agua –mostro ella con un vaso –Y pastillas para la fiebre.

Ludwig hizo un sonido en su garganta de aprobación para tomar la pastillas y el agua tomándola toda casi de un trago, Felicia lo obligo a acostarse nuevamente y sabia las intenciones de la chica, este día no lo dejaría ir al trabajo así sea atándolo a la cama igual sentía que no podía luego se disculparía intento poder nuevamente respirar para notar que si su nariz no lo iba a dejar, soltó un suspiro para intentar respirar por la boca. Felicia estaba sentada a orilla de la cama acariciándole el cabello la miro por un momento ella lucia hermosa aun despeinada sonrió ante ese pensamiento para cerrar los ojos.

Cuando sus ojos se volvieron a abrir, le costó enfocarse había luz del sol ya, pero aún se sentía sumamente terrible y más pegajoso que la ves anterior suspiro al menos ya podía respirar un poco por la nariz, se movió intentado buscar a Felicia, nada ella no estaba. Un quejido resonó en sus labios era extraño estar sin ella en la cama, eran mejores amigos sí. No algo más allá de eso a Felicia no le gustaba vivir sola o dormir sola toda su vida había vivido con su hermana y dormido con ella hasta que ella se mudó con su novio ahora Ludwig ocupaba ese lugar en la vida de Felicia.

Cortos Gerita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora