Cortos Gerita.

Desde el año novecientos

Lutz estaba parado de brazos cruzados observando atentamente como la nación italiana se encontraba gritándole a sus tropas mientras entrenaban, realmente no espero que le despertara tan temprano en la mañana solamente para hacerle entrenar con lo malhumorado que se ponía en las mañanas.

–Alemania espero que no te estés quedando dormido –Gruñó el italiano y tuvo que esquivar uno de sus afilados cuchillos de aguja que con el tiempo se había vuelto un campeón en evadir –

–No señor –Contestó, aunque estaba muy tentado –

Aun no entendía cómo podía estar enamorado de esa amargada y sádica nación pero desde que era el sacro imperio romano las cosas eran así, estar enamorado de Italia a pesar de que le había ayudado durante la guerra que casi provoco su muerte en manos de Francia no recordaba mucho de su tiempo letárgico en el limbo pero cuando se despertó le habían dado el nombre de Alemania ya no era el sacro imperio romano germánico que era constantemente acosado por Italia ahora extrañamente era él quien perseguía a Italia valga la redundancia y su narcisista jefe le agradaba el jefe de Italia ahora tenía que pasar tiempo con el italiano.

Maldecía secretamente al bigote ese porque si no fuera por él podría estar lo más lejos posible de la nación italiana y no tener que enfrentar a su enamoramiento por alguien que a leguas le despreciaba, se colocó a entrenar con sus tropas evitando que el mal temperamento del italiano chocara con él, quería tener una agradable mañana, gracias.

Desde que él y Luciano se reencontraron por primera vez durante la primera guerra mundial el mal carácter del italiano en contra de él se dio a conocer causándole tres profundas heridas en su brazo izquierdo y un corte en su mejilla derecha. "te he amado desde el año novecientos" PPFF falacias si solo tenía el conocimiento de que era Alemania no quería ni saber que pasaría cuando supiera que antes era conocido como el sacro imperio romano germánico, para volverse Alemania había luchado demasiado y Prusia valga la redundancia allí también le había ayudado aunque era un maldito sádico todos pensaban que su hermano era la encarnación de la paz, el amor y los buenos deseos pero Alemania lo conocía perfectamente bien Gilen Beilschmidt también conocido como la ex nación Prusiana era un maldito sádico su entrenamiento había sido intensivo y doloroso demasiado doloroso tanto que a veces solo deseo ser un humano y morir, su hermano repetía las palabras constantemente de que eso lo haría fuerte.

No podía engañarse era fuerte y resistía muy bien el dolor pero no deseaba que absolutamente nadie que tuviera respiración pasara por las torturas que él tuvo que sufrir por su hermano la SS se quedaba pequeña delante de Gilen y su repertorio, se quitó el sudor de la frente gritándole a sus tropas que no bajaran el ritmo hacía un calor del demonio y no entendía porque era el día más caluroso del año, cuando se encontró a su jefe al acabar el entrenamiento le informo que las tropas marcharían hacia Francia y que él debería de ir.

Claro que él tenía que salir con sus tropas era la representación de Alemania y la moral de los soldados solo aumentaba si sabían que su propio país estaba luchando mano a mano con ellos. Odiaba que ese maldito imbécil de su jefe dijera que todo lo que estaba haciendo era por el bien de Alemania eso era estúpido si fuera por su bien se sentiría como una orquídea bueno estaba exagerando pero la verdad es que era terrible todas las muertes que su jefe estaba causando eran horrorosas para él pero allí estaba esa maldita regla no escrita que él no podía ir en contra de los ideales de su jefe porque esos eran los ideales de la nación.

Maldita mentira una nación fuerte es aquella que está con su pueblo no al revés.

Pero él había vivido demasiados años y nunca frustraron su deseo de ser artista para volverse un malnacido tirano.