Kein Schicksal

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¿Quién en su sano juicio se negaría a estar con su alma destinada?

Esa era las palabras que había dicho uno de los compañeros de salón de Ludwig a quien no le gustaba prestar mucha atención, Alfred era un alborotador después de todo, de manera inconsciente miro el símbolo en su brazo y frunció el ceño, le disgustaba su símbolo no por que fuere feo si no porque no era el símbolo que él deseaba.

Porque el símbolo en su brazo no se parecía en nada a una estrella fugaz y no poseía el conocimiento de un brillante italiano, era absurdo lo sabía él desde que era niño estaba enamorado del chico que en su infancia fungía como su niñero, un joven italiano mayor que él por siete años.

Y muchas veces deseo que su marca el símbolo de un águila se cambiara por aquella estrella fugaz brillante en el brazo de Feliciano Vargas, pero no. No era así y eso le molestaba. Suspiro escuchando la conversación de sus compañeros a media ya que eran tan ruidosos que intentara lo que intentara no podría nunca concentrarse en su libro y al maestro de historia que se le había dado el deseo por no aparecer y ahora no sabía qué hacer con dos horas de clases libres. Miro hacia sus compañeros Arthur se encontraba peleando con Alfred diciéndole que era un idiota y bueno ellos eran pareja destinada ambos tenían el mismo símbolo, lo que le parecía interesante es que el gemelo de Alfred ¿Matt? ¿Mateo? Como se llamara su gemelo, tenía el mismo símbolo que su propio hermano aunque claro había evitado esa conversación con Gilbert porque no quería que su hermano se metiera en problemas con la ley "nuevamente" por ser un pedófilo ya conocía a su hermano y no era cómodo que te llamaran de la comisaria a las tres de la mañana para que fueras en un taxi a sacar a tu hermano mayor de la cárcel.

Ni que los policías te reconocieran como el hermano del albino exhibicionista, porque siendo sinceros el alcohol junto con Francis, Antonio y Gilbert era una pésima combinación y no supo porque su hermano en una grandísima idea se le dio por correr desnudo en la calle tal vez sentía un poquito de pena por Marcus que no sabía lo que le esperaba.

Al finalizar las clases e irse de camino hacia su hogar antes de llegar tenia a alguien colgado en su espalda con un muy cantarín sonido de; Luddy, las mejillas de alemán se coloraron para voltear a mirar a quien se le había colgado nada más ni nada menos que Feliciano.

– ¡Ve! Estás creciendo tanto, Luddy aún recuerdo cuando eras más chiquito y si tanto musculo, musculo –menciono apretando sus brazos –

–Feliciano ¡Ya déjame!

– ¡no señor! Necesito mi recarga de musculo –Su sonrisa se hizo más grande abrazándole y haciendo que su bochorno creciera suspiro y lo dejo ser dándole una palmada en la espalda –

– ¿Tienes suficiente?

–Si me regalas un beso entonces si –Ludwig se sentía que no podía alcanzar ya niveles de vergüenza pero Feliciano señalo a sus mejillas y no pudo evitar aliviarse – decepcionarse para darle lo que pedía o no lo dejaría en paz – Ve, ¿Cómo te fue en las clases? Luddy.

–Fue interesante, los profesores entregaron las calificaciones, menos el de historias porque falto.

– ¿Oh? ¿Puedo verlas? –Ludwig asintió para mostrárselas a Feliciano quien sonrió –Tienes una nota excelente Luddy ¡por eso hoy celebraremos! Te prepare una comida deliciosa por tu calificación perfecta, siempre has sido muy inteligente –Feliciano intento alborotarle el cabello como cuando Ludwig era un niño pero la pubertad le había alcanzado y ahora había dado un estirón que molestaba a Feliciano porque tenía que pararse de puntas – ¡Porque tuviste que hacerte tan grandote tan pronto! –Se quejó Feliciano molesto cruzado de brazos y haciendo un puchero la verdad es que no aparentaba tener 22 años y ser estudiante universitario de arte –

Cortos Gerita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora