-¡Oh por Dios, voy demasiado retrasado!
El pequeño cuerpo de Jimin caminaba lo más rápido que sus piernas le permitían hacerlo, necesitaba llegar rápido al salón de literatura.
Pero su visita se había nublado justo antes de tomar el pomo de la puerta, no supo ni siquiera en qué momento, pero cuando abrió la puerta sólo se desplomó en el suelo. Los gritos desesperados de Jungkook se escuchaban tan lejanos.
-¡POR DIOS, JIMIN! ¿ESTÁS BIEN?
Al no recibir respuesta por parte del Rubio el primer impulso de Jungkook fue ponerse de cuclillas para tocar su frente.
¡ESTABA ARDIENDO! Al parecer tenía fiebre, o eso esperaba.
Se levantó del suelo, regresó a su escritorio y tomó el pequeño sobre junto con sus cosas para luego volver donde yacía el cuerpo débil de Jimin y tomarlo hábilmente entre sus brazos como si de un bebé se tratase.
Salió tan rápido de la escuela que ni siquiera le dió tiempo de despedirse apropiadamente del amable guardia de seguridad.
Cuando por fin llegó a su auto abrió la puerta trasera y acostó a Jimin en los asientos.
Conducía como si un ejército lo estuviera persiguiendo, probablemente tendría una multa por exceso de velocidad, pero todo eso le importaba un comino, lo primordial en ese momento era la salud de Jimin.
Llegó a la casa del rubio sin ningún inconveniente.
Cuando lo bajo del auto aún inconsciente tanteó sus bolsillos en busca de las llaves, cuando las encontró sonrió divertido, el chico tenía una foto suya en su llavero.
Al entrar a la casa esta estaba totalmente vacía, no había nadie ajeno a ellos dos.
Ahora era donde agradecía haberse quedado ahí un fin de semana, así no iba a perderse en esa grande pero humilde casa.
Como todo un flash subió las escaleras y recostó a Jimin sobre su cama.
¿Era posible que aún estuviera inconsciente? ¿Debería llevarlo al hospital? ¿O...bañarlo? Recuerda que cuando enfermaba su madre lo bañaba para bajar un poco la fiebre. Pero temía no poder controlarse luego, porque, hay que ser sinceros, teniendo a tal pecado totalmente a su merced, ¿Quién podría resistir?
-Mejor le pongo paños fríos en la cara, está muy rojo.
Al abrir mis ojos me sentí como si estuviera envuelto en piedra, todo mi cuerpo dolía.
-Jimin, ya despertaste.
-Jungkook, ¿Que hacemos aquí?
Jimin vió como el fornido cuerpo se acercaba a la cama donde yacía él acostado, tomando un termómetro de la mesa para ponerlo en su boca.
-No sé qué te pasó Jimin, pero al parecer te enfermaste-Habló y luego sacó el termómetro de su boca- Espero que solo sea una gripe.
-Oh No. ¿Y mis padres?
-Al parecer no están, ¿Sabes a qué hora llegan? No me gustaría dar una mala impresión.
Jimin miró el pequeño reloj de mesa.
-Mi papá llegará dentro de veinte minutos.
-Está bien, entonces creo que debería irme, Adiós, Jimin.
Sin más se levantó de su cama y se fue.
Cuando Jimin sintió la puerta principal ser cerrada se relajó, pero algo diferente llamó su atención; había un sobre en su mesa.
"Para mi admirador secreto"
-¿Pero que miércoles?
《Si no lo abres no sabrás que dice》
De acuerdo con su conciencia abrió con sumo cuidado el delicado sobre.
"Parece que te descubrí, pequeño.
¿Quién diría que un niño tan lindo Como tú se enamoraría de mi?
Si tu intención era enamorarme, déjame decirte que lo lograste, creo que estoy loco por tí, Jimin.
Así que llegó la hora de jugar tu propio juego.
Prepárate Jimin, porque para cuando llegue el baile escolar estaremos unidos de todas las maneras.
Atte: Jjk
-No lo puedo creer. ¡LO LOGRÉ! ¡CONQUISTE A JEON JUNGKOOK
Pero...¿De qué juego estará hablando?
¡¡POR LA PAPAYA DE ROSA!!
¡¡NO PUEDO CREERLO!!
ustedes son unos angelitos, de hecho, así voy a llamarlos de ahora en adelante, "Angelitos"
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TEACHER | Kookmin
FanfictionA Jimin siempre le han gustado los hombres altos y fuertes, sin embargo, nunca ha podido encontrar uno que se amoldara a sus altas expectativas. Hasta que llegó él, Jeon Jungkook...A su escuela. ¿Qué pasará cuando Jimin intente ligar a su profesor p...