— Disculpen la tardanza.— una mujer regordeta entró a la sala. La profesora Kim, supuso el de piel morena. También vio por el rabillo del ojo como el señor Lee se ponía en pie apresuradamente, dedicándole una pequeña venia a la mujer, que se la devolvió con gusto.
DongHyuck los vio intercambiar algunas palabras mientras el docente recogía sus pertenencias del escritorio. Sintió las miradas de los profesores sobre sí, pesándole en el pecho.
DongHyuck observó a Jeno. Estaba dormido.
— DongHyuck, acompáñeme, por favor.— solicitó el hombre de cabellos castaños. DongHyuck lo observó; estaba serio, su ceño totalmente fruncido y su postura recta y firme. Sintió sobre sí la mirada de la profesora Kim, expectante.
Finalmente, DongHyuck se resistió. Salió del aula con la cabeza alta. No iba a demostrar lo que en realidad le afectaba la situación. Se mostraría con orgullo.
Esperó a que el hombre cerrase la puerta y tras ello lo siguió, hasta el tan conocido despacho.
DongHyuck se sentó en la tan conocida silla.
Cruzó sus pies sobre la tan conocida mesa.
Observó el rostro del tan conocido docente.
— Has estado evitándome.— dijo una vez se hubo sentado en la silla frente al escritorio. Por primera vez en lo que iba de tarde, el hombre relajó su rostro.
— ¿De verdad?, ¿usted cree?— la burla y sarcasmo podían palparse en las rápidas palabras del alumno. Aún así el adulto no se inmutó.
— No puedes faltar a mis clases. Lo hace todo muy obvio.
— ¿Qué es lo que hace obvio?— cuestionó el menor. Alzó una de sus oscuras cejas.
— DongHyuck.— advirtió.
— No, dígame—
— Mira, voy a dejar las cosas claras.— comenzó, cortando de cuajo al retador muchacho.—Entiendo que puedas estar enfadado o dolido, pero no puedes faltar a clase por esta tontería.
— Tontería...— susurró el pelinaranja. Una triste sonrisa se pintó en su cara. Pequeñas arrugas surgieron al rededor de sus ojos.— Está siendo cruel.
— No, DongHyuck, tú estás siendo cruel. No pensaste que podría sentarme mal que me mintieras a la cara. Puede que—
— ¡Cuantas veces tendré que decir que no mentí! Y tampoco comprendo por qué no me cree, ¿qué le he hecho para que piense así de mí?— chilló. Se levantó de la silla de golpe, apoyando sus manos sobre el escritorio, a punto de romper a llorar.
— Recuerda cuando todo esto comenzó. Lo dijimos, DongHyuck, dijimos que todo era para comprar tu silencio. Fue una boba escusa, pero a mí me sirvió para seguir adelante. Y a tí también, seamos claros.
— Yo...
— Tú mismo lo dijiste.— insistió.— Y aún si creyera en tus palabras, no podría aceptar tus sentimientos.
Los ojos del pequeño brillaron.
— Mark, lo dije totalmente en serio.
El mayor lo miró. DongHyuck mantuvo sus ojos clavados en los negros ojos contrarios, tan grandes y brillantes que parecían pertenecer a un niño. DongHyuck trató de retener las lágrimas, que cada vez le pesaban más.
— No puedo, Hyuck.— respondió, apartando primero la mirada de la del menor.
Un nudo en la garganta del menor le impidió hablar. Boqueó un par de veces, angustiándose al no saber cómo emitir sonido. — Lo ha estado haciendo hasta ahora.— dijo al fin. Sonaba tan roto.
— ¿Me estás reclamando que todo este tiempo lo he hecho?— preguntó entre susurros, como si no pudiese creer lo que oía.— No es lo mismo, ya te he dicho que—
— ¿Que qué?, ¿era un trato?— preguntó. Bufó molesto.— Es la escusa más boba del mundo, usted mismo lo ha dicho. Y está usándola como escudo ahora. ¿Se cree que está haciendo algo?
DongHyuck se dejó caer en la silla de nuevo, esta vez sin mirar al castaño. Centró su vista en la vacía papelera que yacía solitaria en una de las esquinas del despacho. Se cruzó de brazos mientras volvía a hablar— De todas formas, si cambia de opinión,— sintió como la intensa mirada del mayor se clavaba en su figura.— se tendrá que joder, estoy harto de esto.
El muchacho de cabellos brillantes se puso en pie. Se encaminó a la puerta, y antes de abrirla, se giró, apoyando su espalda sobre la madera de esta.
Se dió cuenta de como el rostro del hombre aún sentado se convertía en una mueca compungida.
— Para que lo sepa, no pienso aparecer por su clase. Si le preguntan, apáñeselas usted solito.
Y dichas aquellas palabras, DongHyuck supo que no volvería a abrir esa puerta en un largo tiempo.
.
ESTÁS LEYENDO
kiss the teacher ;;ᴍᴀʀᴋʜʏᴜᴄᴋ
FanfictionDongHyuck, deshaciéndose de todo pudor, besó a su profesor. markhyuck, nct. (capítulos entre las 800/2000 palabras) ✨inspo: when I kissed the teacher,; ABBA✨ advertencias: brecha de edad //7-8 años// si no te gusta, no lo leas xfi