kiss the teacher ;;ᴍᴀʀᴋʜʏᴜᴄᴋ

catorce.

número desconocido:
hola :)
17:49

— ¡Haseul, ya me han vuelto a hackear!— chilló el chico en cuanto, tras haber salido de la ducha, se encontró con un mensaje de alguien desconocido.

— Eso es imposible, dame el móvil.— exigió mientras entraba al dormitorio del menor con la mano extendida. DongHyuck se encontraba con apenas una toalla envolviendo su cuerpo, pero honestamente, Haseul ya estaba acostumbrada. Y a DongHyuck le daba bastante igual. El chiquillo le ofreció el teléfono, y tras Haseul mirar el mensaje unos segundos, arrojó el móvil sobre la cama.— DongHyuck, de verdad que eres de lo que no hay. Contesta al jodido mensaje y pregunta quién es.

DongHyuck sonrió, divertido. ¿Cómo podía ser tan divertido hacer rabiar a alguien?  Haseul desapareció por la puerta  murmurando insultos dedicados al menor. Este se tiró sobre su cama y volvió a tomar entre sus manos el teléfono.

tú:
quién eres?? ಠ_ಠ

número desconocido:
adivina.

tú:
???

tú:
si me vas a hackear hazlo ya :(

número desconocido:
¿qué? soy Mark jaja

tú:
queueueueueu ????

tú:
profeeeee

Agregaste a "número desconocido" como "sUGAR DADDy xd"

sUGAR DADDy xd:
el caso es que tenemos que hablar de tu propuesta.

sUGAR DADDy xd:
lo habríamos hecho antes si no me hubieses distraído...

tú:
lol

tú:
me dijo que lo estaba pensando, ya tiene una respuesta???

sUGAR DADDy xd:
no.

tú:
!! :(

sUGAR DADDY xd:
me refiero a que no tengo una respuesta.

sUGAR DADDy xd:
aún.

tú:
algo es lago

tú:
lago*

tú:
algo**

tú:
>:(

tú:
pERO PROFE

tú:
en realidad no haría lo que fuera por ver a un alumno feliz?? :'D

sUGAR DADDy xd:
la verdad es que no.

sUGAR DADDy xd:
pero supongo que tampoco me cuesta tratarte "mejor"

sUGAR DADDy xd:
imagino que me entiendes.

tú:
lo entiendo uwu

tú:
usted ya me trata bien PERO ES DIFERENTE.

SUGAR DADDy xd:
estaría bien que me explicaras qué es lo que quieres.

DongHyuck gritó.  Se levantó de la cama y saltó sobre el colchón, arrugando el cálido edredón que lo cubría. No le importó  que se deshiciese su cama; ya después la arreglaría.  Se permitió pegar varios chillidos y se dejó caer sobre las mullidas almohadas, impactando su dulce cara contra éstas. Tampoco le dio importancia cuando su móvil amenazó con caer de sus manos, y cuando al fin lo hizo, pareció casi un milagro que cayese en el colchón junto al muchacho.