epílogo.

9.6K 1K 1.3K
                                    


— ¡Hoy follo, señores!

DongHyuck estuvo a punto de escupir el mejunje de bebidas que le había preparado Mark, no porque estuviese malo –que también– sino de la risa. Trató se contenerse mientras Mark lo regañaba con la mirada.

— No te rías, que tú te comportas igual.— le susurró al oído, tratando de parecer sutil. Nadie pareció percatarse del corto intercambio de palabras.

De todas formas, DongHyuck estaba seguro de que él no era así. Nunca se le ocurriría soltar una burrada así delante de tanta gente. Bueno, quizás si estaba en confianza sí, pero no en ésta situación.

No en la boda de la hermana de Mark.

— Gracias por tu aportación, Jaehyun.— dijo una mujer frente al micrófono, subida en un pequeño escenario preparado para la ocasión. La mujer mantenía una incómoda sonrisa en su rostro.

— Un placer.— contestó el tal Jaehyun, bajando poco después del escenario mientras un hombre delgaducho lo empujaba con semblante enfadado.

DongHyuck tapó su boca con ambas manos, apretando los labios con fuerza para que no se le escapara la risa. Acabó haciendo un ruido extraño con la boca, por lo que una señora lo miró de mala gana. Una de las tías del castaño, creyó recordar.

Mark le palmeó la pierna por debajo de la mesa. DongHyuck sabía que el adulto quería que lo tomase como una advertencia, pero no era el caso.

— No me jodas, sabes que es gracioso.— replicó el menor. Mark rodó los ojos.

— Los borrachos no son graciosos.

DongHyuck encarnó las cejas, aunque estas fueron tapadas por su ahora negro cabello. Mark suspiró, admitiendo la derrota.— Puede que un poco.

— Has visto.— rió DongHyuck. Mark volvió a palmear la pierna del joven, pero esta vez su amplia mano se quedó reposando allí, sobre su vestido muslo.

DongHyuck suspiró contento.

— No, no veo.— contestó Mark. El pelinegro lo tomó a broma, y coloco su mano frente al rostro del mayor, colocando tres dedos y esperando a que el contrario le dijese cuántos veía. El castaño negó con la cabeza.— Fuera bromas, creo que me han subido las dioptrías.

— Estás hecho todo un abuelete.

Mark besó la regordeta mejilla del chico en un movimiento rápido. DongHyuck rió por lo bajo.

El pequeño momento de ambos hombres fue interrumpido por la entrada de una hermosa mujer al lugar, Lee Mina. Subió con tremenda delicadeza al decorado escenario, tratando de no pisar el blanco vestido que portaba.

Se aclaró la garganta antes de hablar.

— Buenas tardes, a todos y a todas.— comenzó. Rió delicadamente separándose del micro, y DongHyuck juró ver un brillo en sus grandes ojos parecido al del propio Mark. Mina agarró el micrófono entre sus gráciles manos.—Para ser honesta, no sé cómo comenzar...

— Nene.

El pequeño llamado hizo que Mark lo mirase momentáneamente, para después volver a observar con atención a su hermana dando el improvisado discurso. Aún así, DongHyuck supo que el contrario lo escuchaba.— Está preciosa.

— Si no fuese porque se acaba de casar, pensaría que me quieres cambiar por ella.— bromeó el castaño. DongHyuck lo codeó, haciendo que el mayor riese tratando de ser silencioso. La señora que anteriormente miró mal a DongHyuck los mandó callar.

— Me gustaría invitar a alguien muy especial para mí a decir algunas palabras.— dijo Mina, clavando su potente mirada sobre su hermano menor.— Mark Lee, si eres tan amable...

kiss the teacher ;;ᴍᴀʀᴋʜʏᴜᴄᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora