Odisea |RAURA|

Capítulo XIII: La tormenta ceso.

—Rocky ¿Qué haces aquí? –preguntó el rubio ignorando por completo mi irónica sonrisa.

—Conversaba con ella -se pauso por unos segundos para mirar la tensión de nuestros rostros- un momento ¿se conocen?

            Con esa inocente pregunta de Rocky caí en cuenta de que no era ninguna competencia sino que el chico solo quería coquetear o a ver que lograba para este fin de semana.

—Si nos conocemos perfectamente ¿no es así Laura? –me clavó su mirada en la mía, sus ojos estaban oscurecidos, tenía una mirada punzante que me intimido un poco.

—Si –musite tratando de evadir su penetrante mirada y clavando la mía en el libro.

—Oh ¿son amigos? –pregunto el castaño pelilargo.

—No –respondí antes de que el pudiese decir algo antes, la verdad era esa, no éramos amigos o al menos yo no tenía un amigo como él… Note su mirada desafiante hacia mis ojos yo solo esquivaba los rayos que me lanzaba a través de ellos leyendo cada palabra de mi libro, pero me era imposible poder concentrarme.

—Ella dice la verdad –dijo con una voz sombría- solo somos dos…

—Dos hojas en el árbol, dos simples granos de arena en el montón solamente dos humanos existentes, conocidos nada más –le interrumpí, esta vez sí lo observe fijamente sin expresión alguna, pude ver que el desvió sus ojos, esta vez el intimidado era él.

—Bien, los dejo en su entretenida platica… Bien jugada hermano –dijo con un notorio sarcasmo.

          Ross se marchó y se sentó en el otro lado del salón, distinguía su excesiva furia, sus manos se colocaban en puños y sus oreja rojas como el carmesí. En fin lo ignore por completo, Rocky hacia chistes estúpidos e ilógicos que me hacían reír, la verdad que todos los hermanos Lynch eran muy agradables a excepción de Ross en ocasiones. La clase acabo, todo bien, tome mis cosas y las metí a la mochila, Rocky me espero y nos fuimos juntos a la cafetería, Anna se nos acercó a la mesa con Riker y junto a ellos venían Rydel y Ratliff, era un momento reconfortante, siempre solía estar sola pero a mi criterio no me desagradaba sino que me sentía a gusto, risas y conversaciones sin lógica llenaban el ambiente. Ross entro a la cafetería e ignoro por completo nuestro grupo, se sentó con su amigo Calum un chico pelirrojo, no se mucho de él, solo que es su amigo nada más, del otro lado de la cafetería, sentía su mirada penetrante en mí y por un momento me fije que estrujo con su mano con mucha ira la lata de soda que bebía. Temía con que otro truco saldría Ross, con toda la irritación que cargaba encima era obvio que esto no se quedaría así.

        Cada quien fue por su lado a su clase, nuevamente quede sola, divagaba por los pasillos cerca de la fuente del patio central cuando me lo encontré recostado en los casilleros, solo lo evadí y tome otro camino que no me diríjase a él pero mi intento de no tenerlo en frente fue en vano ya que se estancó frente a mí, no sé cómo hizo para actuar con tanta rapidez.

—Apártate de mi camino –dije con voz amenazante.

— ¿Qué pretendes? 

        Eres increíble rubio, todavía me lo preguntas.

— ¿Qué pretendes tú? -gruñí.

— ¿Yo? absolutamente nada –sonrió con sus labios sellados cínicamente-, ¿Qué hacías con Rocky?

—Hablaba, somos amigos… Ahora por favor lárgate de aquí, no quiero que alguna de mis palabras sigan dirigidas a ti y mucho menos yo oír las tuyas.

—No me vengas con esa absurda mentira, cuando te conocí tú eras una completa desconocida. Ahora te vistes distinto y te dio por ser amigable con mis hermanos. No quieras ir delante de mí porque a diferencia de ti yo ya he regresado.