3.- Primer día

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Después de un fin de semana agitado y lleno de trabajo, Samuel tenía que asistir a su nuevo colegio, recién le habían ofrecido una beca como compensación por lo ocurrido en su antigua escuela, él y dos compañero más, habían recibido un beca al cien por ciento en una de las escuelas más prestigiosas de Madrid.

Era domingo por la noche y el joven camarero alistaba todo lo que fuese a necesitar para el siguiente día, se sentía algo nervioso, llegar a un lugar así sabía que no iba a ser fácil. Pero él estaba dispuesto a darlo todo y a ser un buen estudiante, tenía como meta ser un gran arquitecto y por su madre lograría hacerlo, ella se mataba trabajando para que a él y a su hermano no les faltara nada, por el momento solo eran ellos dos y tenían que buscar la manera de salir adelante.

Ya listo todo lo que ocuparía al siguiente día, se echó sobre la cama. No dejaba de pensar en Carla, esa chica que había conocido hace poco, pero que no lograba sacar de su cabeza. El sábado y domingo tuvo la esperanza de encontrarla nuevamente en el restaurante, pero desde lo sucedido aquella noche, ella no había regresado ahí. Pensaba qué tal vez ya nunca más la volvería a ver y no entendía que era lo que le pasaba con esa chica, tenía poco de haberla visto y no le conocía de nada. ¿Como es que había logrado apoderarse de sus pensamientos? Se preguntaba el chico, no lo sabía, pero de lo que sí estaba seguro, es que ella nunca podría fijarse en alguien como él.

Pasados algunos minutos, se levantó de la cama y fue hasta la cocina para prepararse algo de cenar, cenaría solo, pues su madre tenía turno de noche en el restaurante en donde trabajaba.

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Residencia Rosón Caleruega...

-¡Joder Carla! Llevas todo el fin de semana pasando de mi–decía Polo. -¿Que coño te pasa? Preguntaba él haciéndose el incrédulo mientras caminaba tras ella.

-Te he dicho que no quería verte Polo–respondió ella secamente. El se acercaba a ella pero Carla retrocedía, trataba de tomarla de la cintura pero ella estaba renuente, ponía sus manos sobre el pecho de él para alejarlo, pero este no se apartaba de ella.

-¿Que coño te sucede Carla? ¿Desde cuando me evitas? Somos Carla y Polo ¿recuerdas? -Decía el chico con desesperación.

-Esta relación está en la mierda Polo, date cuenta por favor–respondió Carla alzando la voz. -Lo nuestro ya no funciona, esta perdido desde hace tiempo y tu bien lo sabes-aseguraba la chica.

-¡Si lo se! Gritó el—pero no te quiero perder, dime que te hace falta, ¿que es lo que necesitas para que nuestra relación funcione de nuevo? Cuestionaba Polo.

-Necesito un tiempo, no quiero seguir así, si seguimos con esta relación, terminaremos odiándonos–respondió ella.

El quería acercarse a Carla pero ella se apartó—por favor Polo, solo un tiempo–le pedido la chica.

-Joder Carla, se lo que significa un tiempo, nunca más volveremos–dijo Polo con pesar.
-Solo recuerda que te quiero y que si mañana mismo tú me dices que lo retomemos, yo estoy dispuesto–respondió el chico con los ojos cristalizados.

Ella no podía derramar una sola lágrima por lo ocurrido, simplemente no le nacía, porque no le dolía lo que estaba pasando. Sino todo lo contrario, se sentía aliviada de haber terminado con esa relación que la estaba sofocando.

Polo se marchó de la residencia, aunque ante Carla se mostró triste, por dentro sentía una rabia inmensa. Estaba dispuesto a recuperar a su chica, a como diera lugar, la recuperaría.

La marquesita se echo sobre la cama, se sentía aliviada y tranquila, aparentemente las cosas con Polo habían acabado y habían sido de la mejor manera. Aunque cuando su padre se enterara, pegaría el grito en el cielo, Theo se había encargado de escribir la vida de Carla y no le iba a hacer nada de gracia, el que ella hubiese terminado con el chico. Aún así, no estaba dispuesta a seguir con eso, estaba dispuesta a enfrentar a su padre o a quien fuera. El sueño estaba por vencerla, se volteó sobre su cama y miró hacia el balcón para contemplar la luna, estaba brillante y enorme. Al verla sonrió y recordó a ese chico camarero que había conocido hace dos días, no sabía que era lo que le pasaba con él, tenía ganas de verlo y no sabía porqué si apenas y le conocía.

Élite: Desde que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora