Élite: Desde que te vi

14.- Descontrol

Carla llegó de puntas a casa, no quería ser escuchada por sus padres, aunque pensaba qué tal vez ya estarían dormidos, ya era algo tarde, pero para su mala fortuna, estaba equivocada.

Los marqueses le esperaban sentados en la sala y al llegar lo primero que hicieron fue levantarse de su asiento y caminar hasta ella.

–Hasta que se te da la gana aparecer—refunfuño Theo con el ceño fruncido.

Carla rodó los ojos y se giró a verlos–Les dije que estaba con Lu–respondió de mala gana.

-Y yo te dije que te quería aquí en cuanto salieras de la escuela–respondió acercándose más a ella.–¿Tienes idea de la vergüenza que pasamos hoy? No la tienes, ya que llegas acá como si nada sin siquiera ofrecernos una disculpa–Gritaba el marqués molesto.

-¿Por qué habría de disculparme? ¿Por hacer lo que quiero? ¿Por hacer lo que deseo?–gritaba ella también.

Theo frunció el ceño, te hemos dicho que ese chaval no es para ti Carla, no lo es.–Insistía.

-¿Por no tener dinero? ¿Por no tener un apellido de renombre? –preguntaba molesta.

-El no sabría cómo lidiar con nuestro, con tu mundo–dijo. -No eres cualquier persona Carla, entiéndelo de una vez, tienes un título, un título que debes de cuidar–decía Theo alzando la voz.

-Por Dios papá, que intensos que sois, Samuel y yo solo somos novios, nada más. Tampoco es como que ya me esté casando con él joder–dijo con cansancio. –Yo de verdad no entiendo cual es su necedad de perseguirme en todo lo que hago, quiero que por una vez en la vida me dejen hacer lo que me plazca o lo único que van a lograr es que me vaya de esta puta casa–exclamó alterada.

Theo iba a hablar, pero Beatriz intervino–todos estamos muy tensos, por favor contrólense los dos–Carla hija, no digas cosas que no quieres decir.

-¡Si lo dije es porque es lo que siento, ustedes me ahogan y estoy cansada de ustedes!–Grito la chica.

-!Basta ya Carla! Vete a tu habitación, ahora estamos muy alterados y lo mejor será que vayamos a descansar y dejemos este tema en paz–decía tratando de sonar tranquila. –Mañana, que todos estemos tranquilos, podremos seguir hablando del tema–sugirió.

Carla sin pensarlo comenzó a subir las escaleras–buenas noches–dijo cuando iba a mitad de camino. Al llegar a su habitación azoto la puerta y maldijo.

Estaba harta de que siempre estuvieran reprochándole sus acciones, si bien sabía que lo que habían hecho Samuel y ella el día de ayer no había estado bien. Pero sus papás siempre tenían excusa para juzgarla y para estar encima de ella tratando de controlarla. Estaba harta de eso y solo anhelaba el día en el que pudiera librarse de ese calvario.

Mientras Carla estaba en su habitación echando chispas de enojo, sus padres analizaban la situación.

-¿Que coño Beatriz? De verdad que no te entiendo, simplemente no te entiendo–decía Theo furioso. –Estas de mi parte ¡¿si o no?! Cuestionaba alzando la voz.

-Por Dios Theodoro, sabes que si, que estoy de tu lado, estamos juntos en esto. Pero ¿acaso no escuchaste lo que dijo? Si seguimos encima de ella se marchara y eso no podemos permitirlo–decía la marquesa con preocupación. –Ese chico pronto se irá y no será un estorbo más–dijo la marquesa muy segura.

–Tienes razón, lo mejor será que vayamos a dormir, ese chico se irá con su madre y no le veremos más–soltó Theo con mucha tranquilidad.

-Si cariño, mañana será otro día.–Alentaba Beatriz a su esposo.