4.- Más cerca

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-Ni creas que voy a permitir que la vuelvas a maltratar—respondió el joven alzando la voz.

Polo lo empujó con las dos manos, Samuel solo se movió un poco, él era más fuerte y el golpe de Polo no le había hecho mucho. Carla al darse cuenta de lo que se avecinaba se levantó rápidamente y se colocó en medio de los dos jóvenes quedando frente a Polo. Ella sabía que su ex novio no era bueno para los golpes y desconocía si Samuel sabía o no pelear, pero el castaño sí que se miraba más fornido.

—Coño contigo, que ya hemos hablado y pareces no entender—soltó Carla a su ex.–Déjame en paz, te pedí un tiempo y quiero que lo respetes—dijo ella molesta. La actitud de su ex la estaba fastidiando–no me hagas odiarte por favor–le pidió ya suavizando el tono de su voz.

-¿Ahora me odias? Le cuestionó el chico. —Primero defiendes a este y ahora resulta que vas a odiarme solo por cuidar lo mío—respondió Polo molesto.

-¡Joder! ¿Y quien te ha dicho que soy tuya? Yo no soy de nadie, no te confundas–respondió ella alzando la voz. —No soy un objeto Polo y no te odio, pero con ese comportamiento tan nefasto lograrás hacerme odiarte–respondió Carla decidida. –Por favor, dame tiempo y deja de estar encima mío–le pidió moderando la voz.

-Yo te quiero Carla–fue la respuesta de este. –Pero está bien... te prometo que te daré el tiempo que sea necesario–respondió con resignación el chico.

Guzmán se acercó a él y lo tomó del hombro—venga tío, vámonos ya—le pidió su amigo.

Polo se marchó dejando a Carla y a Samuel solos nuevamente. Ella miró apenada al castaño, nuevamente había tenido que soportar los insultos de su ex novio.

-Disculpa–dijo ella con voz suave.

-Que no pasa nada, tal parece que este será el pan de cada día, así que tendré que acostumbrarme–respondió Samuel.

Carla le sonrió de medio lado–tengo que irme, estaba con una amiga y le he dejado sola–dijo ella.–Pero por aquí nos estaremos viendo ¿vale? Pregunto Carla mientras miraba al chico.

Este solo asintió y le sonrió.

-Y gracias–dijo. –Samuel la miro confundido. –Por defenderme de esa manera de Polo. Respondió ella ante la mirada de confusión del castaño. Aunque ella no necesitaba que nadie diera la cara por ella, le agradecía a Samuel por ese gesto que había tenido para con ella.

El joven solo le regaló una sonrisa de medio lado.

Carla se marchó un tanto confundida, cada que estaba cerca de ese chico, sentía cosas que nunca en la vida había sentido. No podía dejar de pensar en ese chico, cuando estaba con él sentía una felicidad inmensa, su corazón se aceleraba al estar junto a él y por muy poco que compartieran, disfrutaba mucho la compañía del castaño. Nunca se había sentido así, ni con Polo ni con nadie.

Una vez que camino hasta el edificio principal de las Encinas, tomó camino hasta la cafetería para encontrarse con su amiga Lu.

–¿Pero qué coño Carla? ¿Donde diablos te metiste? Le cuestionaba la chica con cierta molestia.

-Perdona cari, tuve que atender una llamada de mi madre–mintió la chica. Lu era su mejor amiga y se tenían mucha confianza, pero no estaba lista para contarle algo que ni ella misma sabía y entendía que era. Se sentía mal por no hablar del tema con ella, todo se contaban y todo sabían la una de la otra, pero primero debía de entender ella que era lo que sucedía.

Samuel se quedó un poco tranquilo, a pesar del mal rato que Polo les había hecho pasar. Se sentía un poco molesto, él y esa hermosa chica rubia estaban pasando el rato y Polo llegó a interrumpirlos.

Élite: Desde que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora