-Por que me prometí a mi misma defenderte con mi vida, por que a pesar de que creas que te abandoné siempre te cuidé desde las sombras -dije tragándome las lágrimas y mirándolo fríamente, al parecer este se había quedado sin palabras por lo que me a...
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Luego de haberme lavado las manos empecé ha admirar el maravilloso desastre que había creado, cuerpos sin vida llenos de sangre uno que otros cuerpos sin cabezas honestamente nada fuera de lo normal es más considero que tuve algo de empatía con ellos pero bueno. Además de mí la única persona que estaba con vida en este baño era una chica que temblaba y lloraba desconsoladamente.
— Aceptaría un gracias por la ayuda que te di — sacudí el agua que tenía en mis manos para tomar el papel y por fin secarlas. —Gra- gracias — por el reflejo del espejo noté que esta ni siquiera intento mirarme, no mentiría estaba hasta un poco preocupada por ella ya que no se había movido del rincón de donde se encontraba.
Lo cierto es que no hubiera asesinado a estos seis intentos de seres vivos de no ser porqué cuando estaba en la discoteca bailando escuché a una mujer gritar pidiendo ayuda, y a pesar de que me fasciné la crueldad no apoyo que nadie abuse de nadie por lo que fuí a socorrer a la pobre chica.
— ¿Cuál es tu nombre? — comencé a caminar en dirección a ella. — Avril — un susurro qué si no es porque soy híbrida realmente no la habría escuchado.
Me agaché hasta la altura de la humana y delicadamente puse una mano en su mentón para que levantará su rostro hacía mí, entonces procedí a utilizar uno de mis tantos dones compulsión.
— Bien Avril necesito que me mires a los ojos — cuando finalmente lo hizo empecé. — No recordarás nada de lo que viste ni de lo que te hicieron, fuiste al baño a echarte agua en la cara y encontraste a las personas muertas. Viste a un hombre salir corriendo con un cuchillo en la mano por la puerta de atrás por lo que creerás qué el fue el asesino, no te recordarás de mi nombre ni de mi rostro — ya cuando terminé me di cuenta que había hecho un buen trabajo cuándo me preguntó quién era.
Salí por la puerta de atrás de la discoteca y fui hacia mi vehículo para ir a casa, cuando llegue arrojé mi chaqueta al mueble y agarré la única fotografía que tenía en esta casa. Una niña sonriente en el medio agarrada de las manos de su padre y de su madre.
Recordaba ese día a la perfección, había salido de casa para bailar y jugar bajo la lluvia, mis padres cuando me encontraron querían regañarme al verme hecha un desastre por el barro. Al final ambos terminaron jugando conmigo y alguien del personal de casa nos tomó la fotografía.
— Es hora de volver — susurré para mi misma.
La alarma empezó a sonar cuando dieron las 6:30 am inmediatamente me levanté a darme una ducha para reducir la ansiedad que me causaba volver a ese lugar, me escapé de allí hace 475 años para ir al mundo de los humanos estaba cansada de estar encerrada allí y tenía ciertos asuntos que atender. Mis padres habían hecho un buen trabajo al mantener la manada, sin embargo ellos no comprendían que no podían controlar los pensamientos de las demás personas específicamente de esos lobos envidiosos que querían carecer de poder, y sí hablo en pasado porque yo misma me encargué sin que nadie de mi familia se enterará.
