Capítulo 38

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La miré de forma expectante intentando de ocultar las increíbles ganas que tenía de maldecir las habilidades lobunas — Después de todo parece que no te encuentras tan débil — dije tratando de cambiar el tema, en su rostro apareció una sonrisa ladi...

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La miré de forma expectante intentando de ocultar las increíbles ganas que tenía de maldecir las habilidades lobunas
— Después de todo parece que no te encuentras tan débil — dije tratando de cambiar el tema, en su rostro apareció una sonrisa ladina — Todos tenemos nuestros secretos al igual que tú — respondió viéndome fijamente a los ojos supongo que tratando de analizarme, me quedé callada para después dirigir mi vista a el reloj que adornaba mi muñeca, al ver que ya habían pasado alrededor de cinco minutos dejé salir un profundo suspiro.
— ¿Porqué no nos hemos ido? — preguntó Rose con curiosidad, todavía esquivando su mirada observé todos los árboles que se encontraban fuera de el lugar tan tétrico que nos rodeaba — Lo lamento pero no puedo decirte — contesté a la vez que cerraba los ojos por unos segundos, el sonido del viento chocando contra los árboles junto con el olor a tierra húmeda provocó que encontrará una pequeña paz en mi interior
— ¿Por qué? — preguntó Rose, seguí con mi postura anterior para no interrumpir aquella paz que sentía — Simplemente no puedo decirte, nos escucharán — respondí con calma.



Abrí mis ojos rápidamente cuando escuché pasos apresurados hacia nuestra dirección, de forma apresurada tomé a Rose de el brazo para que pusiera toda su atención en mi
— ¿Crees qué puedas transformarte? — pregunté seriamente está empezó a negar temblorosamente con la cabeza — Hace años que no me transformó — respondió temerosa, hice una pequeña mueca con mis labios y puse a Rose detrás de mi — No te separes de mi — avisé con total seriedad. A lo lejos un grupo de vampiros apareció en mi campo de visión, los nervios de Rose provocaron que los ineptos dirigieran su mirada hacia nosotras sin embargo el rostro de uno de ellos hizo que bajara un poco la guardia
— ¿Maxwell? — pregunté sin poder ocultar la sorpresa en mi tono de voz, el susodicho hizo señas a los de su grupo para que también bajaran la guardia — ¿Athena? — preguntó este con una amplia sonrisa, afirmé con la cabeza a su pregunta.



Dejé que mis ojos se inyectaran de sangre al igual que los de él y utilizando la velocidad vampirica me abalancé hasta donde este se encontraba para darle un buen puñetazo en las costillas, cómo respuesta a el golpe que le di este lanzó una patada que sólo rozó contra mi hombro. Esbocé una sonrisa maliciosa y con un movimiento ágil tiré está vez una patada a su garganta, inmediatamente al Maxwell recibirlo empezó a toser de manera sofocante.
— Eso fue por tocar mi comida — hablé seria mientras apoyaba mi brazo en la cadera, este abrió su boca sorprendido tres veces para luego cerrarla.
— ¡Pero eso fue hace 105 años! — exclamó un poco molesto, uno de sus acompañantes nos dirigió una mirada confundida.
— ¿Entonces no se odian? — preguntó sin quitar el gesto en su mirada, rápidamente Maxwell empezó a negar con la cabeza en cambio decidí no hacer ningún gesto con el objetivo de que el mencionado se molestará. Cómo respuesta recibí un pequeño pellizco en el brazo por lo que di una mirada furiosa a su persona.
— No puedes andar por la vida así de rencorosa — expresó divertido a la vez que se cruzaba de brazos, iba a responderle pero el grito de Rose hizo que corriera rápidamente hasta donde ella.


Al notar que no había nadie a sus alrededores coloqué mis manos en su cara — Rose ¿qué sucede? — pregunté preocupada, está temblando señaló detrás de mi, siguiendo la dirección de su mano giré la cabeza para ver a un Dante intentando arrastrarse para salir de la cueva, volteé mi mirada hasta donde Rose — Vete y quédate donde yo te vea — dije usando la compulsión, cuando vi que esta obedeció mi orden dirigí mi mirada está vez para el susodicho.
— ¿Luchando por tu miserable vida lobito? — pregunté con sorna, un gruñido escapó de su boca — Te mataré — murmuró molesto.

Una sonrisa apareció cuando vi la figura fantasma de el globo de nieve en el borde de la puerta, la mirada de Dante viajó hasta el lugar que estaba mirando— ¿Qué hiciste? — preguntó histérico, con una patada moví el cuerpo sin vida de la bruja que había asesinado anteriormente y me acerqué hasta el borde de la puerta — Lo que siempre se tuvo que haber hecho — respondí serena, este tomó una pequeña piedra que se encontraba a su disposición y lo lanzó con el objetivo de confirmar lo que había dicho — Athena, por favor no — rogó cuando vió que la piedra no pasó la puerta — Eso mismo te dijo Rose pero tú no hiciste caso — dije con la misma actitud anterior.


Sin ganas de escuchar lo que él tenía para decirme permití que mis piernas me guiarán hasta Rose, al comenzar a caminar el grito desgarrador de Dante no tardó en aparecer logrando sacarme una gran sonrisa que fue interrumpida por las carcajadas de Rose. A lo lejos la divisé junto con el grupo de vampiros con los que había tenido una charla amistosa anteriormente, seguí mi ritmo hasta toparme con el cabello rubio opaco de Rose — ¿Están buenos los chistes o sólo te ríes para que no se sienta mal? — pregunté con burla a Rose, al todos escucharme estallaron en fuertes carcajadas a excepción de Maxwell quién traía un rostro de amargado, me acerqué un poco a él para darle palmadas en su rostro
— Venga no te lo tomes personal — dije entre risas, en cuestión de segundos su mirada se suavizó. Con sus ojos este me hizo la seña para hablar a solas, extrañada por sus ganas de platicar asentí con la cabeza. Antes de retirarme dirigí una mirada asesina a los demás de el grupo para hacerles entender que si algo le pasaba a Rose los asesinaría, cuando vi sus rostros asustadizos empecé a seguir a Maxwell el cual me llevaba algunos centímetros de distancia.


Dos minutos después paramos de caminar para situarnos en el punto ciego de los demás, Maxwell se apoyó de la pared y hizo el don de anti sonido para que nadie más escuchará
— ¿Y bien? Habla
déjate de tanto misterio — dije harta de su suspenso, una carcajada brotó de su garganta — ¿Acaso estas nerviosa cariño?— preguntó con burla, alcé una de mis cejas y lo miré fijamente.
— ¿De ti? Disculpa pero yo no veo a nadie aquí con potencial de causar eso en mi persona — respondí para después darle una sonrisa de labios cerrados, este con una sonrisa en su rostro dejó escapar un leve suspiro — ¿Lo encontraste cierto? — preguntó esquivando mi mirada, fruncí el entrecejo pero lo suavicé al darme cuenta de lo que se refería — Si, por lo que veo parece que tú no — respondí con rostro neutro, este cabizbajo empezó a asentir con la cabeza
— Eso significa que lo nuestro nunca se podrá — susurró casi inaudible para mi pero gracias a mis habilidades lo pude escuchar a la perfección, de manera inmediata esté deshizo las paredes anti sonido para irse y dejarme sola.

Sin embargo una oración completa causó que la frialdad envolviera una vez más mi corazón — Pero si el no está puede que si — susurró Maxwell.





Sin embargo una oración completa causó que la frialdad envolviera una vez más mi corazón — Pero si el no está puede que si — susurró Maxwell

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De verdad lamento bastante haberme desaparecido por una semana, la verdad no tenía casi nada de tiempo. Les pido mil disculpas espero que disfruten mucho el capítulo.

También les deseo un ¡Feliz Año Nuevo!

Athena la primera híbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora