Capítulo 21

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La luz de la luna me acompañaba, solo la oscuridad sería testigo de lo que haría está noche, el rico olor a tierra húmeda destilaba del suelo debido a qué había llovido en el transcurso del recorrido

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La luz de la luna me acompañaba, solo la oscuridad sería testigo de lo que haría está noche, el rico olor a tierra húmeda destilaba del suelo debido a qué había llovido en el transcurso del recorrido.

Me encontraba dentro de la casa donde solo se escuchaba el ruido que hacía cuándo chocaba los cubiertos, luego de disgustar mi cena limpié delicadamente mi boca con la servilleta para quitar cualquier resto de comida.

— Al parecer no es cómo si le interesas mucho a tu esposo Margaret qué todavía no ha llegado — dije a la esposa que se encontraba amarrada con varias heridas para quitar la verbena de su sangre.

— Por favor si quieres matame a mi pero a mis hijos no les hagas daño — me suplicó Margaret llorando, sonreí para mis adentros.

— Es que yo no voy a matar a nadie Margaret — dije retomando mi lectura hacía la revista que se encontraba en mi mano izquierda, con la mano derecha elevé la copa que contenía vino tinto y lo llevé a mis labios para tomar el resto que quedaba. Luego de esa acción escuché cómo entraban la llave a la cerradura de la casa la fiesta va a empezar pensé.

¡Amor ya llegue! — dijo el invitado de honor de esta noche, me mantuve en la misma posición para que tuviera el susto de su vida. En el momento que este cruzó la puerta que conectaba con la cocina, observó a su esposa de manera rápida para luego sacar una de sus armas y apuntarme con ella. Continúe leyendo la revista detenidamente para decirle de forma tranquila  —Yo que fuera tú bajara el arma Harold — mientras pasaba la siguiente página de la revista.

— No lo hagas, tiene a los hijos — dijo Margaret sollozando, en los ojos de Harold se notaba que se encontraba en una batalla. En ese momento aproveché para pararme y bostezar exageradamente — No nos encontraríamos en esta situación si no hubieras herido a mi pareja — dije mientras me estiraba un poco.

— ¡Cállate! Ustedes son una especie que hay que eliminar — demandó Harold furioso apuntando hacia a mi, una sonrisa siniestra posó en mi rostro al escuchar que este creía que tenía el control de esta situación me dirigí hacía él con mi velocidad vampirica
— ¿Sabes cuánto dura la verbena en el cuerpo? 24 horas, 24 horas que usaré para torturarte a ti y a los tuyos — le respondí con mi voz distorsionada  — los voy a fumigar a todos, solo que a ustedes les tocó de primero — añadí para luego quitar su arma y dispararle en el pie, un grito ahogado salió de la boca de Margaret. — ¿Qué hiciste Harold? ¿qué hicimos nosotros para pagar por esto? — dijo está al parecer estaba teniendo un ataque de pánico.

Athena la primera híbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora