Luego de regresar a la fiesta podía sentir la intensa mirada de Athena, ignorándola a ella también fui en busca de Alessandro para que enseguida investigará acerca de Selene ya que no me había tragado esa historia por completo de qué perteneciera a la famosa asamblea de brujas ¿cómo lo sé? Por la simple razón de que todas las brujas siempre asisten a estas reuniones.— Quiero qué investigues a alguien una bruja llamada Selene y qué investigues el collar que me regaló Athena — le dije por el link a Alessandro, lo mejor era comunicarse de esa forma para no levantar sospechas con nadie — Si alpha — respondió este por el link.
Justamente cuando iba a tomar otra copa de vino escuché a una persona hablar a mis espaldas —¿Disfrutando de la fiesta? — me preguntó Athena tomando otra copa de vino al igual que yo
— Te puedo asegurar que la estoy disfrutando mejor que tú — respondí de forma desafiante, está me dedicó una sonrisa de lado para después beber un sorbo de su bebida.
— ¿Y cómo puedes saber si la estoy pasando peor que tú si estabas hablando con otra en la fiesta? — preguntó Athena dejándole la copa vacía a un mesero que pasó por nuestro lado.— ¿Acaso estás celosa? — pregunté de forma burlona sería algo nuevo para mi, Athena puso su mano detrás de mi cabeza para atraerme hacía ella y me susurró — ¿Crees qué soy una nena insegura? ¿crees qué porque alguien se te acerque voy a correr a llorar? Pensé que me conocías querido — atacó con una sonrisa y me interrumpió añadiendo
— Por cierto hoy no dormiré en tú casa —me informó dándose la vuelta para marcharse, ignorando mis llamados Athena desapareció entre la multitud de personas.Y a esta qué mierda le pasa, el que debe de estar enfadado soy yo pensé.
Tal y cómo lo había predicho en mi mente antes de ir a la fiesta, la maldita de Selene estaba con Noah cuándo me acerqué pude oler su olor de bruja y también sabía que había esparcido su olor en él a propósito pero si ella quería jugar le enseñaría quién era dueña de esto, sin más tiempo que perder me dirigí hacia una cueva encantada que solo yo sabía donde se encontraba.— Hola, ¿me extrañaste? —saludé mientras sacaba el contenedor pequeño para poner un poco de su sangre en él, solo podía escuchar las quejas de la persona para qué le quitará las cuerdas
— Oh tranquila, esto no dolerá nada pero te tengo buenas noticias pronto saldrás de aquí — dije, ya al ver que el contenedor tenía suficiente sangre sonreí para mis adentros
— Hasta luego y recuerda qué por más ruido que hagas no te escucharán — añadí con una sonrisa macabra haciendo caso omiso a las quejas de la persona, salí para darle una visita al queridísimo de Héctor debido a qué ya era hora de que cumpliera su papel.Estaba esperando a Héctor para que saliera de su bar favorito, me encontraba en las sombras cómo si se tratará de un animal exótico esperando por su presa, tiré el cigarrillo al suelo para pisarlo y sonreí al ver que mi presa había salido de su escondite. Me causaba bastante gracia ver a Héctor tan nervioso al parecer ya este notó que yo me encontraba cerca.
— Pensé que nunca ibas a salir querido amigo —dije a la vez que ponía un poco de fuerza en sus hombros atrayéndolo un poco hacia a mi.
— Qu- qué agradable sorpresa— dijo Héctor sudando por los nervios, contuve mi risa al verlo de esa forma.
— Si me imagino qué te sientes encantado por una visita como la mía ¿por eso tardaste dos horas en salir del bar no? Qué mal no recuerde solo vas por cerveza a este bar y celebras junto con tus amigos en tú casa. ¿Así cómo tampoco crees qué no sé que tú beta me está apuntando con un arma de cazadores? Eres tan tonto Héctor — dije cínicamente agarrándole las mejillas como si fuera su abuela, cabe destacar que el color de su piel parecía a la de un vampiro en estos momentos.— Te aconsejó qué le digas a tu beta que baje el arma si no quiere morir — añadí con una sonrisa, inmediatamente sentí la flecha ser disparada, que sin problema alguno atrapé con la mano.
— Interesante una flecha con verbena, se nota que todavía no sabes con quién te estás metiendo — dije de manera irónica, alrededor de los años había creado cierta inmunidad con la verbena ese era uno de los juegos favoritos de mis enemigos es tirarme verbena en la cara no voy a mentir diciendo que no me arde, si lo hace pero solo de forma leve.
—Po- podemos a- arreglarlo, n-no es lo que parece — dijo este agitando las manos en forma de que me calmara.— ¿Y así te consideras un alpha? Tengo una increíble memoria ¿y sabes qué recuerdo haberte dicho? Qué te dejaría vivir porque tengo planes para ti y precisamente para eso estoy aquí — dije ya dejándome de rodeos me estaba agotando el tener que hablar tanto así que sin darle oportunidad de él explicarse utilicé la compulsión.
— Tú también tienes una tarea conmigo — le dije al beta de Héctor.
— Yo sólo le sirvo a mi alpha— respondió este tratando de escucharse seguro de si mismo, apenas escuché lo que dijo doble mi cabeza y sonreí de manera maniática aww un miserable súbdito cree que puede desafiarme y luchar contra mi pensé.
— Por Dios que todo el mundo le aplauda, acaba de llegar el más valiente de todos — dije mientras aplaudía de forma sarcástica
—Esta bien tú lo escogiste así querido — añadí ya con mis ojos de híbrida, sin darle momentos de reaccionar fui hasta donde él agarrándolo fuertemente de la nuca y le dije de forma simple —Vendrás conmigo al coche te guste o no obedecerás todo lo que te pida, considérame tu nueva alpha — y exactamente sucedió eso, tenía en mente las posibles cosas que Selene haría por lo que tenía que ser rápida después de todo estaba segura que los minutos estaban contados.En cuestión de horas la primera parte del plan se encontraba hecha, estaba más que satisfecha con el trabajo de mis sirvientes reí ante el pensamiento de Héctor y su beta. Sin más me tiré a la cama para reposar un poco de el día ajetreado que tuve, tomé el cuadro que se encontraba en la mesa de noche.
— Estoy tan cerca de ti como estoy tan lejos, pero se que te recuperaré— dije a la fotografía cómo si estuviera escuchando lo que decía.
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Athena la primera híbrida
Lobisomem-Por que me prometí a mi misma defenderte con mi vida, por que a pesar de que creas que te abandoné siempre te cuidé desde las sombras -dije tragándome las lágrimas y mirándolo fríamente, al parecer este se había quedado sin palabras por lo que me a...