— ¿Estás segura de lo qué viste? — preguntó mientras ocultaba su rostro con la palma de su mano — ¿En serio crees qué vendría aquí prácticamente sin desayunar solo para contarte estupideces? — pregunté de mal humor, al instante el sentimiento de remordimiento pasó por mi pecho
— Lo lamento — hice una breve pausa para después soltar un suspiro
— Tú no tienes nada que ver con esto — expresé arrepentida a la vez que me dejaba caer al suelo — Yo... creo que tengo la respuesta de todo esto, sólo quiero que me confirmes —admití con un poco de pena
— Quisiera decirte que no le des importancia pero si tienes que dársela— dijo sería, lentamente dirigí mi mirada hacia ella para verla — Por tu tono de voz percibo que no sólo se trata de lo que creo ¿acaso hay algo más? — pregunté con curiosidad, está suspiro levemente y volvió a evitar mi rostro por completo — La magia negra la está consumiendo Athena — contestó a medias, mi piel se erizó por completo. Rápidamente me paré del suelo y me acerqué hasta ella
— ¿Estás segura de lo que dices? — pregunté imitando el mismo rostro que ella.Ambriosa apretó sus labios en una línea recta— Me lamento que si — confirmó, discretamente peiné con mis manos mi cabello en señal de exasperación — Existen varias posibilidades por las cuales le esté sucediendo esto puede ser que los hechizos que ha hecho últimamente requieran mucha de su energía — dijo mientras analizaba la situación— De cierta forma esto me sorprende ya que me dijiste que es una bruja joven por lo que ella puede aguantarlo aunque no sé, ahora que lo estoy analizando mejor puede ser que — está abrió los ojos de manera exagerada — Alguien le esté causando eso — terminé la oración por ella, expulsé pesadamente todo el aire que tenía retenido en mis pulmones — Gracias — susurré, sin esperar alguna respuesta de su parte a pasos rápidos salí de la habitación para ir directo al lugar donde confirmaría mis sospechas.
(...)
Lo único que se escuchaba eran las pisadas que daba al piso que no se podía considerar como uno, los distintos aromas se fusionaban de manera letal en mi nariz. Los cuervos merodeaban el lugar como si se tratase de murciélagos, unos que otros pequeños gritos de dolor y agonía hacían compañía a las pisadas que hacía. Caminé instintivamente hasta la décima ventana que se encontraba compuesta por verjas, eché un pequeño vistazo por dentro y al comprobar que estaba en lo correcto, abrí la puerta bruscamente
— Vaya pensé que te habías olvidado de mi — confesó de forma irónica, a mis espaldas me aseguré de cerrar bien la puerta. Cuando confirme que tenía el seguro puesto retomé mi caminata lentamente hasta donde ella
— Creí que me odiabas — continuó con su falsa fachada
— No hay pasión más ilusa y fanática que el odio — recité al mismo tiempo que la veía de arriba hasta abajo — Yo aborrezco tu existencia y eso querida son dos cosas muy distintas — dije calmada mientras paseaba por la celda que se le había sido asignada
— ¿Qué es lo que quieres? — preguntó furiosa, una sonrisa ladina se posó en mi rostro
— Conmigo eso no funciona además estoy más que segura de que sabes la razón de mi visita — contesté viéndola directamente a los ojos, una carcajada llena de perversidad brotó de sus labios
— ¿Ahora si me necesitas verdad? — preguntó con malicia, rápidamente agarré su brazo y lo doblé para ponerlo en su espalda
— Te recuerdo que no estás en forma para enfrentarme — hablé aún manteniendo la calma — ¿Crees qué no me di cuenta de que ya no tienes la compulsión? ¿Crees qué no se que tú piel destila olor a verbena? ¿Crees qué no se que varios guardias de aquí te están cuidando? Espero que nunca se te olvide de quién aprendiste todo esto — continúe a la vez que apretaba el agarré — Puedes escapar sin embargo no lo haz hecho ¿Porqué? — pregunté con los ojos entrecerrados mientras la escaneaba.— Ya entiendo — dije en voz alta para mi misma, bruscamente solté el agarré que le tenía — ¿Qu-qué estás hablando? — preguntó nerviosa, ignoré lo que dijo y dejé salir un pequeño suspiro — La persona sabía perfectamente que la primera persona que me vendría a la mente serías tú — una carcajada amarga salió de mi ser sin permiso — Todo esto era una distracción ¿cómo es que no me di cuenta? — me pregunté a mi misma, dejé que mis ojos se inundaran del típico color característico que me distinguía de cualquier otra especie. Lentamente volteé la cabeza hasta toparme con su mirada donde lo único que resaltaba en ellos era el miedo — Athena, contrólate, no sabes lo que estás haciendo — dijo mientras retrocedía, sonreí de lado y continué acercándome a ella — Dime el nombre y tal vez considere tu propuesta — dicté.
Levemente está empezó a negar con la cabeza, enseguida una sonrisa suicida adorno por completo mi rostro — No sé de lo que estás hablando — habló con desdén
— Y todavía está es la fecha que me crees estúpida — dije con la ceja enarcada observé cómo discretamente esta buscaba algo a sus espaldas — ¿Buscas esto? — pregunté inocentemente mientras enseñaba con mi mano la estaca de madera, agresivamente la lancé con el objetivo de que el arma le rozará en el rostro — ¿Crees que me asustarás con esto? — preguntó con la poca dignidad que a esta le quedaba encima — ¿Y tú? ¿Crees que ellos te darán lo que quieres? — respondí con otra pregunta.Inmediatamente luego de haber dicho eso sus ojos cambiaron al color brillante naranja
— Con esto solo me confirmas que tengo razón en todo — dijo con rabia — Creíste ser invencible, ahora te encuentras en el borde de la locura por no saber que realmente sucede — hizo una breve pausa para después reír — ¿Cómico no? Ambas deseamos lo mismo — terminó diciendo — Tienes razón, tanto tú como yo deseamos nuestra propia muerte — hice una breve pausa para aprovechar y utilizar mi velocidad vampirica para acercarme lo suficiente a ella — Sin embargo Venus, yo deseo más la tuya que la mía — antes de que esta pudiera hacer algo saqué su corazón con mi mano — Me gustaría decirte que descanses en paz pero te necesito — dije para luego ver cómo está cerraba sus ojos, rápidamente coloqué mis manos en su cien y procedí a ver sus recuerdos.Distintas imágenes golpearon mi mente intensamente entre ellos un recuerdo en particular llamó bastante mi atención, un grupo conformado de tres personas se encontraban rodeando una fogata, la noche no me ayudaba mucho a diferenciar lo que tenía una de ellas en las manos a medida de que los segundos pasaban pude catalogar las tres figuras como brujas al escuchar como una de ellas nombraba el nombre de alguien que ya conocía, abrí mis ojos y dejé caer sin cuidado alguno el cuerpo inerte que sostenía donde lo único que mi mente hacía era repetir el nombre que había pronunciado una de las brujas —Dante — dije en voz alta sin darme cuenta.
Se que me desaparecí fatal de verdad les pido mil disculpas la verdad es que no he tenido tiempo de casi nada por lo que me ha costado bastante escribir, quiero darles las gracias a todos aquellos que se siguen uniendo a la lectura de esta historia. Honestamente los aprecio muchísimo no se imaginan cuanto ¡Espero que disfruten este capítulo!
ESTÁS LEYENDO
Athena la primera híbrida
Hombres Lobo-Por que me prometí a mi misma defenderte con mi vida, por que a pesar de que creas que te abandoné siempre te cuidé desde las sombras -dije tragándome las lágrimas y mirándolo fríamente, al parecer este se había quedado sin palabras por lo que me a...