Capítulo 20

1.9K 140 7
                                    



El resto de la noche me la había pasado viendo un maratón de Criminal minds con Venus, no pude concentrarme debido a que estaba ideando planes en mi mente para poder destruir a Selene

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




El resto de la noche me la había pasado viendo un maratón de Criminal minds con Venus, no pude concentrarme debido a que estaba ideando planes en mi mente para poder destruir a Selene. Desvíe mi cabeza para el lado izquierdo donde se encontraba una Venus durmiendo con la boca abierta, apreté mis labios para no reírme por lo que silenciosamente decidí pararme a buscar una botella de agua fría.

Tenía un dolor de cabeza a montones y no me sorprendía porque no había dormido nada, el pensar que Selene le podía hacer algo a Noah era de mi suma preocupación sacudiendo cualquier pensamiento negativo fijé mi vista hacia el reloj de la cocina 8:34 am decidí ir a mi habitación a darme un necesitado aseó, ya pasados los minutos en la ducha un fuerte dolor en el pecho se instaló en mi.

El dolor era tanto que tuve que sostenerme de la puerta del baño ya pasado el suceso extraño algo malo está sucediendo pensé me dispuse a ponerme unos jeans negros junto con una blusa básica blanca, mis amadas botas color negro y por primera vez decidí añadir color a mi conjunto tomando mi chaqueta color roja.

Justo cuando terminé de colocarme mi perfume mi celular empezó a sonar, sin verificar quién era contesté.

—¿Athena? — preguntó Laurel se escuchaba algo nerviosa y sofocada.

—¿Qué sucede? —respondí con otra pregunta, me extrañaría si me dijera que el hechizo de la madrugada no funcionó.

—Escúchame tienes que venir a la manada ¡ya! Los cazadores invadieron y uno de ellos lanzó una flecha cerca del corazón de Noah ahora mismo se encuentra bien pero está inconsciente — respondió de forma apresurada, enseguida mi corazón empezó a acelerarse y la ira empezó a nublar mi vista.

—Voy para allá— respondí y colgué.

Entonces eso explicaba el dolor del pecho Noah el sentimiento de preocupación se instaló, rápidamente abrí la puerta de la habitación para darme cuenta que Venus se encontraba despierta desayunando está al ver mi rostro dejo de comer para luego mirarme seriamente.

— Lo hirieron — dije furiosamente, tomando las llaves de mi moto y el casco me tenía cansada tener que utilizar casi siempre mi velocidad vampirica, ni siquiera tomé la molestia de esperar la respuesta de Venus porque ya sabía que se encontraba detrás de mí. Sin más me subí en mi moto y la encendí, esta se montó en su carro y procedió a seguir mi paso.

.....

Bajé de mi moto sin quitarme el caso y a pasos apresurados empecé a caminar hacia la casa, escuchaba cómo Venus trataba de seguirme los pasos. —¡Espera Athena! Estoy casi segura que está no es la manada de Noah ¿qué coño hacemos en la zona de cazadores? ¿es qué acaso quieres que nos maten? — preguntó Venus nerviosamente, ignoré sus reclamos olímpicamente y procedí a tirar la puerta sin ningún problema, encontré a todos los cazadores desayunando en cuánto me vieron se pusieron en alertas parándose de la mesa poniéndose en posición de ataque.

—Buenos días lamento interrumpir su desayuno, tranquilos pueden sentarse no voy a matar a nadie — dije con mi característico tono de voz frío, enseguida todos hicieron caso cuando Max el "líder" del grupo les hizo seña de que me hicieran caso. —Traigo ubicación exacta de lo prometido — añadí ya subiendo la ventanilla de mi casco para que pudieran ver mis ojos.

—Veo que eres una especie de palabra Athena —me respondió Max, sonreí sin que me pudiera ver por el casco  — espero que así mismo como la estoy cumpliendo yo, lo hagas tú también si quieren seguir vivos— dije para luego tenderle el papel donde se encontraba la exacta ubicación donde se encontraba los demás familiares de Selene escondidos —te voy a pedir una sola cosa a cambio Max —hice una breve pausa —no tengas piedad por ninguno — finalicé para luego salir pisando la puerta que había tirado en momentos anteriores.

—¿Estás asociada con unos asquerosos humanos que nos quieren cazar? Ahora si que te haz vuelto loca Athena, pueden traicionarte —me reclamó Venus al lado de mi moto.

—Móntate al carro y cierra la boca, por si no haz notado no estoy de humor, tampoco te he pedido que me sigas — dije cerrando furiosamente la ventanilla que daban ver mis ojos, sin esperar por ella aceleré y procedí a dar el viaje hacia la manada de Noah, por el retrovisor noté que Venus estaba detrás de mi, negué con la cabeza ante recordar lo que me había dicho claro que todo eso lo tenía en cuenta.

Pero primero morirían todos antes de lograrlo pensé.

Horas después frente de nosotras se encontraba la casa de Noah, rápidamente baje de mi moto y sin esperar a Venus otra vez me decidí entrar casi corriendo a la casa de mi mate, vi a los guardias haciendo turno en la puerta de Noah para cuidarlos en cuánto me vieron me negaron el paso. —Soy su mate déjenme entrar — pedí con las ultimas gotas de paciencia que tenía.
— Lo siento señorita ya muchas han saltado con tonterías así por el alpha así que proceda a retirarse — me respondió uno de los guardias, ante su respuesta inhale y exhale rabiosamente quite mi casco porque sentía que me asfixiaba de la ira Venus cuando vio mi rostro se interpuso entre yo y el guardia
—Escuché mi prima tiene razón el hombre que está ahí es su mate por favor déjenos pasar — pidió amablemente Venus, los guardias como respuesta negaron con la cabeza y se miraron entre sí para después intentar agarrarnos, enseguida escuché como la puerta se abrió dejando ver a Laurel está hizo un hechizo para paralizarlos
—¿¡Es qué son tontos o qué!? Se los avisé que su luna vendría y la querían sacar — Dijo Laurel molesta.
—Athena lo lamento mucho — añadió esta apenada dándonos paso a Venus y a mi.

En cuanto entre vi a los demás integrantes del círculo cercano Alessandro, Brenda, Thomas, Laurel los dos últimos se encontraban con sus respectivos mates. Todos me observaron en silencio cómo si tuvieran miedo de mi reacción y no los culpo porque hasta yo la tendría, ya que nadie se atrevía a hablar decidí hacerlo yo —¿Cómo mierda se burlaron la seguridad?—pregunté secamente tratando de esconder mi verdadera ira para no asustarlos. —La verdad, quisiera tenerte una respuesta para eso Athena pero no lo sé— me respondió Alessandro simplemente asentí con la cabeza. Me dirigí a pasos lentos hacia la camilla donde estaba Noah se encontraba algo pálido, se le veía algo débil.

Su herida estaba cubierta por una venda alrededor de su pecho, delicadamente pase una de mis manos por su rostro para luego apartarlo y fijar mi vista hacia la pared.

—¿Cuándo despertará? — pregunté mientras descansaba mis brazos detrás de mi espalda.

— Se estima que en un par de horas, un pedazo de plata había quedado atascado cuándo se le sacó la flecha — respondió Laurel no tenía que darme la vuelta para saber que estaba observando mis pasos detenidamente —Athena realmente lo lamento — añadió simplemente asentí otra vez con la cabeza me devolví hacia Noah pero esta vez puse mis manos en su cien para utilizar mi don para ver sus recuerdos al finalizar solté un pequeño grito de dolor ya que siempre que usaba ese don quitaba un poco de mi fuerza por unos minutos.

— ¡Maldición! ¿cuántas veces te he dicho que dejes de hacer eso? — me grito Venus dándome un golpe en la cabeza, procesé la información los rostros de los cazadores que vi, ignorando los llamados de Venus enseguida volví a colocarme el casco para salir sin despedirme porqué.

Dos cazadores habían escapado en esa guerra.

Athena la primera híbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora