Capítulo 9

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Las palabras que me había dicho Alessandro se seguían repitiendo en mi cabeza una y otra vez puede ser que sea tu mate ya que eso mismo siento yo cada vez que veo a Brenda

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Las palabras que me había dicho Alessandro se seguían repitiendo en mi cabeza una y otra vez puede ser que sea tu mate ya que eso mismo siento yo cada vez que veo a Brenda. Mi lobo estaba muy feliz al igual que yo, decidí ir otra vez a la casa de Odysseus antes de salir me dirigí a mi despacho para verificar que todo estuviera en orden hasta que vi una carta encima de mi escritorio.

Al leer me di cuenta de que se trataba de una carta de paz de parte de la manada de ¿Héctor? Si el maldito cree que me tragaría esa historia se equivocó, luego de dejar la carta guardada en uno de los cajones de mi escritorio salí para tomar rumbo hacia la manada de Odysseus. Momentos después entre a la casa donde allí me habían informado que Odysseus y su luna habían salido para una cena romántica que suerte pensé empecé a subir las escaleras y me llegó ese olor de mate que tanto había escuchado.

Sin más tiempo que perder me dirigí hacia donde se encontraba el olor y la vi, ella se volteó algo asustada lo cierto es que no me había percatado del gran ruido que ocasioné al abrir la puerta al parecer ella estaba leyendo un libro.

— ¿Acaso lo sabias? ¿Porqué no me lo dijiste qué era tu mate? — vi cómo respiraba profundamente, al parecer ya ella se esperaba que viniera.
— Si lo sabía, quería decírtelo créeme Noah pero realmente es que no quería llamar la atención con mi olor de híbrida— en su bello rostro lo único que había era tristeza pero eso no importaba estaba bien molesto.

— ¿Y todo eso es por todo lo que le haz hecho a los demás no? — al instante me arrepentí de haber dicho eso cuando vi que su rostro cambió de triste a molesta por lo que decidí añadir
— Mira Athena yo también hice muchas cosas malas y al igual que tú tengo planes porqué se que los tienes pero dime algo Athena si no hubiera venido aquí me habrías dicho qué soy tu mate — me cruce de brazos.

— Tienes razón fui una egoísta al no decirte, Noah a pesar de lo que he hecho ¿tú me quieres de mate? — está me dio la espalda para mirar la ventana.

—Cómo se te ocurra decir otra cosa estúpida te mató Noah — dijo mi lobo regañándome.

— ¿Cómo puedes pensar algo así Athena? Tengo 200 años viendo como los demás encuentran a su mate, escuchando como los de la manada me exigen una luna para que seamos más fuertes. La Diosa no pudo otorgarme a alguien mejor que este a mi lado — me acerqué hacia ella para abrazarla por detrás y dejarle un beso en la cabeza. Minutos después ella se gira sonriéndome y me propone
— Vamos a conocernos, quiero conocerte Noah — su sonrisa era la cosa más bonita que había visto, estaba muy feliz pese a las circunstancias ella seguía siendo mi mate y la amaba.

Después de dos semanas le había propuesto a Athena que conociera mi manada, ya que al final del día ella también pertenecía a la manada. Quería que todo saliera perfecto, les había informado a todos que se comportarán con Athena.

Al bajarnos del vehículo lo primero que vemos es a un Alessandro corriendo como alma que lleva el diablo y a Brenda tras de el con un sartén en la mano. 

—¿Qué habrá hecho está vez ese tonto? — me preguntó mi lobo conteniendo la risa.

A mi lado Athena estaba muriendo de la risa ante semejante espectáculo que estaban montando yo por mi parte decidí comportarme como un padre regañando sus hijos — ¿Pero qué creen que hacen? — no iba a permitir que me pusieran en vergüenza.

— Noah por la Diosa para a está loca qué quiere matarme — Alessandro corrió hacía donde mi para esconderse de Brenda.

— Todo esto no hubiera pasado si no te hubieras comido el helado que deje en el refrigerador!  — Brenda trataba de pegarle mas fallaba porque este se movía como si fuera el mismísimo hombre araña.

— La verdad es que no los conozco pero ¿enserio? ¿qué acaso no sabes que la comida es sagrada? — ahora era Athena que se quedó mirándolo con los ojos entrecerrados.

— Viste ¿qué no soy la única? — esta vez no falló y le dio el golpe con el sartén en la cabeza, no se como no se quejo porque el eco que se escuchó me había dolido en el alma.

Pasado ya el espectáculo nos dirigimos a mi casa para que Athena la conociera, donde en estos momentos nos encontrábamos almorzando puesto a qué se nos había hecho algo tarde.

— Disculpe alpha Noah, le avisó que hay alguien esperando por usted en la sala — me informó la señora de servicio. Sin más me disculpé con Athena y me dirigí hacia la sala, al ver de quién se trataba mi lobo estaba luchando conmigo para tomar mi cuerpo y matarlo.

— ¿Piensas qué soy un estúpido? Tratado de paz ni mierda, vete de mi casa — demandé con mi voz de alpha hacia Héctor.

— Alpha Noah quiero que aceptes mi tratado de paz con la manada, todos cometemos errores pero lo qué le propuse va muy enserio — hipócrita era la palabra que se repetía en mi mente una y otra vez cada vez que lo veía.

— Déjame salir para demostrarle los errores que se pueden cometer — dijo mi lobo gruñendo.

Sin embargo antes de que actuara Athena se apareció aplaudiendo en la sala — veo que haz decidido hacerme caso Héctor— ni siquiera me había dado cuenta cuando mi mate hizo aparición. El mencionado apenas la vio su piel se puso pálida, en su mirada solo se veía el miedo no se que había ocurrido aquí pero el tenía cara de conocerla.

— Espera, ¿tú lo conoces? — mis celos estaban al tope, odiaba a Héctor con todas mis fuerzas y el saber que ya ellos se conocían antes de empeoraba las cosas. ella ignoró el tono que utilicé para responderme — Pues si lo conozco digamos que Héctor fue mi compañero en una batalla que tuve — no pase por desapercibido su rostro de diversión.

— Y - yo m - me arrepiento mucho de lo que he hecho a su manada Alpha Noah — ahora sumiso.

— ¿Pero qué carajos es esto? — si este tonto creía que me iba a tragar esa mierda después de atacar a mi manada alrededor de 10 veces se equivocó y encima tampoco ayudaba que mi lobo me estuviera repitiendo una y otra vez que lo matará.
— esto será divertido —esta tomó asiento en el sofá y sacó palomitas no se de donde para comerlas como si de una película se tratara.

Le pegué un golpe en su quijada haciendo que este volteará la cabeza completa continué golpeándolo por varios minutos hasta que me di cuenta que esto no tenía ningún sentido porqué el maldito no sé estaba defendiendo. — el tratado de paz se puede ir a la misma mierda igual que tú— no iba de ninguna manera a firmar esa basura para poner en riesgo a los demás.

— P - Por favor alpha — Ay por favor alguien que le termine de dar el puto premio del año pensé.

—Lárgate — pedí por última vez, al final esté me hizo caso y salió corriendo de mi casa y de la manada. — Debo de admitir que esto estuvo muy bueno, ven aquí mi celosito — esta se paro del sofá para intentar abrazarme.

— ¿De donde lo conoces? — no solo yo estaba celoso Ryker también estaba hasta diría peor que yo, me aleje de ella al ver que quería abrazarme de nuevo.

— Alguien quería matarlo y yo simplemente lo ayudé — me dijo como toda niña inocente.

Yo por mi parte bufé no le creía absolutamente nada — Sabes creo que me ocultas muchas cosas Athena — finalicé para irme a mi recámara.


Este día había salido de todo menos perfecto


(Editado)

Athena la primera híbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora