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Advertencia: Este capitulo es puro lemon, no es obligatorio leerlo, así que puedes ir al capitulo siguiente si te apetece. 

Pov Makoto Naegi.

Me deshice de todas mis prendas, arrojándolas sobre el cesto de la ropa sucia. Kyouko me esperaba parada al lado de la bañera. La tina ya estaba llena de agua caliente, pero ella simplemente permanecía a un lado sonriendo. Me hizo un gesto con su mano para que me metiera y yo obedecí.

Al momento en que puse el trasero en la porcelana de la tina, Kyouko se metió y se sentó en mi entrepierna. Mi cara estaba ardiendo, pero no dije nada, simplemente me aguanté.

—¿Feliz? —pregunté.

—Los baños... me ayudan a relajarme —suspiró ella

—¿Pesadillas?

Ella calló y se recostó en mi pecho. Su respiración era más tranquila comparada a la de antes.

—Kyouko, si necesitas...

—D-Dijiste qué harías todo lo que yo quisiera, ¿verdad? —me interrumpió.

—Así es.

—En ese caso...

Ella agarró mi brazo derecho, el cual estaba apoyado en el marco de la tina, y lentamente lo llevo a su entrepierna. Eso me hizo enrojecer. Ella giró para verme luego de eso, sus mejillas estaban rojas y sus hipnotizantes ojos violetas me miraban.

—¿Puedes...? —me preguntó con aquellos ojos tan tiernos que tenía.

Asentí y de manera cuidadosa llevé mis dedos hacia su vagina y comencé a acariciarla. Ella cerró los ojos y soltó un pequeño gemido, para luego apoyar su cabeza en mi pecho y mantener su vista hacia al frente.

Yo por mi parte seguí con esos suaves movimientos. Usando mis dedos para rozar la feminidad de Kyouko, subiendo y bajando. Sus gemidos eran pequeños, pero me encantaban. Podía sentir como mi verga se ponía cada vez más dura, y sé que ella también lo notó, ya que pude sentir como chocaba con su trasero.

—Puedes... subirle un poco el nivel si quieres...

Asentí. Seguí moviendo mis dedos, con la única diferencia de que ahora los movía con mayor velocidad, Kyouko dejó escapar un aliento, se le veía realmente complacida por cómo la tocaba.

Decidí subir el nivel, y metí dos de mis dedos en su interior. Ella soltó un pequeño gemido por aquello, pero no se separó de mí, al contrario, giró su cabeza para mirarme. Me acerqué un poco a ella y la besé tiernamente, ella correspondió el beso sin problema. Al pasar el tiempo, aquel beso comenzó a profundizarse más y más, pero ella lo cortó.

Sostuvo la muñeca con la que la estimulada, entendí el mensaje, así que dejé de hacerlo. Ella se paró un poco, creí por un momento que se levantaría para irse, pero no lo hizo. Sin darse la vuelta, acomodo mi pene y se sentó sobre él. Eso me ultimo me sorprendió en gran medida, ya que ahora estaba dentro de ella.

—¡K-Kyouko, no estoy usando...!

—No importa... Yo compre un par de pastillas... Si sólo es una vez no creo que pase nada...

Tal vez fuera por la calentura del momento, pero decidí hacerle caso. ¿Debía moverme? Seguí esperando órdenes.

—¿Puedes o... no quieres...? —su tono fue triste, incluso se preparaba para levantarse.

Le di una pequeña embestida, provocando que ella soltara un pequeño jadeo y cayera contra mi pene, incrustándolo todo dentro de ella. Su expresión fue de dolor mezclada con placer. Desde ahí empecé a mover mis caderas de manera lenta.

—¿Puedes... subirle el nivel...? —me gimió.

Empecé a mover mis caderas con mayor velocidad, llevé mi mano derecha hacia su entrepierna y comencé a estimularla, aun teniendo mi verga dentro de ella.

—M-Más...

Mis movimientos eran más rápidos y con mi mano masajeaba la entrepierna de Kyouko. Ella ahora gemía más que antes, sin duda esto le estaba gustando. Sus piernas se estiraban a lo largo de la tina mientras yo seguía estimulándola.

—¡Más, Makoto, más!

Amo complacer a mi novia. Intensificando mis movimientos, disimuladamente me acerqué a su cuello y comencé a besárselo, ella gemía felizmente. Sus gemidos se empezaron a volver más fuertes, de un segundo a otro, ella agarro mi muñeca con una de sus manos, seguramente en busca de que dejara de masturbarla, pero no le hice caso. Seguí masturbándola y me acerqué más, dándole un pequeño mordisco en la oreja. Ella ahogó un grito, sus piernas se tensaron por un segundo, para así al segundo siguiente relajar su cuerpo y dejarlo caer en mí.

—¿Acabaste? —pregunté yo.

—No quería que... terminara tan rápido...

—No te preocupes, me tienes todo el día para ti sola.

Ella me sonrió y se separó de mí, se tiró completamente hacia adelante y apoyó sus manos en el otro extremo de la tina, dejando así su trasero en mi dirección.

—¿Puedes?

Sonreí y me acerqué a ella, lamiéndola desde atrás. Con mi lengua saboreaba todo el interior de Kyouko.

—Y-Yo me refería a que la metieras... —gimió ella— Pero esto es mejor... Mucho mejor...

Movía mi lengua de un lugar a otro, sin apártame en ningún momento de vagina de Kyouko.

—Esto es... fantástico —gemía encantada.

Su trasero se tiró más hacia atrás, por lo cual di por entendido que ella quería que lo hiciera con más intensidad, así que abrí la boca por completo y empezó a chuparle toda la vagina a Kyouko, sin mentir estaba succionando mientras que con mi lengua hurgaba dentro de ella. Incluso cuando sentí el chorro de líquido, no me aparté, seguí chupando y me tragué todo.

Ya se había corrido dos veces. Sus manos seguían pegadas a la porcelana y sus piernas ya comenzaban a temblarle. Me limpie la boca con el agua y me posicione detrás de ella.

—¿Puedes seguir?

—Sí —dijo sin mirarme.

—¿Estás segura? Podemos parar y retomarlo después si quieres...

Ella giró su cabeza hacia mí y mantuvo su mirada en mí, sus ojos me expresaban cierto tipo de deseo y sus cachetes estaban rojos, ella quería seguir. Como si no fuera suficiente para convencerme, ella llevo una mano hacia su trasero y lo jalo, abriendo su vagina frente a mí.

Sostuve mi verga y se la metí, ella soltó un pequeño gemido y volvió su cara hacia adelante. Empecé moviéndome lento, pero poco a poco fui elevando la velocidad, hasta que llego el punto que la embestía tan intensamente que se escuchaba como su cuerpo chocaba contra el mío.

Ella gemía de puro placer, y yo ya no podía contenerme, sentí como el líquido salía de mí y entraba a Kyouko, ella también lo notó ya que dejó escapar un grito ahogado.

—Se siente... caliente... Makoto, se siente muy... bien...

Me incliné hacia ella sin dejar de embestirla y pegué mi pecho a su espalda, para luego llevar mi mano hacia su boca y meterle algunos dedos. Ella gemía del placer que le estaba dando, y mi semen parecía no acabarse, ya que podía sentir como seguía y seguía saliendo.

Al separarme, una pequeña línea de aquel liquido pegajoso salía de la punta de mi pene, para terminar entrando en la vagina de Kyouko. Ella se mantenía con las palmas en la pared y su respiración era completamente forzada.

Sonreí levemente y salí de la tina, eso llamó su atención ya que se me quedó viendo por un par de minutos. Tomé dos toallas, me sequé sin mucho esmero y abrí la otra de par en par, esperando a que Kyouko saliera. Una vez lo hizo, la rodeé con la toalla y la sequé, terminando por darle un beso en la mejilla.

Así fue como juntos salimos del baño.


Aquí desde Jedashproducciones, aconsejamos usar siempre preservativo/condón/forro, o como quieran decirle. La seguridad ante todo, gente. 

Necesito de ti (Naegiri) (Hinanami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora