40

2.6K 117 157
                                    

Pov Kyouko Kirigiri.

Miércoles.

Hoy no teníamos clases, Koichi nos informó que iba a ausentarse por algunos asuntos que no quiso explicarnos, probablemente estaría hablando con Jin sobre cómo procederíamos con el tema de Monaca Towa.

Ahora mismo estaba en mi departamento, con un gran rollo de papel desenvuelto por el piso. Tuve que mover la mesa incluso por el estúpido papel, este iba a ser un cartel bastante largo. La pintura ya estaba preparada y tenía un pincel en mi mano, pero nada, no sabía qué poner.

El timbre sonó, sacándome de mi tortura. Me levanté del piso y fui a abrir la puerta, no era sorpresa quienes estaban detrás. Asahina, Genocider, Oogami y Celes. Asahina llevaba una bolsa en mano, sin pedir permiso se adentraron y fueron rápidamente a ver el cartel, seguramente esperanzadas de que ya hubiera escrito algo.

—Kyouko... te dejamos sola como hace veinte minutos... —espetó Celes.

—¡Es que no sé qué poner!

Celestia suspiró.

—Primero que nada "¿Quieres ser mi novio?", eso es lo principal. Después lo que quieras, dibujos, mensajes, cualquier cosa.

—Pero...

—¿Quieres ayuda?

—Por favor...

—Les dije que esto pasaría —declaró Celes para suspirar—. Asahina, saca las cosas de la bolsa.

La morena asintió y empezó a sacar el contenido de la bolsa, dejándolo cuidadosamente frente al cartel en blanco. Pinceles, pegatinas y un frasco de brillantina. Yo ya había comprado la pintura de manera anticipada, así que no debíamos preocuparnos por eso.

Todas dejaron lo que llevaban para ponerse de rodillas frente al cartel. Con un lápiz trazamos aquella pregunta "¿Quieres ser mi novio?", tardamos alrededor de diez minutos, pero lo logramos. Mientras abríamos el bote de pintura violeta, no pude evitar preguntar aquello que llevaba un tiempo rondando por mi cabeza.

—¿Por qué me ayudan tanto? —cuestioné.

—¿Hm? Porque somos amigas.

—Sí, lo sé, pero yo no hice nada para que ustedes...

—No tienes que hacer nada —me interrumpió Celes sin mirarme, simplemente seguía pintando las letras con el pincel—. Esto es algo que hacen las amigas, Kyouko. Lo arruinas y te ayudamos, lo arruinamos y nos ayudas. Simple.

—Sí, pero...

—¿Quieres... saber porque me enojé tanto contigo estos días?

Ella por fin dejó el pincel y me miró. Sus ojos no expresaban odio alguno. Sabía que Celes estos últimos días había estado molesta conmigo, pero preferí no preguntarle la razón, lo último que quería era que me volviera a gritar como el día en que le confesé que había roto con Makoto. Asentí, a pesar de estar algo temerosa por conocer la respuesta.

—Porque me agradas, pero también me agrada Naegi. Siendo tan felices, me era totalmente incomprensible que hayan terminado. No sé si lo sabes, pero te lo digo ahora, eres afortunada, mucha gente quisiera algo como lo que tienen tú y Naegi. Por eso me molesté tanto.

No dije nada, simplemente seguí escuchándola.

—Si hubieras roto con Naegi porque ya no estabas enamorada de él, lo podría haber comprendido, pero que me dijeras que lo hiciste por esa mierda de la dependencia... —exhaló frustrada— Soy tu amiga, por eso también debo hacerte entrar en razón, incluso si te lastimo.

Necesito de ti (Naegiri) (Hinanami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora