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Pov Kirigiri Kyouko.

Mis ojos se abrieron lentamente. Obviamente aún estaba somnolienta por el reciente despertar, pero admito que lo que vi me hizo sonreír y limpiar mis ojos. A mi lado estaba Makoto, sonriente y con los ojos cerrados, se veía tan lindo al dormir. Mire el reloj de la mesita de noche, apenas era mediodía y estoy segura de que hoy no teníamos clases. ¿Qué haríamos? Probablemente comeríamos juntos, pasaríamos la tarde viendo películas, luego él se pondría a jugar videojuegos en su consola y yo a leer un libro recostándome en él.

Un día libre, perfecto a mi parecer. Queriendo darle una sorpresa y los buenos días, me acerque a él y lo abrace. Le empecé a dar pequeños besos en las mejillas para terminar dándole uno en los labios, esperaba que él despertara y se pusiera rojo, o que al contrario me sonriera y me devolviera el beso. Pero nada. Él simplemente permaneció con los ojos cerrados.

—¿Makoto? Ya es de día, despierta, tengo hambre —hablé infantilmente moviéndolo un poco.

Él no despertó, ¿se estaba haciendo el dormido? Sonreí ante esa idea.

—Si no despiertas tendré que...

Lleve mi mano a su pecho, en un intento de ser coqueta, pero aquel deseo de jugar dentro de mí se largó enseguida. No podía sentir el latir de su corazón. Abrí los ojos claramente preocupada, ahora notaba su tez pálida, casi como la de un cadáver. Me asuste.

—¡Makoto! ¡Makoto!

Mi mano se humedeció, quite las sabanas de un tirón. Lo que vi me espanto. El costado de su camisa estaba manchado de sangre fresca, la cual se extendía manchando las sabanas. Mi respiración se volvió agitada, ¿cuándo demonios había pasado esto? Las lágrimas no tardaron en llegar. Como una estúpida comencé a golpear su pecho, como si eso de alguna manera lo despertara, claramente en estos casos era necesario un desfibrilador. Me levante con la mayor velocidad que pude de la cama, tal vez si salía podría conseguir ayuda. No alcance a salir de la habitación, ya que mis movimientos fueron tan torpes que termine cayendo.

Mi cuerpo se convulsiono violetamente contra el colchón de la cama, despertándome inesperadamente. Makoto no parecía haberse dado cuenta de mi brusco despertar, pero eso no me importo. Levante parte de las sabanas para verlo, no había sangre. Lleve una de mis chamuscadas, pero según Makoto hermosas, manos a su rostro, estaba caliente. Él estaba bien, yo en cambio estaba pésima.

Mire el reloj, eran las dos de la mañana. Me levante de la cama tratando de no despertar a Makoto, salí de mi recamara y camine hacia el baño, una vez dentro cerré la puerta detrás de mí y me senté en la tapa del inodoro. Me quebré.

Las comisuras de mis labios bajaron y las lágrimas no tardaron en salir, trataba de limpiarlas con mis manos, pero no se detenían. Mis sollozos eran ahogados, no quería despertar a Makoto y que me viera así. Cubrí mi boca para callar mi llanto y agaché la cabeza, ahora las gotas caían en el piso.

Dolía. Dolía mucho. Sentía como si mi pecho se desgarrase. Pensar que Makoto no estaba me dolía. Verlo manchado de sangre me dolía. Trataba de no ser muy ruidosa, pero cada tanto un sollozo se me escapaba de las manos. Y allí estaba yo, llorando una vez más en el baño por una pesadilla.


Es feo cuando se tiene ese tipo de pesadillas, ¿no? Kirigiri sufre en silencio mientras Naegi duerme plácidamente... Wow, eso ultimo sonó muy cruel hasta para mí. 

Sí... no todo en este fanfic va a ser color de rosas...

Gracias por leer.

Necesito de ti (Naegiri) (Hinanami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora