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Pov Makoto Naegi.

Abrimos la puerta, y detrás estaba gran parte de la clase setenta y siete. Busqué con la mirada a la persona por la cual venia, y lo encontré. Nuestras miradas chocaron, me sentí realmente confundido, él tenia un ojo verde ahora.

A diferencia de antes, él ahora usaba una camisa sin saco y una corbata verde. Incluso sonreía, eso era nuevo.

Con gran velocidad se separó de Nanami, con la cual estaba jugando videojuegos y se acercó a mí.

—Naegi, que bueno verte, te he estado mandando mensajes, pero...

—Lo siento. He evitado usar el celular estas dos semanas.

—¿Por qué te han sacado de la investigación?

—¿Qué?

Eso sí que lo había ignorado por completo, que yo no estuviera no significaba que el mundo se detuviera. Kyouko seguramente habría avanzado mucho con el caso, el problema era que... a mí ya no me correspondía ayudarla.

—Era lo mejor —dije sin saber realmente que responder—. ¿Qué tanto han avanzado?

—Ya encontramos a Mitarai.

Otra prueba de que Kyouko no me necesita.

—Oh... Genial...

—Y recuperé la memoria.

—Te dije que si tenías esperanza... Bueno, se lo dije a Izuru...

—Sí, pero volverás a la investigación, ¿verdad?

—No lo sé... ¿Y cómo fue lo de tu memoria?

—¿Recuerdas la noche en que te llamé por lo de Enoshima?

—Sí.

—Ella me había dicho que tenía pensado retomar su plan matando a Nanami, la detuve y fui a buscar a Nanami. Por cierto, Enoshima le dijo todo a Nanami.

—¿Todo?

—Todo —reafirmó—. Nanami me empezó a pedir que volviera, o sea, le pedía a Izuru que me trajera de vuelta, y simplemente pasó, recuperé mis recuerdos.

—Eso es fabuloso, Hinata, me alegro por ti.

Él continuó mirándome y yo simplemente me mantuve sonriendo. Eso no pareció agradarle creo, ya que hizo una mueca y frunció un poco las cejas. Esto se volvía incómodo.

—Oh, por cierto, estábamos pensando en hacer una fiesta. Quería saber si tú y tus compañeros quisieran ir.

—¿Te parece bien hacer una fiesta?

—Fue idea de los chicos, creo que podríamos pasarla bien, además...

—¿Qué te ocurrió? —me interrumpió.

—¿Qué?

Hinata llevó una mano a su mentón y se me quedó mirando unos segundos, no sé la razón, pero de un momento a otro me tomó del brazo y me sacó de allí. No pareció importarle las miradas de los demás, simplemente siguió jalándome fuera de la clase, una vez fuera me siguió arrastrando hacia uno de los pasillos más desolados.

Esto se volvía algo raro para mí. Hinata al fin me soltó, pero su mirada seguía clavada en mí.

—¿Hablaste con ella?

—¿Qué?

—Ustedes eran el uno para el otro, ¿qué sucedió?

Él lo sabía...

Necesito de ti (Naegiri) (Hinanami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora