20

2.7K 113 29
                                    

Pov Kyouko Kirigiri.

El día había acabado relativamente bien, Makoto había cumplido con su palabra y había hecho todo lo que yo le había pedido. Recordar el hecho de que él me haya visto llorar me resultaba totalmente embarazoso, incluso provocaba que mis mejillas se sonrosaran. Era simplemente vergonzoso.

El día había sido perfecto sin contar el incidente ocurrido en la institución mental. Y ahora estaba aquí; recostada desnuda al lado del chico que amo. Si el día había sido tan bueno, ¿entonces por qué? ¿Por qué había tenido esa maldita pesadilla otra vez? ¿Por qué a pesar de saber que no era real las lagrimas amenazaban con salir?

Estaba lista para levantarme de la cama e ir al baño, no quería despertar a Makoto, pero me sorprendí al notar que sus ojos verdes estaban clavados en mi y su mano sujetaba mi muñeca. Su mirada era preocupada, yo simplemente le sonreí para que se calmara.

—Makoto, tengo que ir al baño...

—Está bien llorar, Kyouko.

—¿Eh?

—Soy tu novio, no deberías llorar en el baño, en cualquier caso, deberías poder llorar en mis brazos, para eso estoy, para apoyarte cuando lo necesites.

—¿De que estas...? —quise hacerme la idiota, pero una lagrima cayó de mi ojo.

Mi sonrisa poco a poco se borró y mis ojos se humedecieron. Las lagrimas caían a mares, él no dijo nada, simplemente se sentó y me acercó a él, abrazándome como siempre hace.

Sus brazos me envolvían, como si tratara de transmitirme todo el amor que sentía por mí. Yo me sentía mal, el pecho me dolía y mis sollozos no paraban, pero eso no le importó, siguió consolándome hasta que me calmé. Con mis ojos totalmente ardiendo lo miré, él me devolvía una mirada triste, pero trataba de mantener su sonrisa.

—Lamento no haberme dado cuenta antes...

—¿De qué hablas?

—Kyouko, no es bueno que te guardes todo esto para ti sola. Ya te lo había dicho antes, ¿no?

Él me miraba tranquilo, yo simplemente hice una mueca, sentía que iba a volver a llorar. Makoto optó por acariciar mi cabeza, provocando que me despeinara un poco, pero no emití queja alguna. Aún mantenía su débil sonrisa, esa sonrisa con la que trataba de decirme que todo estaría bien.

—No voy a ir a ningún lado —espetó—. Siempre voy a estar contigo, no importa lo que pase, Kyouko.

Sin agregar nada más, él quitó su mano de mi cráneo para luego limpiarme las lágrimas, para finalizar dándome un pequeño beso.

—¿Lo prometes? —pregunté.

Su sonrisa se volvió enternecida, separó su mano de mi cara y levantó su dedo meñique en mi dirección. Sonreí y junté mi meñique con el suyo. Luego de aquello, él se volvió a recostar, haciendo que me acostara con él. Puse mi cabeza arriba de su hombro, usándolo como almohada, me gustaba hacer aquello. Él optó por satisfacerme y me abrazó de lado.

No podía despegar mi mirada de él. Su cabello castaño, sus ojos verdes, amaba demasiado a este chico, no quiero perderlo.

—Aún no puedo entenderlo —musitó él.

—¿Qué cosa?

—Cómo es que alguien tan grandiosa como tú es parte de mi vida.

—¿Eh? Yo no entiendo como puede gustarte alguien como yo —respondí.

Su expresión fue de sorpresa, como si lo que hubiera dicho fuera algo totalmente incomprensible para él

—¿Pues cómo no me enamoraría de ti? —preguntó con ese hermoso rojo en sus mejillas— Aunque no lo demuestras siempre tratas de ver el lado bueno de las personas. Eres inteligente, hermosa y eres muy dedicada cuando se trata de tu trabajo. Simplemente eres perfecta, por eso no entiendo como es que alguien como tú puede conformarse con alguien como yo.

—No digas eso —lo regañé—. Eres mejor de lo que crees. Eres amable, atento y amas con el corazón, por esas y más razones es que te amo y estoy contigo.

Él me sonrió en respuesta y me dio otro beso. No mentí al decir eso, lo amo, de verdad lo amo. Tal vez no sea uno de esos chicos de película que son super fuertes y musculosos, pero Makoto es simplemente fantástico. Siempre que me encuentro mal hace lo que sea para hacerme sentir feliz, siempre me consuela, y a pesar de que sabe que hay peleas que no puede ganar, no duda ni un segundo en defenderme cuando ve que estoy en problemas.

—Tal vez sea hora de un tercer título, ¿qué te parece "El Novio Definitivo"?

Él rio ante mi comentario, se le veía totalmente feliz en mi compañía. Y no hace falta decir que yo también estaba completamente feliz a su lado.

Me sentía... tranquila. Con su brazo envolviéndome, me sentía protegida. Sonreí, mis ojos comenzaban a cerrarse, me sentía tan calmada que era prácticamente imposible que el sueño no se apoderara de mí. Antes de cerrar los ojos por completo, lo miré una ultima vez, él me sonreía.

—No voy a ir a ningún lado —repitió.

Una paz se apodero de mi cuerpo, mi consciencia poco a poco se desvanecía, pero yo estaba bien. Esta vez estaba segura de que podría dormir sin miedo a que una pesadilla me despertara.


¿Qué puedo decir? Bueno, creo que así debería ser una relación amorosa, de apoyo mutuo y comprensión, amar por amar y demostrándolo (aunque claro, regañando a tu pareja cuando crees que hace algo mal, querer a alguien no significa dejarle pasar cada mierda que haga). ¡Pero yo que sé! Si alguno se siente con la confianza de comentar algo de sus relaciones pasadas o actuales, lo leeré con gusto.

Sin nada más que decir, ¡Gracias por leer! Y hasta la próxima semana. 

Necesito de ti (Naegiri) (Hinanami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora