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Pov Enoshima Junko.

Esperanza, desesperación. Conceptos tan opuestos como el bien y el mal, el blanco y el negro. Blanca desesperación y negra esperanza.

¡Oh, casi se me olvida!

¡Aquí es donde la protagonista entra en escena, ¿a que sí?! ¿Cómo hablaría Naegi?

Allí, frente a mí estaban Munakata y Sakakura, ambos con esas caras de pocos amigos. Giré, despidiéndome mentalmente del que había sido mi hogar, casi sentí una lagrima caer por mi rostro, ¡pero no!

La camisa de fuerza que me retenía ya no estaba, ahora simplemente estaba siendo contenida por un par de esposas de policía.

—¿No tienes nada que decir, perra? —preguntó Sakakura con la amabilidad de un delincuente.

No respondí, simplemente me limité a observar por la ventana, viendo el camino, viendo como cada vez nos alejábamos más del manicomio donde me habían encarcelado. Lo admito, fue sencillo salir, y todo gracias a la detective. ¿O acaso fue gracias a Naegi? ¡Es realmente gracioso! Simplemente tuve que decir "quiero que Naegi y yo..." y la detective prácticamente ya estaba abriéndome la puerta para salir.

¡Me parto de la caja! Es curioso como todo puede mejorar diciendo "¡Me parto la caja!".

"Oh, hijo, la abuela murió, ¡me parto la caja!".

"Lo lamento, señor, le quedan dos semanas de vida, ¡me parto la caja!".

"Toc toc, ¿quién es? ¡Me parto la caja!".

—¿De qué carajos te ríes?

¡Me parto la caja! ¡Me parto la caja! ¡Me parto la caja!

"Kirigiri, lo lamento, Naegi no ha sobrevivido, ¡me parto la caja!".

Sakakura me miró con el ceño fruncido, parecía molesto, pero, ¿qué podía hacer? Yo era malditamente graciosa, ¿cómo no reírme?

Aburrido.

La Junko divertida era desesperantemente insoportable. Mantuve silencio un par de minutos, mirando de reojo por la ventanilla en más de una ocasión. Cuando ya estaba segura de que íbamos en un sendero estable, decidí actuar.

Llevé mis manos esposadas hacia adelante, ahorcando a nuestro querido conductor albino con mis esposas. Sakakura no tardó en actuar y trató de detenerme, pero al momento en que se acercó a mí le di un cabezazo, haciéndolo retroceder un poco. En ese momento, ahorqué con más fuerza a Munakata.

Ante la desesperación y su poco raciocinio al ser estrangulado, él soltó el volante. El auto no tardó en salirse del carril y caer en una zanja. Suerte o resistencia, no importaba lo que fuera, yo no me desmaye. Pateé la puerta, haciendo que esta desprendiera del auto y opté por bajarme.

Sakakura estaba rojo de la ira, en cambio Munakata no se despegaba de su asiento, parecía estar inconsciente.

—Maldita puta...

Sonreí y él se abalanzó sobre mí en un intento de atacarme. Nuestra "lucha" no superó los diez minutos. Me acerqué prácticamente dando brincos hacia Munakata, busqué un poco entre su traje y por fin di con las llaves. Sakakura por su parte seguía tirado en el piso, sus ojos estaban completamente abiertos mirando al cielo y se le veía frustrado.

Mientras me quitaba las esposas, pude ver cómo él llevaba disimuladamente la mano a su bolsillo, probablemente en busca de su celular. Su expresión se tornó en una completamente desesperada cuando levanté frente a él el móvil negro, sonreí, que bella desesperación. Aunque no pude disfrutarla mucho, ya que opté por acabar con todo de manera rápida. Tiré mi pierna hacia atrás, para luego impulsarla y darle de lleno a Sakakura en el cráneo, después de eso sus ojos se cerraron.

En un día había hecho que dos hombres mayores quedaran inconscientes, pocas chicas pueden presumir eso. Triunfante levanté la vista a la lejanía, estábamos relativamente cerca de la ciudad. Levanté mis brazos al aire, estirándome un poco.

El coche de poco servía. Humo salía de su motor, el parabrisas estaba destrozado y su parte delantera estaba hundida en la zanja. Alguien no tardaría en pasar por allí para ayudar, así que comencé a caminar, queriendo alejarme lo mas posible del lugar.

¿Qué seria lo primero que haría al llegar a Kibougamine? Ahora mismo sólo podía pensar en una cosa, y era en la detective sumiéndose en la desesperación.

Lo siento, Naegi no ha sobrevivido, ¡me parto la caja!

¿O tal vez debería morir Kirigiri? ¿Cómo sería ver a Naegi caer en desesperación?

No pude evitar empezar a carcajear, la indecisión era sumamente insoportable, sumamente desesperante. 



Necesito de ti (Naegiri) (Hinanami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora