En el primer instante que le vi supe que sería el amor de mi vida, el chico que haría temblar todos mis cimientos y mi perdición. Y en el primer momento en el que le mentí, supe que me odiaría durante el resto de nuestras vidas.
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─ Dime Isabella, ¿por qué estabas en el escenario del crímen?
Los ojos acusadores de la inspectora no se apartan ni una milésima de encima mía, si tan solo hubiera querido matar a una persona, ¿no creería que me hubiera largado antes de que llegara la policía? ¿Para qué quedarme si soy la culpable?
─ Marina me escribió minutos antes... me estaba esperando para marcharnos de ese lugar, nos estábamos aburriendo.
Si tan solo hubiera llegado antes, si no hubiera perdido el tiempo liándome con Samuel en los baños del instituto... Marina seguiría viva.
─ Sí, pero según testigos te vieron irte con tiempo de sobra para que Marina Nunier y usted pudieran haberse marchado. ¿Por qué luego apareció su cadáver justo cuándo tú desapareciste?
Las preguntas de la mujer me acribillan como si de balas se tratasen, de verdad pensaba que yo era una asesina y en serio creía que hubiera sido capaz de matar a la que era como mi hermana.
─ Marina era mi mejor amiga.
Espeto con rabia, apretando los puños hasta que los nudillos duelen y lloro en silencio.
─ Samuel Garcia mantenía una relación actual con la víctima y tengo entendido que usted se veía a escondidas con Samuel. ¿No es ese motivo de sobra para asesinar a alguien? ¿Por celos?
─ No, para nada... Jamás hubiera estado con Samuel de no haber sabido que su hermano y Marina estaban juntos. Le engañaban y tanto él como yo nos dejamos llevar.
─ ¿Discutísteis? ¿La señorita Nunier y usted?
─ Sí. ─Admito asintiendo suavemente con la cabeza mientras las lágrimas caían por mis mejillas─. Pero en cuanto le confesé que sabía que ella se veía con Fernando García... no tenía derecho a enfadarse y reprocharme nada. Lo comprendió.
─ ¿Dónde estaba cuándo apareció el cuerpo de Marina?
Me quedo en silencio por unos segundos y por primera vez, soy capaz de mirar a los ojos, (llenos de lágrimas), a la inspectora. Arrepentida por lo que iba a confesar.
─ Em... estaba con Samuel García en el baño. Solo estuvimos un rato juntos, le dije que llegaba tarde para marcharme con Marina y cuando llegué a la piscina... ella ya estaba muerta en los brazos de Nano.
─ ¿Insinúa que fue él su asesino?
─ En absoluto. ─Respondí de inmediato, negando con la cabeza─, la amaba. Puede que no estuviera de acuerdo con cómo comenzaron a salir pero estaba roto de dolor. Nunca tuve una estrecha relación con Fernando y jamás pensaré que se trata de él, Nano hubiera dado su vida por ella, se lo aseguro.
