Despierto con el sol en mi cara, los débiles rayos impactan de forma directa contra mis claros ojos y yo los vuelvo a cerrar con fuerza y aparto mi rostro hacia el lado contrario, frotando mis párpados en un bufido. ¿Quién narices deja la puta persiana abierta cuándo vas a dormir?Tras unos segundos remoloneando me incorporo y me doy cuenta de lo mucho que me pesa la cabeza, parece que la estén golpeando una y otra vez con un maldito martillo, y la misión que tengo de levantarme falla cuando vuelvo a dejarme caer hacia atrás en la cama y observar el techo.
Es ahí cuando me doy cuenta.
¿Dónde estoy...?
Es la habitación de Guzmán, tan blanca que daña la vista y tan ordenada que da gusto verla. Mi ropa está mal doblaba a un lado y recuerdo el intento por hacerlo bien hacía una horas y una vez recordado eso, todo viene a mi cabeza de golpe, tanto que me duele incluso un poco más. Pero la sensación de que sus perfectas manos estuvieran rodeándome durante toda la noche, me hace olvidar el dolor y sonreír.
─ Buenos días. ─El rey de Roma aparece por la puerta medio abierta, con una bandeja llena de comida y una aspirina.
Encima me trae el puto desayuno a la cama y una pastillita para la resaca, cuando digo que Guzmán en el fondo es un completo amor, es porque en realidad es un maldito oso de peluche achuchable.
─ Buenos días... ─Murmuro volviendo a incorporarme con cuidado hasta quedar sentada como un indio aún con las sábanas cubriendo mis piernas. Mi amigo deja la bandeja sobre la cama y lo primero que hago es coger la aspirina para dejarla sobre mi lengua y beber agua.
─ ¿Cómo has dormido? ¿Tienes mucha resaca?
─ He dormido como un bebé pero quiero morirme... me da vueltas todo y parece que están reformando una puta mansión en mi cabeza. ─Respondí cogiendo una galleta mientras escucho el sonido de su risa, que hasta con dolor de cabeza no me molesta─. Dime que no hice mucho el ridículo...
Este alza sus cejas como si le estuviera quitando importancia, encoge sus hombros negando suavemente con la cabeza y eso me tranquiliza un poco.
─ Bueno... casi te desnudas delante mía.
Comienzo a toser como efecto a sus palabras, dejo la galleta a un lado y bebo agua para que esta baje. Una vez que ya estoy libre de morir ahogada, me permito a mirarle con mi típica mueca de 'tierra trágame'.
─ ¿Cómo?
─ Te di esa ropa y antes de que pudiera decirte que el que iba a salir era yo, tú ya estabas bajándote la cremallera del vestido. ─Me cuenta con normalidad, entre risas y yo tapo mi cara completamente roja por la vergüenza─, ¡Vamos, Bella! No pasa nada y no vi nada, te lo prometo.
─ Qué vergüenza. ─Es lo único que llego a decir antes de quedarme unos segundos en silencio y volver a hablar:─, qué jodida vergüenza, Guzmán. Menos mal que me dijiste que me quedara a dormir porque no sé cómo hubiera mirado ahora a mi padre... es contigo y se me cae la cara de vergüenza.
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ˢᵒᵐᵉᵒᶰᵉ ᵗᵒ ʸᵒᵘ ⇝ 𝘎𝘶𝘻𝘮𝘢́𝘯 ⇝﹙𝐄́𝐥𝐢𝐭𝐞 ∕
FanfictionEn el primer instante que le vi supe que sería el amor de mi vida, el chico que haría temblar todos mis cimientos y mi perdición. Y en el primer momento en el que le mentí, supe que me odiaría durante el resto de nuestras vidas.