En el primer instante que le vi supe que sería el amor de mi vida, el chico que haría temblar todos mis cimientos y mi perdición. Y en el primer momento en el que le mentí, supe que me odiaría durante el resto de nuestras vidas.
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EN LA ACTUALIDAD
La desaparición de Samuel hace mella en todo el instituto y en los estudiantes, los profesores. Si que es cierto que en unos más que en otros, Lucrecia no parece muy preocupada y Polo aún menos, pero no me extraña. Sin embargo, de Guzmán sí. Hace unos días que no hemos vuelto a hablar y eso me tiene en desespero, además de sus presentimientos de que Samuel esté muerto y parecer disfrutar de ello, no lo reconozco. Después de la búsqueda y de que solo hubiera aparecido su bicicleta, después de que Rebe me llamase la noche del 31 de diciembre contándome que Samuel trabajó para su madre de repartidor, de droga, y las dos solas saliéramos al terminar la cena a buscar a Samuel, siendo totalmente en vano. Pensamos que podría haber estado en uno de esos barrios donde la gente compra droga, pero el perímetro donde se encontró la bicicleta no llegaba con la descripción. Y justo en esta mañana en la que una foto empezó a rular, una foto de la chaqueta de mi amigo y ex novio llena de sangre, no es que yo recibiera la imagen en mi móvil, me enteré nada más y nada menos que por Guzmán, pero no porque precisamente me la enseñara a mí directamente, más bien porque se encargó de contárselo a Ander lo suficientemente alto, pero yo estaba al final de la clase. Casi siempre que me entero de alguna nueva información acerca de su desaparición es porque me entero por Guzmán, o sus crueles comentarios. Y sería capaz de pensar que lo hace para dañarme pero sé que no sería capaz de hacerme algo así, porque apenas me dirige una mirada y porque siempre que habla del tema, hay otra persona que está relativamente cerca suya, y no soy yo precisamente. Es Carla.
¿Por qué siempre que habla de ello, se asegura de que Carla se entere?
Guzmán me lanza una mirada antes de desaparecer por la puerta, una de esas vacías que no significaban nada, y a pesar de que intenté sostenerle la mirada, no pude. Luego traté de hablar algo con Ander, hacía mucho que no teníamos ninguna charla y sí, lo extrañaba pero este parecía algo perdido últimamente, así que ni lo intenté. Sin embargo y para mi desgracia, una cabellera rubia y radiante se sentó a mi lado, iba a echarla del asiento libre a mi lado pero como si supiera lo que iba a hacer, se adelantó antes de que yo pudiera empezar a decir algo.
─ ¿Cómo estás tan segura de que Samuel sigue con vida?
─ No lo sé, no tengo ni idea pero pienso averiguarlo tarde o temprano. Solo tengo la sensación de que sigue vivo, algo en mi interior lo dice.
─ Samuel era un buen chico.
─ Samuel es un buen tío, no hables de él en pasado. Sigue vivo. ─le corrijo, y Carla suspira a mi lado. Me giro a verla, tiene sus ojos verdes llorosos y parece preocupada─. ¿Ahora te preocupas por él? ¿Después de habértelo tirado no sé cuántas veces para comprar su silencio respecto a Marina? ¿Tras haberlo usado cómo te ha dado la gana, cómo si fuera un trapo?
─Él también me usó a mí, Isabella.
─ A ti te usó para tratar de hacer el bien y que se supiera la verdad sobre un asesinato. Porque tú lo encubriste, fue tu idea, y si algo le ocurre a Samuel, solo será tu culpa. Al igual que también lo es que Christian ya no esté con nosotros.
