En el primer instante que le vi supe que sería el amor de mi vida, el chico que haría temblar todos mis cimientos y mi perdición. Y en el primer momento en el que le mentí, supe que me odiaría durante el resto de nuestras vidas.
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A la mañana siguiente camino por los pasillos pensando en todo lo que había ocurrido, en el día anterior, el beso y como Samuel delató a su hermano con lo del disparo, que Nano supuestamente fuese quien me disparase... eso me confunde un poco, ¿por qué querría dispararme? A pesar de que parecía que apuntó de forma precisa para no matarme... y no creo que Samuel mienta con eso.
Aún así, decido dejar el tema cuando vea a un Guzmán muy solitario, pensativo y decaído sentado en las escaleras del instituto, parece bastante cansado, así que me siento a su lado mientras me mira.
─ ¿Qué escuchas?
Sin decir nada, me tiende un auricular y suena Back To You de Twin Forks entonces recuerdo lo mucho que le gusta esa canción y lo que la letra encaja con nuestra situación y me arrepiento de haberle preguntado, sigue observándome con una pequeña y tierna sonrisa como si supiera en lo que estoy pensando, haciéndome sonreír a mí también.
─ ¿Cómo llevas lo de tu padre? ─pongo mi mano sobre su rodilla, acariciándola suavemente en señal de apoyo.
─ Ya sabes... es un poco complicado, nos ha dejado con una mano delante y otra detrás, ya sabes como es mi hermana y yo estoy buscando alguien que pueda dejarnos el dinero.
─ Ojalá pudiera ayudarte... ─la verdad es que mi padre no iba a poder pagar su fianza, primeramente porque creía que no se lo merecía. Luego pongo la mano sobre su rostro y con la yema de mis dedos, acaricio con suavidad alrededor de sus ojos; los cuales están colorados─. Vaya, alguien no duerme eh...
─ No mucho. ─sonriente, mira mis ojos y nos quedamos en silencio unos segundos; para cuando me doy cuenta carraspeo y aparto la mano.
─ Bueno... ¿no vas a ir a verle?
─ ¿De verdad crees que después de lo que ha hecho voy a ir a verle a la cárcel?
─ No sé, Guzmán... es tu padre, se merece una oportunidad para explicarse, ¿no?
─ Es un ladrón. ─su mirada la conozco, es de esas que están llenas de rabia─, le ha robado hasta a su familia, no se merece nada.
─ Bueno... todos cometemos errores, ¿no? Y la familia siempre está ahí para apoyarte cuando uno la caga, porque entonces sería un rollazo. Deberías a verle, apoyarle... al fin y al cabo eres su hijo y te quiere, cuando tú lo has necesitado él ha estado para ti y debería ser así ahora también; pero al revés... puedo acompañarte.
Su sonrisa se intercambia por una expresió llena de sorpresa y agradecimiento.
─ Entonces... vale. Pasaré esta tarde a por ti sobre las seis.
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Jamás me imaginé estar tan cerca de la cárcel como en este momento, que espero en el exterior a que Guzmán termine de visitar a su padre, la verdad al mío no le hizo mucha ilusión que viniera porque no es un entorno muy agradable y tampoco creía que Ventura se lo mereciera, aún así yo tenía demasiado claro que iba a acompañar a mi amigo, porque lo hacía por él y no por su padre.
