𝑪𝑯𝑨𝑷𝑻𝑬𝑹 4 ( 15 )

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Al parecer en este nuevo curso íbamos trasladándonos de fiestas en fiestas, a las cuales no quería ir pero al final acaba asistiendo a ellas, me la pasaba bien al fin y al cabo, pero es que no me apetece y a esta voy porque Rebeka me ha insistido ...

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Al parecer en este nuevo curso íbamos trasladándonos de fiestas en fiestas, a las cuales no quería ir pero al final acaba asistiendo a ellas, me la pasaba bien al fin y al cabo, pero es que no me apetece y a esta voy porque Rebeka me ha insistido (como siempre). Aunque la hora que es ya, he tenido que ponerle un mensaje avisándole de que se vayan adelantando. Estoy terminando de arreglarme frente al espejo, aunque voy a tener que pedir ayuda a Matilde par que termine de cerrarme el vestido, la maldita cremallera se ha quedado atrancada... pero tampoco es la primera vez, no sé por qué no hago nada para arreglarlo.

Escucho unos golpes en la puerta, por lo que permito que pase quien sea sin apartar la mirada de mi reflejo sobre el espejo, dando por imposible la tarea de cerrar el dichoso vestido. Aunque cuando veo que la puerta se abre y tras ella deja ver a Guzmán, suelto un pequeño bufido par seguir intentándolo con la excusa de no observarle.

─ ¿Ni viniendo a recogerte vas a hablarme?

Aquello me hace alzar una de mis cejas y esta vez sí que le miro por el espejo, está detrás mía.

─ No recuerdo haber quedado contigo para ir a ningún sitio, además, voy a ir con Rebe y Nadia. ─hago una pausa, deshaciéndome de las arrugas de la prenda─. ¿Ya te has aburrido de la cena y vienes a buscarme?

Oigo como resopla pero en realidad no me importa, en la mañana escuché como aceptaba la propuesta de Lucrecia para ir a cenar con Omar y Ander en plan parejitas.

─ ¿Así que eso es lo que te pasa? ¿Llevas una semana sin hablarme porque estás celosa?

Aquello me hace enfadar, porque no estoy celosa, estoy dolida.

─ ¿Celosa? ─repito girándome para poder observarle cara a cara, manteniendo la considerada distancia que hay entre ambos─. No, no estoy celosa, estoy dolida porque veo que sigues mintiéndome con lo mucho que supuestamente me quieres pero no eres capaz de dejar a Lucrecia. ¿Cómo crees que me sienta verte con ella en público? Yo no soy la otra de nadie, ni siquiera tuya, Guzmán.

Se queda en silencio, me estudia con sus ojos claros, no son acusadores ni molestos, más bien son compasivos; parece entenderme. Suspira, luego niega suavemente con su cabeza mientras se acaricia su pelo rapado.

─ Date la vuelta, anda.

Frunzo el ceño confusa y para qué mentir, molesta porque cambiara de tema tan rápido. Pero decido confiar y girarme, viéndome de nuevo en el reglejo del espejo; él se acerca hacia mí y pone su mano izquierda sobre mi cintura, desde atrás. Eso me hace tragar saliva debido al contacto, estaba enfadada, y aquello me hacía ablandarme, más si venía de Guzmán; pero no podía, tenía que seguir manteniéndome firme si quería que me tomara en serio. Con la otra empieza a subir la cremallera lentamente, escuchando solamente nuestra respiración y el cierre de esta cerrándose poco a poco, llegar hasta casi el final, donde ambas manos ajenas se reencuentran y una de ellas vuelve a hacer la tarea; me aparta el pelo muy lentamente para que no estorbara y finalmente consigue cerrar el vestido.

ˢᵒᵐᵉᵒᶰᵉ ᵗᵒ ʸᵒᵘ ⇝  𝘎𝘶𝘻𝘮𝘢́𝘯 ⇝﹙𝐄́𝐥𝐢𝐭𝐞 ∕ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora