ALWAYS YOU ಇ [Larry] 1

A second chance to love

Louis y Harry están apunto de divorciarse, ahora lo único que los une son sus dos hijos

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Harry lucha con su pequeño bebé para ponerle la ropa, ya se había encargado de bañarlo y secarlo, pero Mateo se encontraba en la cama desnudo moviendo sus piernitas y brazos mientras se reía de su padre que con su voz cariñosa lo reprendía para que dejará de moverse y pudiera ponerle la ropa. Mira la hora en el reloj que se encontraba en su mesita de noche dándose cuenta de que faltaban pocos minutos para que Louis viniera por sus hijos. No puede evitar que un nudo se formara en su garganta y estómago cada vez que venía por sus dos hijos. Desde que se pelearon aquel día y soltaron cosas que hasta ahora no son lo suficiente valientes para admitir que se equivocaron y que seguir adelante con el divorcio es un gran error.

Louis los tenía los fines de semana y Harry y los demás días.

—Vamos, mi amor hoy vas a ir con papi Louis—Suelta Harry cariñosamente mientras deja múltiples besos en las regordetas mejillas de Mateo. El pequeño suelta carcajadas

Cuando termina de vestir a Mateo, lo mira con adoración le había puesto un pans de Adidas y una sudadera, no puede evitar pensar en Louis, Mateo era un mini Louis no había nada en que no se parecieran, Mateo tenía el cabello castaño y los ojos azules y Harry estaba seguro que iba hacer igual de travieso que Louis. En lo único que había saco de Harry eran los hoyuelos

Sale con Mateo en sus brazos y va directamente a la habitación de Eithan quien se encuentra en la alfombra jugando con sus juguetes en ese momento el timbre resuena en toda la casa. Muerde su labio y ahí de nuevo está esa presión en el pecho, es difícil ver a Louis llevándose a sus bebés.

—Ven Eithan, ya vino papá Louis—Llama a su otro hijo tendiéndole la mano, el pequeño levanta la mirada con una sonrisa y se levanta tomando su mano—¿Estas contento de ver a papá Louis?

Pregunta, Eithan asiente mientras con cuidado bajan las escaleras y abre la puerta, Mateo inmediatamente se tira a sus brazos con un gritito de felicidad, mientras que Eithan se abraza de sus piernas, sus ojos se cristalizan, pero antes de que Louis lo viera así se acerca a la sala e intenta alejar las lágrimas mientras agarra el bolso de los niños.

—Hola, Harry—Saluda Louis con la mirada sería.

—Hola, aquí están las cosas de los niños, por favor dale frutas a Eithan y menos frituras—Le tiende la bolsa. Este lo toma rápidamente.

—Intentare—Le dice divertido a Eithan quien toma la mano del castaño. Antes de volver a mirar a Harry—¿eso sería todo?

Harry asiente, mientras se agacha a Eithan y deja un beso en su frente y lo abraza con fuerza antes de levantarse y dejar otro beso en la mejilla de Mateo, estar sin sus dos pequeños hacía que la casa estuviera en silencio.

—Bueno, te veo luego—Habla Louis alejándose con sus dos tesoros. Cuando ve que Mateo mira hacia él, su cara se arruga y empieza a llorar puede escuchar a Louis decir—No llores amor. Vamos a casa y jugaremos mucho.

Es lo último que escucha antes de verlo subir a sus hijos e irse de ahí, con lágrimas en los ojos cierra la puerta y mira hacía la sala, el lugar se siente tan vacío y silencioso. Se permite recordar cómo eran sus fines de semanas con Louis en casa, el castaño estaría sentado en la sala con sus dos bebés y los haría reír antes de jalar a Harry a su lado, antes de que Harry sé levantará y prepara un buen desayuno para Louis, para luego que Louis se fuera a trabajar y regresara a altas horas de la noche. Y ahí estaba el comienzo de su pelea.

Aunque Harry quisiera regresar con Louis no iba a soportar que Louis se pasará mucho más tiempo en el trabajo que en su casa.

Unas horas después Harry estaba aferrado al suéter de su hermana, mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, sus mejillas estaban rojas por el llanto y es que desde que llegó su hermana, esa noche no pudo evitar llorar en sus brazos. Se preguntaba cuando iba a dejar de llorar por Louis cuando iba a dejar de doler que ya no estuviera en casa. No era fácil estar solo en la casa en la que habían construido muchos recuerdos y seguir durmiendo en la habitación que había compartido con Louis muchos años, en la misma cama donde pasaron mucho tiempo acurrucados, en dónde se amaron, en donde Louis le hacía el amor.