B E B É

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Capítulo 02.- Bebé

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Tick Tick Tick

El sonido del reloj era el único ruido que se escuchaba en aquellas cuatro paredes. De vez en cuando, se paraba y comenzaba a caminar de un lado a otro; agarrándose el rostro con sus manos y el ceño fruncido.

Todo había sido una locura. Se supone que había regresado a su hogar para poder descansar plácidamente, en cambio, desde que había pisado su departamento solo sentía estrés. Paró su frenética camina y miró el reloj que se encontraba colgado.

Las seis con treinta.

No había dormido en toda la noche, pues ahora su lecho se encontraba ocupado con aquel curioso paquete que le había llegado aquella madrugada. Tragó saliva y se acercó a mirar la fuente de su preocupación.

Se encontraba durmiendo tan plácidamente, sus pequeñas manitas estaban de un lado a otro cerca de su cabecita con cabellos rubios. Era muy pequeño, apenas unos meses de nacido y no cabía duda para él que aquel infante tenía algo que ver con la chica que había ayudado el día anterior.

"Yukine, su nombre es Yukine"

—Esto, todavía debo estar soñando. Un baño, sí, eso es lo que necesito un buen baño de agua fría y un café para despertar —se susurró así mismo y, sacando una toalla de su armario, se dirigió al cuarto del baño para poder despejar su mente de todo el lío que estaba pasando por su cabeza. En veinte minutos no hubo ningún otro ruido más que el agua corriendo.

Con el cuerpo frío estaba más despierto, fue a la cocina para prepararse una buena taza de café.

"Si, todo fue realmente un mal momento, esto no me puede estar pasando realmente"

Pero luego, un fuerte llanto lo hizo despertar a su realidad. Estuvo unos minutos mirando su taza con temor, pero sabía que todo lo que le estaba pasando era el presente. Dejó el objeto de sus manos en la mesa y comenzó a caminar a su cuarto.

Ahí estaba, moviendo sus pequeñas manitas y piececitos mientras tiraba de las mantas que él le había puesto para abrigarlo.

Cuando lo sacó de aquella caja donde venía, apenas estaba tapado con una manta y la chaqueta que le había dado aquella chica. Trago saliva y se acercó para verificar que el bebé estuviera bien. El infante lloraba con ganas, con todo lo que sus pequeños y débiles pulmoncitos le daban.

—Vamos Yato avanza, es tan solo un bebé y ahora te necesita —susurró palabras a él mismo para darse ánimos. Camino a la dirección del pequeño ser y lo quedó mirando unos segundos antes de tomarlo con temor en sus brazos. Lo acunó como pudo y empezó a mecerlo de un lado a otro para darle consuelo, pero no había caso, el recién nacido no dejaba de llorar y hacía que el pelinegro comenzara a desesperarse por tratar de calmarlo. Acercó al bebé un poco más a su rostro para susurrarle algunas palabras de aliento.

—Yukine, Yukine ¿Tú nombre es Yukine? —le susurró mientras lo mecía—mi nombre es Yato, tranquilo, ahora estarás bien. ¿Tienes hambre? ¿Tienes frío? ¿Te sientes mal? —Sabía perfectamente que el bebé no le iba a responder; pero como por arte de magia, la vibración de las palabras hizo que el llanto fuera más débil haciendo que el pobre hombre respirara unos segundos de alivio. El bebé frotó su carita en el pecho del mayor y con las manos comenzó a palpar aquella zona buscando "algo", provocando gracia al pelinegro. —¿Eh? ¿Acaso me estás buscando leche? Lo siento pequeño, pero yo no soy una vaca lechera. —dijo con tono de amor. El calor corporal que emitía él, hizo que el infante calmará su llanto y abriera sus ojos lentamente.

Familia | Noragami | YatoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora