F I E S T A

649 60 71
                                    

Capitulo  14 .-

—...y esperando que hayan tenido unas buenas vacaciones y hayan descansado lo suficiente, les doy la bienvenida a este nuevo semestre de universidad. Han podido superar el primero que ha sido decisivo en sus vidas, es donde la mayoría de los alumnos descubren si es su profesión o no, de ahora en adelantes las cosas se van a poner más duras, pero teniendo perseverancia y estudiando duro verán que lo podrán lograr. Desde este semestre nos comenzaremos a entrar al mundo de la medicina en lleno — 

Habló un docente al aula de clases donde todos los alumnos estaban emocionados por aquel comienzo de clases. 

Hiyori no era la excepción. Estaba orgullosa de si misma y muy feliz por haber logrado pasar su primer semestre en la universidad con éxito, sentía que se había podido superar a sí misma, junto con el hecho de su actual independencia, viviendo en una ciudad diferente a la de sus padres y, junto con aquello, la experiencia de la crianza de un bebé. A pesar de todas las cosas que estaban pasando en su vida, ahí estaba, feliz comenzando otro curso más de universidad.

Miró por la ventana unos minutos y se dejó llevar por el firmamento de aquella mañana del diez de agosto, las hojas de los árboles comenzaban a caer y se estaban dando indicios que el otoño se estaba acercando. Ya pasaría cerca un año desde que había llegado a la ciudad a estudiar.
Su celular vibró en su bolsillo haciendo que saliera de sus pensamientos, con sigilo, sacó el aparato de su bolsillo para mirar el mensaje entrante. 


"Que tengas un buen día en tu inicio del semestre mi futura doctora, ¡Sigue estudiando duro! ¡Si estas viendo este mensaje en clases, mal ahí, deja el móvil! Ahora, cuando leas esto y si tienes hambre y tiempo, ven a mi oficina y te invitó algo para celebrar el inicio de clases. Con cariño, Yato" 


Hiyori sonrió y con un leve sonrojo volvió a esconder su celular en el bolsillo. Simplemente Yato. Ahora había comenzado a agarrar la manía de enviarle mensajes a cada minuto y también llamaba a cada hora a Kofuku preguntando como estaba Yukine. Cada vez se estaba volviendo más sobreprotector con ambos.

No podía negar que aquel gesto de preocupación a veces le encantaba y le hacia muy feliz, pero, de verdad que a veces necesitaba unos minutos sin pensar nada y Yato no la ayudaba mucho acosándola a veces y, esto había comenzado desde aquel día en que Yato llegó, tarde, muy tarde a su hogar.

Mejor dicho, ni siquiera había llegado aquella noche. Comenzó a actuar extraño (más de lo habitual) y estaba algunas veces muy tensó. Yukine a veces lograba calmar sus nervios, pero sabía que si no eliminaba aquello de raíz Yato podría comenzar a debilitarse mental y físicamente.

Sabía que él tenía muchos secretos y cosas que no podía contar y ella no trataría jamás de presionarlo. Pero ya se estaba preocupando. ¿Cuándo se daría cuenta que ella no es solamente la chica quien lo ayuda a cuidar a su hijo? Realmente ella quería ser su amiga en quien él pudiera apoyarse cuando se sintiera débil. 

Hizo un pequeño puchero y miró la pizarra del aula. 

—...Cuando comiencen a especializarse en la medicina, verán que esta tiene muchas ramas y ustedes encontraran en su momento la que más le agrade. —Hablaba la profesora —Algunos se irán al área de medicina general, cirugía, pediatría, Psiquiatría y así muchas más áreas de especialización ¡Les recomiendo que comiencen desde ahora a buscar lo que más le gusta! 

—¿Una especialización? —susurró para ella misma. Jamás lo había pensado. Su sueño desde niña siempre había sido ser médico, pero jamás pensó en algo más. Sus padres eran médicos generales, su hermano en cambio era parte de pediatría ¿Y ella? Sonrío. —No se me dan mal los bebés... bueno, supongo que lo tomare con calma todavía me faltan algunos años para eso. 

Familia | Noragami | YatoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora