E N F R E N T A M I E N T O

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Capítulo. - Enfrentamiento

Perdido

Así era como estaba, no solamente para los demás, si no para él mismo. La luz que tanto quiso proteger no estaba con él, incluso no sabía si podía encontrarse bien o bajo tierra y pensar aquello le provocaba náuseas.

Se encontraba tan perdido, sin saber que hacer ni donde ir ¿Qué venía ahora? Había sido tan feliz en aquella realidad y ahora todo aquello se había esfumado como agua entre sus dedos y todo era su culpa.

Si

Era lo único que apenas lo podía consolar, todo aquello que amaba se moría por su culpa, por no atreverse a parar lo que sabía que estaba mal ¿Por qué? ¿Por miedo? Claro, no había parado a su padre por miedo a lo que vendría después, después de todas las cosas malas, su padre había sido una de las personas más importantes de su vida, aquel que le había dado un nombre y lo había adoptado evitando que él muriera en un basurero siendo apenas un infante. El amor de su padre era errado, era tóxico, un amor destructivo, pero aún así lo quería y respetaba. Con su hermana era lo mismo, estaba muy seguro de que ella también se daba cuenta que su padre era un desquiciado, pero el amor evitaba que se le detuviera.

Pero ya era hora ¿no?

Miro el firmamento, tanto bellos colores que se podían apreciar, el aire frío inundaba sus pulmones y dolía. Todo su cuerpo dolía. Pero ya nada importaba.

—Me hubiera gustado, un tiempo más con ella...—apenas susurró mientras no despegaba su mirada del cielo. No iba a llorar, ya no más, ahora él sabía muy bien que quedaba una cosa.

Quería venganza.

Deseaba venganza, porque su corazón no encontraría nunca paz. Después de todo, él ya estaba muerto ¿Era posible perder algo más?

La respuesta era clara: no. No había nada que perder entonces ¿Qué es lo que le impedía? Nada. Era hora de terminar con todo aquello que había empezado hace más de posible treinta años atrás, tenía que detener a su padre, a su hermana y a él mismo. Aunque eso significaba dos cosas: o la cárcel de por vida por asesinos seriales o la muerte al momento de enfrentarse con su padre y todas las organizaciones que le apoyaban la espalda con sus ideas erradas de justicia.

—Es hora —

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La oscuridad en el cielo se presentó como era de costumbre. Miró como las estrellas eran cubiertas por las nubes. Muy pronto vendría una tormenta, una tormenta que nadie podría parar, pero que ya había sido pronosticada hace mucho tiempo, solo era tiempo de esperar para que se presentará.

Siempre supo que estaba mal todo lo que hacía. La felicidad que generaba a la gente matando aquellos que les hicieron daño era solo un placer fugaz, pues, cuando el deseo de venganza desaparecía solo quedaba un vació. Un vació del cual jamás sería llenado porque el daño ya se encontraba hecho.

En su caso, obtuvo su venganza, se deshizo de aquel ser que le había arrebatado lo más hermoso que tenía, lo que más amaba, su pequeña hermana. Sin embargo, aunque pudo conseguir aquella meta, jamás volvió hacer feliz. Su hermana jamás volvería a su lado, nunca más la escucharía hablar, reír, nunca más tendría sus abrazos, su presencia, su amor. Una vez que su deseo de venganza se completó, solo quedo un vacío y la pregunta ¿Ahora qué? Solo estaba en su cabeza. Tenía dos opciones: o terminaba con su suplició de vida ahí mismo o se buscaba otro objetivo para poder calmar su dolor. Por supuesto, decidió lo segundo, no permitiría que la gente obtuviera la misma injusticia que él. De esa forma podría calmar aquella sed de venganza que lo atormentaba.

Familia | Noragami | YatoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora