B Ú S Q U E D A

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Como era de esperarse, aquel día el tren llegó puntual a la misma hora de siempre, donde varios de los pasajeros ansioso se bajaron llegando a su lugar de destino. Era un día frío, todo el lugar estaba con varias decoraciones luminosas de colores y alegres panfletos que daban vida a la ciudad donde ella había huido hace cerca de tres semanas. Se bajo del tren y miró a sus alrededores sigilosamente, apreció la decoración que daba a entender que la festividad de navidad sería en tan solo unos días, sin embargo, trató de no darle importancia a su malestar, ahora tenía que concentrarse en una cosa muy importante.

Comenzó su caminata por la ciudad, tenía que ser rápida, buscar la mayor información posible y volver nuevamente a la casa de su abuela donde la estaban esperando. Suspiró recordando la última charla que tuvo con su familia antes de tomar el tren y dejar atrás al pequeño bebé que tenía a su cuidado.

—Necesito volver a la ciudad, tengo que resolver algunos asuntos importantes —

Recordaba sus firmes palabras ante su hermano, quien, en ese mismo instante, se encontraba embobado jugando con el pequeño niño de rubios cabellos que reía alegre al ser mimado. Masaomi dejó de mirar al niño para prestar atención a su hermana, hizo una expresión de tristeza antes de hablar:

—¿Vas a volver ya? Pensé que te ibas a quedar a las fiestas de fin de año. Bueno, no se le puede hacer mucho, tú y este pequeño necesitan volver nuevamente a su rutina ¿no? Lo importante es que se ve que te sientes mucho mejor que desde que llegaste aquí—Dijo él.

Hiyori negó suavemente con su cabeza antes de explicarse mejor lo que quería decir:

—Necesito que me hagas un favor hermano —habló mientras se sentaba a un lado del hombre y del pequeño niño que, al ver que su madre se había sentado, no perdió la oportunidad en acercarse a ella y jugar cerca de sus piernas — Tengo que volver a la ciudad, pero no puedo llevarme a Yukine conmigo.

Hubo unos segundos de silencio, la cara del joven mostraba al principio asombro y luego confusión —¿por qué no puedes llevarte al niño, Hiyori? ¡No puedes irte y dejarlo abandonado aquí! ¡No permitiré eso!

—¡Me malinterpretas! No pienso dejar a Yukine abandonado, prefiero morir antes que eso. Solo que...tengo que resolver unos asuntos con el padre de Yukine y no quiero andar exponiendo al niño a estas temperaturas y posibles peligros.

Masaomi la miró unos minutos, en los días que habían pasado juntos ella le había explicado varias cosas, por ejemplo, como es que el niño había entrado a su vida, siendo él abandonado por su madre biológica al no poder proporcionarle una vida digna y segura, como el padre adoptivo de la criatura se había decidido en hacerse cargo y del como Hiyori, quien al parecer era vecina de aquel hombre, se había decidido en ayudarle en la crianza del pequeño.

También le había explicado, que ambos tuvieron complicaciones al principio criando a Yukine, para empezar, ninguno de los dos tenía experiencia de bebés y, junto con eso, el mal estado de salud que había llegado el pequeño a sus brazos. Con aquello, Hiyori le había dicho que Yato, el hombre quién tomo el rol del padre ante el niño, era un extranjero que no tenía todos sus documentos legales y por aquella razón Hiyori, para poder salvar al niño de una grave neumonía que había padecido, lo decidió escribir a su nombre haciéndolo pasar por hijo suyo.

Pero, a pesar de todo lo que ella le había dicho aún había varios vacíos en su relato, todavía no le había explicado del todo del porque quiso irse de la ciudad y llevarse al niño, y del por qué el padre no se había tratado de comunicarse con ella. Aún todo se le hacía sospechoso y, pensar en el hecho de que su hermana se iba a ir a juntar con aquel hombre le daba una sensación de intranquilidad y se le formaba un gran nudo en la garganta, tenía un extraño presentimiento de todo aquello y temía por la vida de su hermana, aunque le sonará exagerado. Prefería ser mil veces considerado un sobreprotector con su pequeña hermanita antes de lamentarse por no haberla protegido como se debía.

Familia | Noragami | YatoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora