Fracaso.

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Tres dias.

Tres días pasaron y el gran dragón no despertaba...

La criatura enfermó gravemente.
Tenía Fiebres muy altas y parecía delirar algunas veces.

Rin no lo abandonó ni un segundo.
Cuidó de él noche y día, luchando en todo momento por bajar su temperatura y rogando a los dioses cuando la criatura gruñía y gemía delirante...
Pese a su fortaleza, cada día fue mucho peor para la joven y frágil humana...
No había más frutos en el jardín...
El frío en su cuerpo crecía cada vez más, siendo insuficiente el poco calor que obtenía del cuerpo del dragón inconsciente...
Ella se debilitaba cada segundo y él no parecía mejorar.

Nada estaba bien.... Ninguno de los dos estaba bien y finalmente, al anochecer del tercer día, todo parecía haber acabado...

El frío era tan intenso que ya había entumido sus extremidades... No podía moverse y hacerlo era incluso doloroso.
No podía dejar de temblar.
Sus dientes castañeaban sin control...

El ser en su interior estaba terminando de absorber todo el calor de su cuerpo ante la ausencia del calor extra del que le proveía su padre... Estaba luchando por sobrevivir.

------Dioses...-----Lloraba la joven temblorosa mientras se arrastraba por el suelo, intentando alejarse de la ventana rota que dejaba entrar el terrible viento frío del exterior.
Ni siquiera era capaz de ponerse de pie.
No tenía fuerzas y además estaba entumecida por el frío de su cuerpo... Sabía que seguramente no pasaría esa noche.

Sollozaba débilmente mientras se acurrucaba en un rincón, lo más lejos posible del viento gélido, intentando cubrirse y calentarse con las pocas yukatas y trozos de sabanas que había estado usando como cama los últimos días, pero todos sus esfuerzos eran inútiles.
La criatura que gestaba estaba tomando cada pequeño rastro de calor en su cuerpo para sobrevivir...
Ella era su madre... No le importaba dar su calor para salvar la vida de su no nacido hijo, el problema era que, el tampoco viviría demasiado estando aún en su interior y completamente dependiente de ella...
Lloró desconsolada mientras se hacía ovillo, abrazando su vientre distendido...

-----L...l..lo...lo siento...-----Lloraba en medio de su temblar. ------Lo s...ss...siento mucho, bebé bestia...------Hacia ya poco más de un día entero que su bebé había dejado de moverse por completo.
Eso la hizo pedazos.
Sentía que había fallado por completo...
Sabía que no lo había alimentado debidamente.
Tampoco había sido capaz de darle calor suficiente.
Le había fallado.
Había fallado en todo.
No había podido salvar al gran dragón blanco y no había podido mantener vivo a su hijo, quien ni siquiera había nacido todavía.
Nunca había sentido tanto odio hacia sí misma y más aún hacia su propia especie...
Fue el hombre quien había herido a su protector alado, quien estaba segura no viviría mucho más que ella y por ende, había sido el hombre quien acabó con la vida de su esperado descendiente...
Los hombres le habían arrebatado todo... Ahora sabía perfectamente lo que Sesshomaru sentía... Y más le dolía aún, pensar en que no podría lograr su propósito...
Jamás ningún dragón volvería a pisar la tierra...
El hombre había ganado la batalla finalmente...

------Perdóname, Sesshomaru...-------Dijo en el último aliento que le quedaba, antes de que sus ojos se cerrarán por completo, haciendo desaparecer todo a su alrededor...






Nunca dejó de escucharla...
La escuchaba aún estando sumido en las profundidades de su inconsciencia.

La escuchaba llamarlo por su nombre, a veces de manera dulce y otras suplicante...
La escuchaba en su desesperación y miedo y podía sentir cómo se marchaba de a poco, como si se alejara y sin i portar nada, él no pudiese darle alcance...

EMPIRE GRAGON.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora