EMPIRE GRAGON.

Naturaleza y elecciones.

Aquellos bajones de temperatura en su cuerpo aquejaron a Rin con cada vez más frecuencia los próximos días.

Aquello estaba volviendo loco a la gran bestia quien empezó a pasar mucho tiempo en la biblioteca de su palacio, leyendo y releyendo papiros y pergaminos, intentando encontrar alguna explicación al padecimiento de su concubina a la vez que dedicaba la otra mitad de su tiempo a estar prácticamente pegado a ella, ya que era incapaz de mantener el calor de su cuerpo por sí sola y él era el único que podía estabilizarla.

Ella empeoraba día con día, semana tras semana y él comenzaba a perder la cordura, cuando finalmente, encontró la respuesta...

Volvió a la habitación de la joven humana. La había dejado durmiendo cerca de la chimenea y cubierta con un montón de pieles que había robado de la aldea días atrás para ayudarla a mantenerse caliente por más tiempo.
Cuando llegó la encontró despierta, ya haciéndose ovillo intentando calentarse...

-----Bestia...-----Lo llamó tiritante.

------Ya voy. ------Le indicó pasando a recostarse al lado de ella, metiéndose también entre las mantas y dejándola abrazarse a él.
Dejó pues que las escamas aparecieran en su cuerpo y al tiempo que lo hicieron, las hizo enrojecer parcialmente, desprendiendo gran cantidad de calor que pasó a la humana.

La sintió dejar de temblar y a su cuerpo comenzar a aumentar de temperatura nuevamente...

------Acuéstate. -----Le indicó más en tono de orden.
Ella pareció desconcertada, pero no se opuso.
Soltó al peliblanco y pasó a acostarse por completo boca arriba. Él, por debajo de todas las mantas y con suavidad, puso una de sus manos escamadas, sobre el curveado vientre bajo de la mujer.

Ella sintió una gran cantidad de calor que emanaba de la mano de la criatura directamente hacia su abdomen y como si ese punto fuese un difusor, su cuerpo entero se recobró casi de inmediato...

------Q...que...que fue lo que hiciste?-----Preguntó curiosa.

------Descubrí por qué tu temperatura ha estado bajando así...------Explicaba él. ------Las crías de dragón no pueden generar calor por sí solos sino hasta después de que cumplen los cinco meses de vida. Mientras están en el vientre o en el huevo, dependen por completo del calor de su madre para mantenerse calientes y cuando nacen dependen de cualquier adulto que pueda otorgarles calor. Tú no eres un dragón, por lo que seguramente tu calor no es suficiente para que puedas mantener tu temperatura aunque el crío absorba el que necesita. -----Sesshomaru miró la mano que mantenía sobre el vientre de la humana. -------De esta forma, estoy dejando que absorba el calor de mi mano en lugar del tuyo. Por eso funciona tan rápido.

-------En...entonces.... Él no puede mantenerse caliente por sí solo?

-------No. Depende por completo del calor que tú puedas darle.

------Ya entiendo...------la joven bajó la mirada. -------Pobrecito. Debió pasar frío...

-------Me aseguraré de que no pase otra vez. Lo mejor será que permanezca cerca tanto como sea posible. Así podré ser yo quien lo caliente cuando lo necesite y no te enfermará. Asi que mientras esté en el palacio, me tendrás cerca.

-------De acuerdo. -------Suspiró Rin aliviada.

Guardaron silencio algunos minutos, permaneciendo al lado del otro, aún cuando el dragón terminó de dar calor a su no nacido descendiente y retiró su mano escamada del vientre de su concubina.
La mujer humana tomó su lugar y acaricio su propio abdomen gentilmente con sus manos....

-------Cuánto tiempo tarda en nacer un dragón? -----Preguntó curiosa.

------Depende. ------Respondía él con su normal seriedad. ------- Cuando son concebidos en la forma antropomorfa,  tardan casi lo mismo que los humanos. Nueve o diez meses.  Pero si la hembra concibe en su forma natural, tardará veinte días en poner de uno a cinco huevos; después de eso, tendrá que incubarlos durante tres meses para que nazcan.