VI

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El camino al templo Haeinsa era largo, les tomó dos días y una noche llegar, Taehyung guardaba con recelo el pergamino real que se le había entregado, su equipo era miembro de un grupo de guerreros de élite que estaban capacitados para realizar cualquier misión que el rey les encomendara, esa era la primera vez que él lideraba una importante misión, quería hacerlo bien, porque su hermano había confiado en él, además de que quería demostrar a sus compañeros que no era un chico privilegiado y que haberlo elegido no había sido un acto de hermandad.

-¿Qué creen que sea eso tan importante que debemos recoger?—pregunto JiHan preparando su caballo

MinHo se encogió de hombros—¿Algún pergamino o amuleto?

—Alguna estrategia de guerra —suspiro SeoJoon —. Me intriga saber la respuesta

—¿El general Kim no dijo nada más?

Taehyung negó—Dijo que entenderíamos por qué es tan importante cuando le viéramos, hay que ponernos en marcha.

Se movilizaron para estar nuevamente en el camino en unos minutos, habían cortado la distancia no entrando en los pueblos cercanos, unas horas más tarde cuando el sol estaba en su pleno apogeo en el cielo miraron a unos metros el templo Haeinsa, impresionante era la única palabra que ellos podrían usar para describirlo.

—Estamos cerca —dijo Taehyung llamando la atención de su equipo con una sonrisa

Cabalgaron con más fuerza, estaba ensimismados y curiosos por lo que encontrarían en ese lugar, cuando estaban a una distancia considerable se dieron cuenta que tres monjes con túnica roja esperaban afuera de las dos grandes puertas que eran la entrada al castillo. Se detuvieron y bajaron, Taehyung tomó con fuerza el pergamino que sería su entrada al templo, sus compañeros caminaron detrás de él sin perder el porte serio y profesional de un guerrero.

—Señoria —dijo haciendo una venia de respeto, siendo seguido por los demás—. Hemos venido en representación del supremo rey de Silla, el rey Min, con el fin de entregarle esto al fiel encargado

Unos de los monjes asintio—Son Hawarag del rey de Silla —asintió —. Hemos estado esperándolos, pueden entrar cuando se deshagan de sus espadas

Los cuatro chicos se miraron entre sí para después clavar la mirada en Taehyung quien asintió.

—Entreguen sus armas—dijo como una orden.

Después de entregar las espadas y los caballos a dos de los monjes las puertas del templo se abrieron, siguieron al hombre de cerca por el gran patio delantero, en medio de este había una fuente sagrada, a unos metros se encontraban las escaleras, las subieron con cuidado llegando al interior de uno de los salones, la decoración dorada les hizo abrir los ojos impresionados.

Se detuvieron frente a un hombre mayor, hicieron una reverencia, este les miró de pura a cabeza

—Hawarag de Silla, esperábamos su presencia ¿Han traído algo para mí?

Taehyung asintio—Si maestro —dijo acercándose mientras le tendía el pergamino real —. Estamos aquí por decreto de nuestro rey para recoger el importante paquete

El hombre suspiro, miró a uno de sus compañeros —Traelo, dile que es hora

Todos se quedaron en silencio evaluando las palabras que acababan de escuchar, unas que indicaban que no era precisamente un paquete el que tendrían que llevar sino a una persona, esperaron por unos momentos hasta que escucharon los pasos recorriendo el pasillo. Taehyung fue el primero en desviar la mirada a ese punto en la habitación, sus ojos se abrieron al verlo y las palabras de su hermano cobraron sentido.

El Concubino Del Rey *Yoonmin/Taekook*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora